Fotografía: Jorge Gordo

Hace unos días publicamos en facebook un artículo de PromocionMusical.es titulado «¿Quién va de conciertos? Perfil sociodemográfico del asistente a conciertos». En este se mostraba una clasificación de los asistentes a conciertos en función de varios factores (edad, nivel de estudios, situación laboral…), y en el cual podíamos observar una disminución cada vez mayor, desde el 2007, en cuanto al público de menos de 34 años.

En este artículo voy a tratar este tema tanto desde el punto de vista de alguien comprendido en ese rango de edad como desde el punto de vista de un miembro de una banda relativamente pequeña. Dicho esto quizá deba hacer una breve presentación al respecto de mi persona: Me llamo Gabriel Pastor Sánchez, tengo 23 años, soy estudiante y vocalista de Crownaside.

Me gustaría empezar este artículo llamando a todos aquellos que os molestéis en leerlo a reflexionar durante un par de minutos al respecto, ¿Cuál creéis VOSOTROS que es la razón por la que cada vez los jóvenes asisten menos a los conciertos?

Quiero también concretar algo que quizá muchos no opinéis como yo (o quizá sí, no lo sé), pero ¿de verdad ese/a colega que no se pierde ningún bolo de tu grupo es alguien que tiene interés por los conciertos en general? De seguro es un/a tí@ genial y sabe hacerte sentir arropado, apoyado y en una nube como nadie, pero no es de esa persona de quien vamos a hablar al comienzo de este artículo. Para mí el asistir a conciertos significa decidir que se quieren conocer nuevas bandas y estilos yendo a ver música en directo. Y veréis que, poco a poco, y conforme avancemos, este/a colega puede resultar ser exactamente a quien nos referimos.

SI TENEMOS QUE MÁS DE UN 40% DE LOS JÓVENES DE NUESTRO PAÍS ESTÁN SIN TRABAJO (ERGO SIN INGRESOS MÁS QUE, CON SUERTE, LOS DE SUS PADRES) ¿CÓMO CABE ESPERAR QUE QUIERAN PAGAR UNA ENTRADA DE ENTRE 5 A 10 EUROS PARA VER NUEVAS BANDAS?

Ahora lancémonos de lleno en el tema, o al menos en mi opinión de ello. A continuación podemos observar un par de tablas que hablan de la situación laboral actual en nuestro país, donde se ve que España se encuentra en el top 3 de paro a nivel mundial, tanto de forma general como en paro juvenil (y una mención de honor a todos/as aquellos/as becarios/as que tienen un «trabajo» pero sólo están siendo explotados de manera gratuita o por una miseria). Ahora bien, si tenemos que más de un 40% de los jóvenes de nuestro país están sin trabajo (ergo sin ingresos más que, con suerte, los de sus padres) ¿Cómo cabe esperar que quieran pagar una entrada de entre 5 a 10 euros para ver nuevas bandas? Me atrevo a decir que todos aquí comprenderemos que yo, un estudiante de 23 años y en el paro, decida que estos 5 euros me hacen más papel en el depósito del coche para poder ir a clase.

 

paro juvenil

 

Pero vamos, es justo decir que ir a un concierto no es sólo la entrada; el calor, el movimiento, gritos… Siempre apetece tomarse una cerveza (o refresco, o lo que prefieras), y no acaba ahí. ¿Y si de verdad te ha entusiasmado la banda que acabas de escuchar? Lo más probable es que quieras pillar algo de merchandise, quizá una camiseta, quizá un CD… No siempre es el caso, pero a menudo (o al menos para mí) sí que lo es.
Resumiendo, tenemos que más de dos quintas partes de la población joven se encuentra en una situación de desempleo, en que si se pueden permitir el precio de la entrada probablemente no puedan permitirse nada más. He concretado antes también al tipo de público al que me refiero, aquellos/as que de verdad quieren asistir a estos eventos y conocer nuevos grupos, disfrutar de la música en directo, etc. pero, ¿Qué hay del otro tipo de público?

SE ENCUENTRA MUCHA DESGANA HOY DÍA EN EL MUNDO MUSICAL; CONOZCO PERSONAS QUE NO TIENEN INTERÉS ALGUNO EN ESCUCHAR EL NUEVO TRABAJO DE X GRUPO POR PURA PEREZA.

Se encuentra mucha desgana hoy día en el mundo musical; conozco personas que no tienen interés alguno en escuchar el nuevo trabajo de X grupo por pura pereza. A estos/as les da igual si se trata de una banda con buen nivel y cuyo estilo sea afín a lo que escuchan día a día, en muchos casos deciden que no merece la pena gastar su tiempo en escuchar un tema nuevo porque prefieren quedarse con sus cuatro bandas famosillas, porque tienen prejuicios acerca de que si es una banda local van a ser malos… Un montón de tonterías, vamos.
Es realmente difícil sacar a esta gente de su zona de confort, demostrarles que la calidad no está exclusivamente en sus cuatro grupillos y que se puede encontrar en cualquier formación con ganas e ilusión. Si conocéis a gente que forme parte de un grupo (o vosotros mismos) seguro que sabéis lo difícil que es, a veces, que la gente escuche el material nuevo por propia iniciativa. Es más, hace poco hice una reseña de los catalanes Rather Be Alive y su álbum ORIGEN no llega a las 600 visualizaciones en YouTube. Un álbum que a mí me encantó, con un nivelazo y que estaba desde el mes de noviembre del pasado año. Que suceda esto ya es un crimen, pero si existe un público que no tiene siquiera interés por escuchar los temas nuevos de grupos nacionales de forma gratuita, ¿Cómo esperar que paguen por ello?

