If it means a lot to you: A Day To Remember y una noche de recuerdos colectivos

Hay conciertos que te devuelven a un momento concreto de tu vida, A Day To Remember tiene esa habilidad: pulsar el botón de rebobinar directo a la adolescencia, cuando todo era más simple, pero también más intenso. De pronto no estás en una sala de conciertos, sino en tu habitación, con los auriculares puestos y el corazón hecho un nudo, tratando de entender el mundo a través de un verso. ADTR siempre fue eso: el desahogo entre la rabia y la emoción.

Este jueves en Razzmatazz, esa nostalgia se vivió con confeti, pelotas playeras y cañones de humo, ante cientos de personas que probablemente ya no escuchan el Homesick todas las semanas, pero que saben que If It Means a Lot to You sigue doliendo igual.

Boston Manor calentó motores con una vibra grungera. Los británicos agradecieron la espera con un directo solido, introspectivo, y a la vez enérgico, un show que busca conexión, desde Floodlights on the Square hasta Halo, el tipo de canciones que no te levantan el ánimo pero te acompañan cuando todo duele; el set también incluyo canciones como I Don’t Like People (& They Don’t Like Me) la cual comentaban fue compuesta durante la pandemia, y cerro con Foxglove. El público estaba en modo exploración, pero para cuando cerraron, ya habían convertido a más de uno.

A las 21hrs en punto A Day To Remember salió sin sutilezas, con The Downfall of Us All encendiendo la mecha, no hubo ni un alma en la sala que no coreara el clasico da-da-da-da-da como si fueran un mantra: Mientras Jeremy McKinnon saltaba, corria, sonreia como si supiera que lo suyo no es entretenimiento, sino una especie de exorcismo colectivo.

El setlist fue un repaso para cada generación que ha crecido con ellos. Del Homesick nos regalaron himnos como I’m Made of Wax, Larry, What Are You Made Of?, Have Faith in Me y el grito colectivo en If It Means a Lot to You, coreado con el alma.

Pasando también por su etapa más pop-punk con All I Want, All Signs Point to Lauderdale 2nd Sucks del disco What Separates Me from You, haciendo que por unos segundos Razzmatazz se convirtiera en un Warped Tour perdido en el tiempo.

La banda también defendió con fuerza sus trabajos más recientes. Del nuevo álbum Big Ole Vol . 1 incluyendo canciones como To the Death, LeBron y Flowers, que demostraron que todavía pueden sonar frescos. Estas canciones fueron recibidas con entusiasmo, especialmente Miracle, que ya se siente como un clásico moderno.

El público conectado responde con intensidad: pogos, coros que salen desde el estómago, desconocidos que se reconocen en el mismo grito. Y en medio del caos, hay espacio para las rarezas.

 Un tipo disfrazado de Mario lanza camisetas al público, Pelotas inflables sobrevuelan cabezas mientras suena Rescue Me, su tema con Marshmello que nos trasporta a un paisaje tropical en florida. Y sí, sonó Since U Been Gone de Kelly Clarkson, porque no hay concierto completo de ADTR sin un guiño a esas versiones pop goes punk que marcaron toda una era.

Salir del show fue como volver de un lugar donde no hace falta explicar nada. Donde puedes gritar “I’m made of wax, Larry!” y alguien te va a responder como si fueran códigos secretos. Porque A Day To Remember no solo dio un show: nos recordó que hay canciones que nos sostienen incluso cuando no sabemos cómo hacerlo, Y si bien ya no llevamos flequillo hay algo que sigue intacto: la emoción de levantar el puño, y de sentir, por unas horas, que todo lo que nos unió sigue vivo.