Crónica de Weather Systems en Madrid | La Marca Blanca de Anathema y el talento eclipsado de Danny Cavanagh termina por convencer en la capital con más sombras que luces.
Un domingo por la tarde en la capital y concretamente en la Sala Mon, la mítica Penélope, nos esperaba el directo del nuevo proyecto del Daniel Cavanagh y Daniel Cardoso, el que fue el bajista durante la última etapa de Anathema presentando su nuevo proyecto Weather Systems con álbum debut bajo el brazo titulado Ocean Without a Shore. Todos expectantes a que Daniel Cavanagh se subiera a un escenario de nuevo y ver qué nos ofrecía tras cinco años «desaparecido» y habiéndole pedido permiso a su hermano para llevarse los temas grabados para lo que hubiera sido un futuro disco de los británicos.
Muchos siguen sin olvidar parte de su pasado y subirse al escenario no elimina tu historial en relación a problemas personales y contextos profesionales en los que el abuso de poder y tras un tibio comunicado y la responsabilidad humana dentro de la escena musical alternativa.
Haunt The Woods, la banda invitada a caballo entre el folk y el rock progresivo formada en 2016 entre Plymouth, Devon y Cornwall. Comienzan a la hora establecida con unos 45 minutos de duración y 11 temas en directo. Podíamos ver caras de alegría y de estar disfrutando de la banda en directo con buen directo y un sonido bastante decente con la voz que en ocasiones nos recuerdan a Radiohead y a bandas míticas del folk inglés.

En directo, estos británicos confirman lo que sus discos prometen. Una formación interesante, con matices y personalidad del panorama alternativo actual. Sobretodo, al interpretar su último tema entre el público en medio de la sala en acústico y a pelo como bien se dice. Cumplieron su función, dieron un muy buen concierto y estaremos pendientes de su evolución y futuras publicaciones.
Momentos como Said And Done o Red destacaron no solo por lo bien que sonaron, sino por la forma sincera en que fueron tocados, logrando que el público se metiera de lleno en la emoción de cada tema. La banda consiguió crear un ambiente muy cercano al público madrileño, casi como si cada canción hablara directamente a quienes estaban allí. Todo bastante familiar.

Sobre las 20:30 comienza a sonar la intro y van entrando poco a poco los miembros mientras suena una versión de teclado de los primeros acordes de Deep de su álbum Judgement de Anathema en la que pudimos ver a Dani bastante pendiente de su tablet porque perdía el hilo con algunos de los temas. Fallos del directo supongo.
Continúan con Still Lake, Synasthesia y Do Angels Sing Like Rain? esta última más en la tónica de los temas más rockeros y metaleros de su último trabajo ricos en texturas en estudio, sonaran planos y menos impactantes de lo que deberían en directo. Con diferencia el concierto tuvo altibajos con el mal ajuste de sonido a la hora de tocar Springfield del ya lejano The Optimist del 2017. No tan aclamado como otros temas.
Cuando comenzaron con Ghost in the Machine, fue recibida como un clásico mientras que los clásicos de Anathema evocaron momentos de profunda nostalgia como The Lost Song Part 3 y la que es una de las mejores canciones para un servidor A Simple Mistake por su final potente, intenso y catártico.

Otro clásico moderno que fue un poco menos coreado fue Closer del A Natural Disaster de 2003 seguido de Take Me With You, Ocean Without a Shore y The Space Between Us fueron bien recibidas por el respetable pero pasaron sin llamar demasiado la atención.
Entramos en la recta final con Are You There? siendo especialmente emotiva la segunda parte ya que el público encendió las luces de sus teléfonos móviles y mecheros para corear el tema. A destacar como el momento más bonito de la noche, Untouchable dividido en tres partes de 20 minutos fue la canción más íntima y conmovedora que envolvió la sala y al finalizar las canciones la cantante se echó a llorar al ver la reacción del público.

Flying se presentó como una de las piezas más introspectivas de la noche. La interpretación fue contenida con un enfoque en la delicadeza instrumental y vocal. La audiencia respondió con un silencio respetuoso, permitiendo que la canción resonara en la sala.
En contraste, Fragile Dreams, cerró el concierto de forma muy predecible y la banda ofreció una versión fiel al original. El público, visiblemente emocionado, acompañó con entusiasmo, coreando el estribillo y creando un ambiente de comunión entre artistas y asistentes. Ninguna sorpresa pero es un clásico que queríamos volver a escuchar.

¿Fue un concierto honesto? Sí, más o menos, hubo calidad pero todos sabemos que sin los hermanos no es lo mismo. La nueva formación, capitaneada por Daniel Cavanagh y Daniel Cardoso, bajista de la ultima etapa, hereda el sonido, parte del discurso emocional y salvó los muebles con el repertorio de la banda madre. Sin embargo, a pesar de que su propuesta de buscar seguir una línea continuista, la ausencia de elementos clave como la voz de Lee Douglas o la química de los hermanos se hizo notar. En dos horas convencieron pero sacamos poquitos momentos de interés. No, ese «vacío» no se llena fácilmente y a pesar del talento respeto presentado por el legado las carencias se notan muchísimo.
El sonido en la Sala Mon Live dejó mucho que desear durante las dos horas de concierto. A lo largo de la actuación, la mezcla resultó desorganizada, con la guitarra y el bajo a menudo fusionándose en un bloque sonoro que no se sabía muy bien en ocasiones lo que estábamos escuchando. Las voces se perdían en el conjunto y una batería que sonaba apagada y desequilibrada.
Todo más predecible, poco arriesgado y una versión reducida que muestra que Weather Systems funciona como consuelo para los fans huérfanos pero que no termina de consolidar una identidad propia más allá de la nostalgia. Aferrarse al pasado y ser la sombra de lo que fueron igual dice mucho de que deberían plantearse según qué cosas y la continuidad. El criterio es importante pero la exigencia no es injusta, es proporcional a lo que se representa.







