Este fin de semana se celebró el V aniversario del estudio de tatuaje ceheginero Skulls Lady Tatoo and Gallery y se celebró por todo lo alto en la sala Camelot con una exposición de dibujos de tatuadoras de todas partes de España y con tres conciertazos de Cáncamo, Leopard Skin y Austin Slack.
La mirada clásica del rock inundó la sala Camelot con el concierto de Cáncamo, que sigue renovando su elenco de músicos con su cantante femenina, Gema y su batería, Arturo. También siguen las viejas leyendas, el guitarrista principal y corista Manolo se mantiene en el escenario y hace llorar a la guitarra como pocos, su temple y su finura se rompen en sus solos épicos y apasionados que todo viejo rockero sabe apreciar. El bajista, Ico hizo una interpretación más que notable y el cantante principal, Juan, dio mucha caña con su voz rasgada y experta.
Cáncamo dio un recital de esas canciones que nos han acompañado toda la vida, desde Stairway to Heaven de Led Zeppelin pasando por Entre dos Mares de Fito y Fitipaldis y con temazos como Nothing Else Matters de Metallica. La vocalista se desenvolvió como una auténtica leona y demostró todo el potencial de su vozarrón en un concierto de dos horas y medias donde no le tembló el pulso en ningún momento y supo estar a la altura de las circunstancias.
Después de este espectáculo donde bailamos hasta no poder más le tocó el turno a las cartageneras Leopard Skin, un grupo punk-rock con toques metálicos y tan salvajes que el batería rompió dos veces la caja [sic]. Comenzaron un poco flojas con problemas técnicos, pero poco a poco se fueron desenvolviendo y sacando sus fieras interiores, son 4 mujeres dando un espectáculo bestial.
La vocalista dio bastante juego en el escenario y no costaba seguirle el ritmo bailando sus canciones enérgicas y rabiosas. Su única canción en español, Subnormal profundo sonó en toda la pista, era fácil seguirla. En el resto del concierto hubo mucha caña y buen rollo que duró 1 hora y media más o menos.
El público se merecía una pausa después de tanta caña y nos la dieron, pudimos ir a cenar, recobrar fuerzas y cargar la cámara, que ya estaba sufriendo las consecuencias de un largo día de conciertos. Pero el último concierto iba a poner la guinda y lo iba a hacer a lo grande, con un portento como es Austin Slack y su grupazo de músicos que le acompañan de maravilla.
Cuando ves a un chico como Austin en el escenario piensas “es injusto que se le de todo bien”, pero pasa y encima, lo disfrutas. Austin toca la guitarra como si fuera parte de él, como si hubiera nacido con ella. Además de esto, canta muy bien y tiene una actitud muy buena en el escenario que hizo que todo el público se aproximara al escenario y lo diera todo con su repertorio. Entre las canciones que tocó he de destacar la versión de Purple Rain que hicieron que me puso los pelos de punta, por lo demás tocaron un repertorio de clásicos del rock y rock-jazz que hipnotizaron a todos los asistentes.
Lo mejor del concierto de Austin fue el sonido, su calidad musical y la de sus músicos hacen que escucharles sea una delicia. Hay que destacar a dos portentos de la tierra aparte de Austin que son Juanjo a la segunda guitarra, un chico al que hay que echarle un ojo porque toca de maravilla y Quike al teclado, que se desenvolvió como un pez en el agua y supo aportarle ese toque mágico que da un buen teclista a un grupo rock. El bajista David Gordon también dio juego en el escenario con una actitud muy buena y el toque de ritmo de Sergio, el batería fue el preciso para complementar la mezcla.
Llegando al final del concierto Austin dejó unos cuantos discos en el escenario para los afortunados que rondábamos por ahí, es un EP con 4 canciones (escritas y compuestas por él) que escucharemos con mucho gusto y es que a este chico no le cuesta ganarse a su público.
El concierto acabó por lo alto y estamos deseando que vuelvan a venir grupazos como estos a Cehegín, hace falta este tipo de apoyo a la música de la tierra y nunca viene mal darlo.