Reseña | Signs Of The End de Reject The Sickness: un buen disco de metalcore

El nuevo trabajo de la banda belga nos muestra un lado más crudo de su «metalcore» de este 2025 adentrándose en los rincones más oscuros de la psique humana.

¿No os ocurre de vez en cuando que un género aunque no sea vuestro predilecto os empieza a llamar o buscáis mantener esa curiosidad intacta y pensar quizá con estos elementos o hecho de esta forma me llama más la atención?

El abuso, el abandono, el daño o la forma de lidiar con los problemas y aunque las letras sean ficticias son inspiración de su cantante como trabajador social. Guy y Ruben comenzaron buscando miembros para la banda en 2008 y en 2010 grabaron su primer EP. Ahora siendo una banda independiente, lanza su disco el 30 de mayo a través de Sonic Rendezvous.

El disco abre con el The Messenger combina riffs agresivos con pasajes más melódicos mostrando qué es lo que nos tienen que ofrecer. La voz principal combina guturales potentes con momentos de mayor claridad que ayudan a equilibrar la intensidad del tema. Los coros refuerzan el impacto emocional y añaden profundidad a la canción sin recargar la mezcla.

El primer adelanto, Acta Non Verba, es una descarga directa de death metal melódico con ramalazos a black metal y se aleja un poco del metalcore convencional. La canción destaca por su intensidad y un estribillo pegadizo, mientras que su videoclip narra la historia de dos chicas que enfrentan unidas un entorno familiar tóxico y abusivo.

Entramos en la siguiente Dark Times, tercer corte de Signs of the End, es una pieza de 5:32 minutos que sugiere una inmersión en conflictos y problemas internos que transmite tensión emocional con fuerza y densidad.

We Enslave the Angels se presenta como uno de los cortes más dinámicos con una construcción rítmica sólida. Fall From Grace es el tema que refleja la evolución de la banda hacia un sonido más maduro y complejo.

When I Become You baja las revoluciones y apuesta por un enfoque más introspectivo, con desarrollos amplios y un tono emocional que contrasta con la dureza del resto del disco. Chaos vs Chaos recupera la tensión con una base rítmica milimétrica y una ejecución precisa, sin caer en virtuosismo vacío, es contundente y directa. Por último y canción que da título al álbum, Signs of the End condensa todo lo que el álbum representa que sabe cuándo golpear y cuando dejar espacio.

No creo que esta banda busque un enfoque más «comercial» como la coherencia de su música hecha con personalidad y que de vez en cuando se agradece que a ser «modernos» y «artificiales» sean sinceros y te enseñen lo que realmente saben hacer y hasta donde llegan. Que la producción parezca moderna y el sonido sea juvenil superando la treintena o la cuarentena que parecen seguir encerrados en su cuarto gritando al mundo como si siguieran en su adolescencia más cínica. La estética de la modernidad eterna resulta más como una imposición que ser auténtica cuando no evoluciona con el tiempo. La intención cuenta pero cuando no tienes carencias reseñables que esconder y ejecutas bien lo que prometes es cuando firmas un buen disco de metalcore.