Los domingos nublados suelen ser el perfecto momento para quedarse en casa y descansar (o estirar el fin de semana), pero a todo quien disfrute el buen rock no le puede dar igual pasar una gran oportunidad, como la que tuvimos el 2 de marzo en Barcelona con tres grupazos apoyándonos en nuestro cierre e inicio de semana con una muestra de distintos acercamientos al género. Hablamos de los británicos de Green Lung, quienes junto a Unto Others, y Satan’s Satyrs llegaron a Razzmatazz con su tour Heathen Neverland Tour (referenciando los últimos discos de las dos bandas principales de la noche, This Heathen Land de Green Lung, y Never, Neverland de Unto Others), gracias a Madness Live! Las bandas rockearon de formas diferentes pero a la vez similares, desde un buen heavy metal, pasando por el doom y la influencia gótica de los ochentas, como por sonidos que parecen rescatados de los archivos del pasado.
La apertura estuvo a cargo de Satan’s Satyrs, banda estadounidense que presenta una especie de heavy doom con aires punk, materializado en cinco álbumes de estudio, con su más reciente disco, After Dark, publicado en 2024.
Satan’s Satyrs
Oriundos de Virginia, Estados Unidos, esta agrupación se presenta con atuendos que rememoran épocas de antaño, jugando con el satanismo de la época del satanic panic (cuando la estética satanista del rock causó pánico). Formados en 2009 se han posicionado siendo medio apadrinados por los legendarios Electric Wizard, pero lanzando su toma de un género híbrido y electrificante, lleno de psicodelia y rock n roll a la antigua.
El arranque fue protagonizado por Thumper’s Theme, con esa onda groovy y psicodélica setentera, seguido de Full Moon and Empty Veins, apertura del disco de 2015 Don’t Deliver Us, impulsando el show con sus ritmos nostálgicos de la música del pasado. Continuaron su poderosa presentación con Pulp Star, Black Souls y Quiet Quiet Raid (esta última presente en su reciente After Dark) regando caos por Razzmatazz, con su cantante y bajista Clayton ‘Claythanas’ Burgess (quien estuvo a las cuatro cuerdas durante unos años en Electric Wizard, y quien es el único miembro original de Satan’s Satyrs) al frente del desorden sonoro.
Actualmente la banda la componen, además de Claythanas, Jarrett Nettnin en guitarras, Russ Yusuf en la batería, y Morgan McDaniel en la segunda guitarra, los que fueron parte fundamental de la rebelión auditiva que trajeron a la ciudad condal. Así fue con Iron & Ivy y Two Hands, para rendir tributo al señor de las tinieblas con Show Me Your Skull, y finalmente Alucard que con esa distorsión bien sucia y sus voces rebeldes nos deja con ganas de bailar y destruir.
Haciendo un pequeño cambio de paso y de estilo, ahora es el turno de la melancolía con Unto Others, quienes desde Portland traen la oscuridad de los ochentas al escenario.
Unto Others
Si bien hablamos de una banda joven (habiéndose formado en 2017 bajo el nombre de Idle Hands, el que cambiaron en 2020 al que llevan actualmente), Unto Others tiene un sonido particular que cautiva a todo fanático del sonido ochentero, con una marcada influencia del rock gótico, pero dándole un toque de heavy metal que eleva el tono de la melancolía en ritmos más movidos.
Arrancando tal como lo hace su último disco Never, Neverland (2024) con Butterfly, se pone inicio a una muestra del repertorio extenso que mostrarían en directo, continuando con Momma Likes the Door Closed y Nightfall, con su frontman Gabriel Franco y su voz profunda tomándose el escenario, y proyectando un aire musical interesante, como un Frankenstein hecho de The Cure, Bauhaus, Iron Maiden, Ramones, algo de Type O’ Negative, y los locales y leyendas de Héroes del Silencio, trayendo un tono Bumburyesco a su desplante, y hasta a ratos trayendo a la memoria a los argentinos de Patricio Rey y sus Redonditos de Ricota, lo que se fue haciendo más notorio a medida que el show avanzaba con canciones como Fame, Jackie, y la emocionante Double Negative (las dos últimas de su debut Mana de 2019, llevando su nombre anterior), y reflejando las temáticas abordadas en las letras como el sufrimiento humano con la canción Suicide Today.
Franco, acompañado por Sebastian Silva en la guitarra, Brandon Hill en el bajo, y Colin Vranizan en la batería, coloreando el escenario con tonos oscuros que se distancian bastante de lo que entenderíamos por oscuridad, ya que a pesar de las letras y temáticas, la banda tiene un sonido hasta bailable, con un upbeat que se distancia de otros estilos asociados al rock gótico, teniendo muy marcado lo rescatado del heavy metal. Raigeki deja claro esa influencia, y Why (de su disco de 2021, Strength) nos muestra algo un poco más post punky pero siempre muy melódico, con momentos que conectan con The Smiths.

