Hablamos con Jose Luis Carnes, conocido promotor madrileño de Mad Note Co y responsable de traer a bandas como Monster Magnet, Graveyard, Hellsingland Underground, etc… A pesar de su insultante juventud ya lleva bastantes años metido en este mundo y nos da su visión personal de la actualidad general y sobre todo de lo que se cuece en la capital.

mad note co

¿Cómo entraste en esto de ser promotor y programar conciertos?

Pues aquí viene al pelo la frase de “una cosa llevó a la otra”. La pasión musical ya la llevaba conmigo, por supuesto, pero a los 17 años empecé escribiendo en revistas musicales, debutando en Heavy Rock y por extensión en la edición española de Kerrang!, que por entonces compartían equipo y dirección con Mariskal Romero al frente. Supongo que a base de ir a conciertos, entrevistar a los músicos, y entrar un poco en la trastienda me picó el gusanillo… y después de años, pasar por otros medios, hacer una carrera de Bellas Artes que nada tenía que ver con la música, y acabar consumido y aburrido de la vida laboral estándar en diferentes trabajos, me decidí a dar el paso. Debuté con la gira de Michael Monroe junto a otro luchador de la escena como es Roberto Villandiego y aquello fue un máster en toda regla del que sorprendentemente salimos ilesos. Y a partir de ahí ya no hubo marcha atrás.

¿Cual es tu opinión sobre el mundillo musical en la actualidad?

Lo primero es que no creo que haya un sólo mundillo musical sino mundos paralelos que coexisten. Las grandes compañías discográficas siguen ahí, las grandes promotoras y eventos, cada vez hay festivales más multitudinarios… y por otro lado existe una realidad más underground, casi amateur en algunos casos, que mantiene viva otra escena. Creo que sigue siendo un mundo de muchos sueños, de esos que tantas veces hemos visto del chico o la chica que agarra su guitarra y se imagina tocando ante miles de personas. Eso sigue sorprendentemente pasando. Pero también hay una industria voraz alrededor, muchas veces muy injusta, y muchas desigualdades. En definitiva, admiro mucho al músico para el que ésto es un modo de vida, que se echa kilómetros a la espalda para tocar su música, muchas veces no en las mejores condiciones y sin un gran apoyo de público ni medios, por creer en lo que hace, y a los que le apoyan, sean sellos, radios o promotores independientes. Lo importante es que la música sigue viva, y sale adelante porque sigue habiendo gente que lucha por ella. Que también es un negocio que mueve millones, está claro. Así que hay muchas escenas, no necesariamente compatibles. La música es un arte y un negocio a la vez, como tantos otros, y por lo tanto puede poner a prueba la supervivencia del que lo practica… o por el contrario convertirle en una estrella. Esto no es algo nuevo y pasa en muchas otras disciplinas artísticas. El problema viene cuando aparece la otra cara de la moneda, gente con malas intenciones, que trata de aprovecharse con malas artes o engaños de la situación, pero una vez más, esto ocurre en todos sitios. Siempre habrá gente creativa y currante para nivelar la balanza, o al menos intentarlo.

¿Existe en Madrid realmente un movimiento musical que podemos denominar underground donde se apoyan y promocionan bandas?¿Realmente hay un público para ellas?

Hay menos público del que debería, pero porque también hay una oferta totalmente desproporcionada. De unos años a esta parte se han multiplicado por cinco las giras y los conciertos, y una ciudad con tanta vida de ocio como Madrid es el ejemplo perfecto de lo mejor y lo peor de eso. Por supuesto que hay una escena underground, mucha gente organizando conciertos a pequeña escala, dejándose la piel en sacar bandas en sus sellos independientes poniendo pasta de sus bolsillos, o haciendo radio desde pequeñas emisoras pinchando bandas fuera del circuito comercial. El problema es que la saturación de medios es tal que no siempre esas bandas van a conectar, o siquiera llegar, a un público potencial. Y menos aún cuando en la puerta de al lado tienes tocando a unos Metallica o unos Guns N Roses u otros nombres comercialmente consolidados y con una maquinaria brutal detrás. Es el simple razonamiento de a menos medios o presupuesto, menos alcance. Pero por experiencia propia, creo que a base de sudor y sangre sí se ha creado una escena alternativa, con herramientas de difusión hoy el día al alcance de todos, ofreciendo la posibilidad de ver artistas fuera de los círculos habituales de promoción masiva, grandes medios, etc. que tiene en gran parte un público fiel sin dejar de ser algo “minoritario”. Y a pesar de todo creo que debería haber mucha más coordinación entre los que formamos esa escena, pero la propia magnitud de la oferta impide a veces incluso eso.

