Crónica y fotos: Airbourne y Blues Pills en Madrid
Tener un Mundial en diciembre es raro, muy raro, y que coincida un partido de La Roja con un concierto de Airbourne y Blues Pills provoca efectos secundarios poco agradables.
El primero fue la corta asistencia de espectadores al concierto de los artistas invitados, Blues Pills, que actuaron ante una pista con poco más de un cuarto de la entrada total. Los suecos, sin embargo, supieron mantener la compostura y ofrecieron un generoso concierto en el que no dejaron de dar espectáculo e hicieron sonar algunos de sus éxitos más importantes como Devil Man, Dust o Black Smoke.

Con un resultado favorable para España, la selección ganaba 1-0 a Japón, los seguidores de Airbourne fueron ocupando sus sitios en la pista o las grades del Palacio Vistalegre, aunque la entrada final dejó bastante que desear, teniendo en cuenta la banda que actuaba allí esa noche. Sea como fuere, según apareció sobre el escenario Joel O’Keeffe y los suyos, todo se olvidó, el Mundial, el resultado del partido o lo complicado que es apostar por un recinto como Vistalegre (y lo frío que puede resultar para público y bandas) cuando no se sabe si se va a alcanzar un sold out.

Lo que el concierto de Airbourne dejó claro es que sus integrantes son verdaderas bestias y que, una vez encima de un escenario, tocarían con la misma energía para 200 personas o para 20.000. El show de la banda australiana es potente, directo y austero como sus composiciones. Temas como Ready to Rock, Too Mucho, Too Young, Too Fast o Firepower, con las que abrieron el recital son la mejor muestra de ello. O’Keeffe, por si el público no se había percatado que estaba en un concierto de Airbourne, subido a los hombros de un empleado de seguridad, se paseó entre los asistentes mientras seguía tocando la guitarra, hasta que se paró y abrió (reventó) la primera lata de cerveza con su cabeza.

Una vez bautizados todos los asistentes de la pista, el cantante y guitarrista volvió a las alturas del escenario de Vistalegre para seguir con un concierto compacto y electrizante que avanzaba a toda prisa. Por sus dedos pasaron los increíbles riffs de Breakin’ Outta Hell, Live It Up, Rock ‘N’ Roll For Life o Boneshaker, temas que elevaron el nivel de la actuación hasta su clausura con la infinita Runnin’ Wild.

El concierto Airbourne fue excelente y excitante, aunque frío por el recinto y por la pobre asistencia de público. El cuarteto lo dio todo para hacerlo olvidar, pero sigo pensando que hacer dos noche en La Riviera vale más que hacer un Palacio Vistalegre, aunque el objetivo sea crecer y asentarse en el Olimpo musical.
Pocas pegas se le puede poner a Airbourne y más a la selección española, que perdió el partido contra Japón 1-2, por si alguien se había olvidado del Mundial.






