El directo de .moov y la difícil carta del shoegaze

Estamos en Gran Vía a 23 de octubre, es hora punta y bajando por la famosa calle Montera se encuentra la salan de música El Sol donde íbamos a reseñar uno de los «bailes» más curiosos, lesivos y sudorosos (hay que decirlo) del año. Llevaba unos meses conociendo y escuchando a la banda FUET! que venían acompañados y presentando su primer trabajo Make It Happen. ¿Que os gusta Refused, Turnstile, Militarie Gun, Alexisonfire y un largo etcétera? Pues igual una noche os da por acercaros a verles en directo y así os lleváis una buena sorpresa. Y un poco de cine de actualidad.

Abriendo la noche estaban al frente la jovencísima banda .moov que venían presentando trabajo con su propuesta de shoegaze formados en 2023 ellos son Mer, Unax, Xián y Carlos. Son ocho las canciones con las que nos presentan su directo, agradecidos con el público, la propia banda para que abrieran el concierto de los cabezas dando inicio con Turquoise, tema que da inicio a su nuevo EP estrenado este año, enfocado en el shoegaze. ¿Cosas muy destacables de su directo? La actitud de su batería y la del bajista, aún hay muchas cosas que pulir pero se agradece que sigan saliendo bandas jóvenes siempre que es un mundo muy amplio.

Si hablamos de canciones, las que tienen publicadas también tocaron Swerve, en la línea de Nothing More o los propios Slowdive pero quizá la voz aún esté en proceso de encontrar su espacio dentro del muro de sonido que fue mi sensación durante su corto directo. Quicksand también resonó en la sala y finalizaron con su sencillo titulado Beholder publicado hace ya más de un año. La voz contenida pero hay margen de sobra para mejorar y seguir explorando más e ir tomando personalidad.

En el ambiente shoegaze, la voz suele tratarse como un instrumento más, difusa, pero al mismo tiempo es importante que atraviese la mezcla lo suficiente para conectar emocionalmente con el público y más cuando abres un concierto del estilo. Más protagonismo a la voz y cultivarlo bien. Al definirse como “grunge-revival y shoegaze”, existe el riesgo de que los elementos de cada influencia se mezclen de forma ambigua.

El hecho de lanzarse con un EP, experimentar dentro del género y ganar atención en la escena local indica buena iniciativa y proyección pero la falta de experiencia se consigue con los años y la conexión con el público es muy importante tanto en la visual como en lo emotivo. Como asistente a conciertos más que cronista y fotógrafo (que al final es uno de mis muchos hobbys) y fan del género les deseo que aprovechen el impulso que les ha dado esta experiencia y tomen cartas en el asunto, publiquen su música y sobretodo que disfruten.

Con un EP y varios singles ya rodando por Bandcamp, .moov poquito a poco se podrían dar a conocer como una de esas bandas jóvenes con ganas que ya tienen suficientes argumentos para seguir creciendo.

En la Sala El Sol suena FUET! y nos hacen bailar como ellos quieren.

Acabados los teloneros, empezaron a salir los propios miembros de FUET! a ayudar a recoger e ir «acomodando» y colocando sus pertinentes instrumentos y preparando su directo. Incluso flores trajeron con una ilustración en el parche de su batería.

Y sí, si nosotros bailamos, los músicos también y su cantante supo lo que fue el crowdsurfing (no soporto el término, lo siento) a la española en un concierto de FUET! no consiste en «surfear» sobre la multitud; consiste en que te lanzas al público y 30 manos desesperadas intentan pasarte como si fueras un bocadillo de calamares de guardia urbano y si te caes no te quejas, sigues y bailas.

Desde el principio, los pogos y bailes estaban presentes durante la descarga de cortos pero divertidísimos 45 minutos que incluso invitaron al público a subirse al escenario y los propios asistentes haciendo de barrera para proteger a los cámaras que estábamos allí presentes. Nos los pasamos muy bien también pero hacer de cámara en los conciertos de hardcore siempre es deporte de riesgo (jajaja) y hay que cuidar de nosotros.

Entre risas, diversión, saltos y caídas varias de los presentes fuera de todo cliché que siempre se tratan de evitar desde el punto de vista de un supervisor nos los pasamos genial y nos dimos unos bailes tremendos. Con un primer álbum fresco bajo el brazo y una serie de singles que ya han recorrido la escena FUET! demuestra que su propuesta va más allá de un simple pasatiempo. Un concierto de una banda local para que te golpee la música, pero también para que te importe.

A la media hora aproximadamente, fueron entrando poco a poco y su cantante, vestido de naranja por completo iniciando con su introducción Tigger para dar el pistoletazo de salida y empezar con energía con KIT KAT. Todos tenían su estilazo y buen gusto, no todo es musical, lo estético también tiene mucha importancia sobre el escenario ya que da presencia.

Green Lights otro de sus sencillos y una de mis canciones predilectas que da lugar a los primeros pogos y bailes. La banda empezó con ganas pero nosotros no nos íbamos a quedar como muñecos y no éramos tímidos precisamente. THINK THINK THINK es una de las canciones que más fuerza tiene del grupo, tanto en mensaje como en directo.

LDG y su mezcla de crudeza y melodía es muy destacable igual en directo. 252 y Make It Happen, la que da título al disco es la que hizo que más de uno volase por la sala entre montones de manos. Glowing, canción de contrastes. Y Doomed, esta última sobretodo es de las más contundentes y Caramel su canción más «dulce» dentro de su género. La canción de Fo’ Sho’ es otro de sus «bangers» que critica las actitudes superficiales. Como postre con Mexican Flags, la favorita del grupo para un servidor y finalizamos con Becoming a Ghost para que reflexionemos un poquito sobre el concierto, las amistades y la intensidad de todo lo sucedido, ¿no?

FUET! no solo hace música; hace experiencias divertidas y anecdóticas. Y salir de Montera con los oídos retumbando y el fuet todavía en la mano es la prueba de que, a veces, el caos sonoro es cojonudamente delicioso. Y así, entre fuet, bailes y riffs,
la noche en Montera se cerró muy pero que muy bien.