It Doesn’t Really Matter y la balada Can You Hear The Rain trajeron movimiento y emoción, siendo ambos clásicos ya de la banda, mientras que Heroin nos conectó con la faceta más metalera entre ritmos acelerados, guitarras pesadas, melodías reverberadas, y rugidos de Franco. Así siguieron avanzando en su repertorio con la intensa y sombría When Will God’s Work Be Done, y con Time Goes On, y Flatline, antes de dejar de manifiesto su influencia ramonera con el clásico de 1989, Pet Sematary (siendo personalmente una de mis canciones favoritas de los Ramones).
Finalmente suena una de las grandes de la banda, yendo a sus inicios con Give Me to the Night, una que deja marcada la impronta de la banda en el escenario, cerrando con Dragon, Why do You Cry (ambas de su primer LP) para despedirse del escenario luego de un tremendo show que más que seguro deja a varios como nuevos fans de Unto Others (incluyendo a quien escribe), y abriendo paso a la cabeza de cartel, Green Lung.
Green Lung
Los ingleses han sabido posicionarse en los oídos del mundo desde 2017 con tres discos de estudio que transmiten su toma de doom, stoner, y heavy, abordando lo oculto y oscuro como temáticas principales, algo como si fueran hijos de Black Sabbath y otros de la escena inglesa, pudiendo apreciar perfectamente esto en el tono de Woodland Rites, canción que inicia el show y en parte su carrera, presente en su primer disco llamado con el mismo nombre (2019), y que entra en desarrollo al seguir con Mountain Throne, canción lanzada el año 2023 en el disco This Heathen Land, y que lleva la oscuridad a momentos más encendidos y elevados, sin perder esa base sabatesca. Su vocalista, Tom Templar, sabe perfectamente como revelar la mezcla desde donde surgen, destacando su voz y su energía en el escenario, apoyado de Joseph Ghast quien además del bajo colabora con voces que agregan dinamismo a la presentación.

La banda consta de los dos miembros mencionados anteriormente, además de Scott Black en guitarra, John Wright en el teclado, y Matt Wiseman encargado del ritmo en la batería, quienes con mucha energía tocaron The Ritual Tree, The Ancient Ways, y Templar Dawn, para luego interpretar Song of the Stones, que a modo baladesco trae misterio en forma de algo que parece un canto tribal con notas de Dead Can Dance, siguiendo con The Forest Church, la que tiene marcadísimo el sonido actual de la banda, incorporando teclados bien setenteros que dan cierta personalidad especial al acompañarse del tono general de la agrupación, tomando lo mejor de esas décadas pasadas para modernizarlo.
Gran parte del show se centró en el último disco, This Heathen Land, lanzado posterior a su presentación en 2022 abriendo entre otras bandas para Clutch, por lo que muchos fans deben haber estado esperando esto mismo. En esta línea, el show nos trajo a Hunters in the Sky con sus altos y rasposos tonos vocales, junto a Maxine (Witch Queen), rindiendo homenaje a la cautivadora oscuridad, de una forma bien diferente a sus compañeros de Unto Others, donde si bien ambas bandas exploran estos temas, Green Lung lo transmite de una manera menos melancólica, como celebrando alégremente dicha penumbra.

Antes de salir del escenario, los londinenses nos llevan por primera vez en el show a su segundo disco Black Harvest, publicado en 2021, tocando para nosotros Graveyard Sun, la que fusiona pasado y presente en una canción que caracteriza bastante el sonido de la banda. Así, viene una pequeña despedida que como ya es costumbre no sería aceptada, volviendo al escenario a terminar el concierto con más de ese segundo LP interpretando The Harrowing y Old Gods (ambas siendo apertura de Black Harvest), satisfaciendo a quienes aman el sonido especial de ese disco lleno de heavy metal que parece un hijo entre Black Sabbath y Deep Purple, el que pensamos que pasarían por alto por un momento.
Finalmente, suena uno de los grandes clásicos, con todo el público elevando sus manos en forma de cuernos para invocar a la bestia con Let The Devil In, y finalmente nos dejan con el más reciente tema One for Sorrow, con la pesadez clásica del stoner, en una viscosa canción que encapsula toda la potencia de la banda en formato balada, con la cual nos liberan de las fauces del demonio regresándonos a la normalidad.
Definitivamente el show de estas tres bandas fue como tener una cena con la oscuridad, con los espíritus y demonios, pero de una manera distinta a como lo haríamos con bandas de la escena del metal más extremo, quizás en un tributo a quienes inspiraron en sus inicios al rock y metal con estos tintes a ratos hoy algo caricaturescos, en un viaje al pasado que atrajo a todos un poco más al lado oculto de la fuerza.






