ES LO QUE MENOS ME GUSTA DE LOS FESTIVALES, QUE SE BANALICE LA MÚSICA Y AL FINAL LOS CONCIERTOS NO SEAN MÁS QUE UN ESCAPARATE DE ARTISTAS FRENTE A LOS QUE HACERTE SELFIES Y PASAR UN RATO EN PANDILLA CHARLANDO CON TUS AMIGOS.

 

¿Qué opinas de la masificación en cuanto a la oferta de festivales?

Bueno, supongo que es un síntoma de los tiempos. Aunque quizá se nos esté yendo un poco de las manos, jeje. Por un lado no le pongo ninguna pega a poder ver actuando en directo a bandas que no hace tanto era impensable tener por aquí, y en ese sentido nos estamos poniendo a un nivel muy alto. Pero corremos el peligro de pasarnos de frenada, porque una vez más la competencia es feroz y al final y el público se ve desbordado por la oferta, sobre todo en festivales del mismo perfil de público. A cualquier concierto en sala con más de dos teloneros se le llama festival y tampoco es eso. Lo más peligroso para mi es vender un concepto de ocio que acabe por desprestigiar lo que debería ser el principal reclamo, la música, que en ocasiones está peligrosamente quedando en un segundo plano frente en el concepto de festival cuando debería ser SIEMPRE la protagonista absoluta. Es lo que menos me gusta de este tipo de eventos, que se banalice la música y al final los conciertos no sean más que un escaparate de artistas frente a los que hacerte selfies y pasar un rato en pandilla charlando con tus amigos. Creo que eso es malo a largo plazo para la música porque se le desprende muchas veces de su esencia para convertirla en una mera moda, en un mero objeto de consumo, en una banda sonora de hilo de ascensor que suena de fondo mientras te diviertes a otras cosas. Pero supongo que es algo social, porque también pasa en los conciertos en sala, aunque en ese sentido los festivales acaparan más este perfil de público. De cualquier forma, hay grandes, grandísimos festivales, que cuidan al detalle la calidad de su oferta y los nombres de sus carteles, y eso supone un gran esfuerzo de muchos profesionales que hay detrás que muchas veces no se valora y tiende a criticarse con demasiada facilidad.

Entramos en un período donde los grandes iconos musicales desparecen por cuestión de edad básicamente ¿Hay un relevo generacional para ellos?
Das una patada y salen veinte bandas dispuestas a comerse el mundo. Pero es una cuestión generacional que, una vez más, pasa en muchas otras disciplinas artísticas como la pintura o el cine, por poner dos ejemplos. Básicamente a estas alturas de la película está todo inventado y ser innovador es prácticamente imposible. Por supuesto siguen surgiendo y surgirán grandes estrellas en todos estos ámbitos, por lo que relevo hay, y hay un buen montón de artistas actuales con mucha calidad y mucho que ofrecer. Otra cosa es que se pueda equiparar a la influencia o la grandiosidad de los grandes mitos, eso sí que creo que es imposible, aquella innovación, aquel nivel de inspiración, creo que sí es irrepetible. Está todo inventado. Ahí creo que es evidente que el paso del tiempo es inexorable y la comparación palidece frente al relevo generacional. Porque seamos justos, tú tenías 16 años y tu gran ídolo era, por ejemplo, Marc Bolan, o, qué se yo, Paul Newman. Dentro de 40 años, los que ahora tengan 16… ¿a quién van a reivindicar como icono o influencia en sus vidas? ¿a Lady Gaga? ¿al actor de Crepúsculo? Ahí la realidad vence por su propio peso.

ESTÁ TODO INVENTADO. AHÍ CREO QUE ES EVIDENTE QUE EL PASO DEL TIEMPO ES INEXORABLE Y LA COMPARACIÓN PALIDECE FRENTE AL RELEVO GENERACIONAL.

¿Qué disco cambió tu vida?
Pues te diría que Appetite For Destruction fue un antes y un después, seguramente. Ese disco y esa banda, Guns N Roses, me obsesionaron durante años. Gracias a ellos descubrí muchas cosas y lo que era el rock n’ roll no solo musicalmente sino en lo referente a imagen, actitud. Estaba completamente obsesionado con ellos y fueron el catalizador para llegar a estarlo también con los Stones, Aerosmith, Hanoi Rocks, New York Dolls… y ya no hubo marcha atrás. Pero quizá, visto ahora con perspectiva, el disco que realmente me cambió la vida fue el Wildflowers de Tom Petty, por abrirme camino a otros sonidos, otras emociones, por significar el punto de inflexión de una “madurez” musical (por muy odiosa que sea esa palabra).

 

¿Te ves en un futuro haciendo lo mismo que haces actualmente?