MUCHÍSIMOS GRUPOS HACEN CONCIERTOS NO CON LA ESPERANZA DE GANAR UN DINERO DE ELLO, SINO DE CUBRIR GASTOS. ESTO NO ES IGUAL QUE TOCAR GRATIS, NO OS EQUIVOQUÉIS, ESTO ES PEOR.

Tenemos el/la colega sin pasta que  difícilmente puede permitirse la entrada a una gran sala (y que le encantaría poder ir), y el/la colega que si le dices de ir te va a rechazar la invitación por pura pereza (independientemente de si puede o no permitírselo), ¿Quién más nos queda por tratar? Los propios grupos.
Supongo que lo más natural con todo lo anterior sería pensar «bueno, un concierto va más bien dirigido a aquellas personas que sí tienen interés, y si no tienen los medios económicos que las bandas bajen el precio de la entrada». Y visto desde fuera admito que parece la solución más lógica y sencilla, pero como miembro de una banda… No. ¿Sabéis la de gastos que tiene hoy día una banda? Equipo, alquiler de sala de ensayo, estudios de grabación, promotores, alquiler de sala de conciertos, gasolina para ir semanalmente a ensayar (especialmente si te tienes que pegar un viaje de 30 minutos para ello), merchandise… Cuando ves que una banda va a tocar lo más probable es que, si no se trata de una famosísima, estén teniendo que pagar de su bolsillo un alquiler de sala.
Muchísimos grupos hacen conciertos no con la esperanza de ganar un dinero de ello, sino de cubrir gastos. Esto no es igual que tocar gratis, no os equivoquéis, esto es peor; la banda pone de su bolsillo el dinero del alquiler y se calienta la cabeza para poner el precio de la entrada de modo que con una cantidad de público aceptable (e intentando ser realistas) se puedan cubrir los gastos a la vez que teniendo los asistentes que pagar el mínimo posible. Esto a veces no es posible, cuando una banda viene de fuera lo normal es intentar poner las entradas un poco más altas, que se lleven siquiera para la gasolina, ¿No?
Pues ésta es la fórmula de muchos lugares de nuestro país, el pagar por tocar. En numerosas ocasiones es justa; hablamos de que tienes una sala a tu disposición, un técnico de sonido y una serie de servicios, pero para el tema que nos atañe no es lo mejor. Cuanto más se suba el precio de alquiler de una sala más cara será la entrada y, por tanto, menos personas podrán permitírselo. La mejor fórmula que he encontrado yo a día de hoy es aquella en que el local paga a las bandas por tocar allí, lo cual me parece muy justo. Incluso más si la entrada se deja gratuita; las ocasiones en que nos hemos encontrado estas condiciones hemos podido comprobar que la asistencia era MUY buena. Las bandas ya llevan gente de por sí, pero además al dejar entrada libre todos/as aquellos/as que no tienen tantos medios económicos como gustarían se dejan caer seguro, porque el dinero que tengan pueden utilizarlo para comprar algo de merch, para tomarse algo en el sitio… Y ambas partes salen ganando, porque si no tienes que pagar entrada ¿No es verdad que vas a acabar haciendo consumición en el mismo local? Y probablemente consumieses mucho más de lo que lo harías si hubieses pagado 10 euros de primeras.

Como conclusión no quiero que veáis ninguna de las partes mencionadas anteriormente como única culpable de la situación. En absoluto, es la situación en conjunto la que hace, en mi humilde opinión, que cada vez tengamos menor asistencia de público joven en los conciertos con el paso de los años. Si hubiese una tasa de desempleo juvenil menor daría igual todo ese grupo de desinteresados/as por el panorama nacional y los precios de las entradas, porque los que de verdad quieren ver música en directo irían muchísimo más a menudo. Si no hubiese tanto desinterés por los trabajos de pequeños artistas o nuevas bandas habría muchísima gente que descubriría grupos que les encantarían muy a menudo, e irían a sus directos independientemente de los precios. Si las entradas fuesen a precios muy reducidos (1, 2 ó 3 euros) o directamente gratuitas, tanto unos como otros llenarían los locales y comprasen merch, consumiesen…
Ninguna parte está hundiendo la música en directo; estamos viviendo con un cúmulo de cosas que han hecho que la situación se deteriore poco a poco. Y tú, ¿Qué opinas al respecto?