No lo sé, querría pensar que sí, aunque tampoco me gusta pensar a largo plazo. “Carpe diem”, ya sabes. Para muchos de los artistas con los que trabajo, y en ciertos estilos de música más “tradicionales” (el country, por ejemplo) no se ve un relevo generacional de público real… así que no sé si llegará el triste momento en el que nos quedaremos sin público para según qué cosas… Nunca se sabe cómo pueden cambiar las circunstancias, aunque llegado a este punto, y con lo que han supuesto estos años, supongo (y espero) que de alguna manera seguiré conectado con la música.

La oferta cultural en Madrid es muy amplia en todos los aspectos ¿Crees que la gente es realmente consciente de ello?
Sí, sí creo que son conscientes. De ahí lo que comentábamos que a veces cuesta elegir y al final la competencia hace daño a todos. Pero creo que la gente sí valora la oferta. De hecho hay asistentes habituales a conciertos que cuando coinciden dos que querrían ver les supone una auténtica disyuntiva moral. Y ahí volvemos a la sospecha de si hay público para todo, y vuelta a empezar…

¿Qué opinas de la prensa musical actual?

Hay grandes periodistas musicales y medios de prensa que realmente viven y se desviven por la música. Y luego hay también periodismo a sueldo. Dicho esto, yo mismo he sido “periodista” musical durante muchos años sin tener una carrera de periodismo, he disfrutado mucho escribiendo pero también he tenido críticas cuando mis artículos no han gustado al fan o músico de turno. Creo que es muy muy difícil que el periodismo musical sea objetivo; el periodismo musical debe imprimir pasión en lo que cuenta, y un crítico, ya sea musical, de cine o de arte ni puede, ni creo que deba, dar una opinión imparcial. Por supuesto con un conocimiento de base, de análisis. Yo mismo fui un “intruso” -si puede llamarse así- en el gremio. Y creo que el periodismo musical tiene dos grandes problemas hoy en día; uno es de los medios en los que solo aparece un grupo, un disco o un concierto previo pago. No pongo en duda que los medios de prensa tienen que sobrevivir y la publicidad es su mayor fuente de ingresos. Es un tema complejo y que no me gustaría que se malinterpretara, pero cuando esa inversión es la máxima por la que se rige tu revista o tu programa de radio, creo que es un problema, que además atenta contra el concepto periodístico en sí mismo. Y por desgracia, eso existe. Y el otro problema es ese “intrusismo” que comentaba. Hoy en día, con internet y los medios que tenemos a nuestro alcance, todo el mundo puede montarse una página web, un blog, y ejercer su propio periodismo. El problema viene cuando se equipara todo, se confunden los hobbies con las actividades profesionales, se crea el periodismo de “copia y pega”, y se solicitan pases de prensa para conciertos por el mero hecho de subir un texto de promoción con una foto a una página web. Ni tanto, ni tan poco, cada uno debe ser consciente cuál es su sitio. Hay medios independientes absolutamente imprescindibles, blogs con contenidos magníficos, y algunos muy influyentes, y otros ni tan buenos ni con tanto poder de difusión y persuasión. Y que conste que desde mi posición de promotor y habiendo estado del lado periodístico, estoy ETERNAMENTE agradecido a un gran número de periodistas, profesionales y aficionados, que desde el primer día me han apoyado y con los que hay un perfecto entendimiento e incluso, una amistad de por medio. La prensa musical es necesario que goce de buena salud, y por muchos años.

Y CREO QUE EL PERIODISMO MUSICAL TIENE DOS GRANDES PROBLEMAS HOY EN DÍA; UNO ES DE LOS MEDIOS EN LOS QUE SOLO APARECE UN GRUPO, UN DISCO O UN CONCIERTO PREVIO PAGO.

¿Eres capaz de vivir y disfrutar la música como fan al mismo tiempo que trabajas en ello?

No te voy a negar que cuando encadenas cuatro conciertos una misma semana, o cuando un concierto ha requerido muchísima entrega y dedicación hasta la extenuación, la expectación por ver el concierto en sí disminuye, solo quieres que empiece y salga todo adelante sin problemas y a veces no tienes ni fuerzas, ni tiempo, ni ganas de disfrutarlo. Pero sigo siendo un consumidor voraz de música, en disco y en directo, sigo comprando discos por encima de mis posibilidades, ilusionándome cuando descubro bandas nuevas que me tocan la fibra, y acudiendo a conciertos más allá de los míos propios. Y por supuesto también disfruto los que organizo, es una satisfacción diferente cuando has puesto tu confianza y tu trabajo en una banda y por fin les ves actuar y ratificas todo lo que te hizo apostar por ellos después de que hagan una actuación brillante. La música me acompaña todos los días de una manera u otra, no me imagino vivir sin música.