Tener la oportunidad de ver a Entrelazados en directo es sinónimo de disfrutar de una noche de mucho talento.
Hay veces que merece la pena dejar de lado las etiquetas y los prejuicios para dejarse llevar por un concierto lleno de calidad y talento, y así fue la noche del pasado 6 de julio en la Jazzville con Entrelazados.
Joaquín Padilla, quien fuera cantante de Iguana Tango, actual alma máter de Legado de una Tragedia es un compositor muy talentoso y este proyecto lo comparte con Chus Herranz, su pareja y una cantante con larga trayectoria y un registro vocal increíble. La fusión de ambos es un derroche de grandes temas cantados con pasión.
Arrancaron con una puntualidad británica, difícilmente compatible con los transportes públicos de la ciudad, aun así cuando llegué una sala llena de gente de diferentes edades estaban cantando a coro Si no estás tú, menuda manera de empezar el show.
Entrelazados jugaban con ventaja, en casa siempre se tiene más confianza y se notaba, Joaquín no paró de bromear con el público, amenizando la velada mientras nos presentaban temas como La primera vez que te vi y Chus estaba pletórica, invitando a los asistentes a acompañarles a los coros en canciones como El amor es la respuesta, tema que da nombre a su primer trabajo, un tema muy animado, con reminiscencias del pop de los 90 de unos Amistades Peligrosas, pero sin excesos de erotismo prefabricado y forzoso, aquí el amor flotaba en el aire de forma espontánea y natural.
Durante el viaje en el que nos habíamos adentrado, nos mostraron el origen de Entrelazados con la primera canción que compusieron llamada Baldosas Amarillas y a cambio nos llevaban a su último trabajo con Mi vida.
Chus nos hizo una interesante reflexión, siempre buscamos la perfección y no es así, la perfección no existe, es un ideal, así que disfrutemos el camino, vivan los seres imperfectos con lo que quedaba claro que era turno de Perfecta imperfección, preciosa canción donde la voz rasgada de Joaquín sobrecoge con la letra.
La velada anunciaba la presencia de un par de invitados y llegó el turno del primero, Joaquín nos presentaba a Kosta de Boikot quien se subió con gafas de sol (ante todo la actitud siempre presente) y un chelo para acompañar a la pareja en Que cambien ellos y una preciosa versión de Can´t take my eyes on you. Si me llegan a decir que alguna vez vería a Kosta acompañando a Joaquín Padilla con el chelo seguramente jamás me lo hubiera creído, y fue real, el escenario se hizo un perfecto cuarteto y nos hicieron despegar el alma del mundo terrenal para irnos a volar lejos. Una maravilla.
Tras este momento, la pareja, acompañada de Dan Vidal al piano continuaron presentando su último EP con Que lejos quedas antes de arrancarse con una versión de No me crees de Efecto mariposa, como comentaban el otro día las chicas de Valiente Cobarde, se echan de menos los tiempos de bandas así en las radiofórmulas.
Llegó el momento más emotivo de la noche, Chus contaba la historia de cuando conoció a Joaquín y a su pequeña a la que adoptó como su hija, demostrando que la maternidad, la paternidad no es únicamente por genética, es una muestra de amor, presentaban así su último single Mamina, una preciosa canción que cantaron y que les dejó visiblemente emocionados, se nota que es una letra que sale de dentro y que les mueve mucho.
Dan Vidal arrancó con una archiconocida melodía de piano que anunciaba que volvíamos a los tiempos de Iguana Tango y su éxito Te perdí, la sala entera se arrancó a cantar, mostrando que la simbiosis entre la parte de arriba y la de abajo del escenario se había completado con éxito.
Comenzaron entonces con el cachondeo de los bises, que no hace falta que nos bajemos para que pidáis otra, pero solo una más, pero la confianza permitió que se animaran a cantar Mientes de Camila antes de presentar a la segunda invitada de la noche, Chus la presentaba como Mi estrellita, su hermana y cantante de musicales como We Will Rock You Sara Herranz quién subió a darlo todo con La vida es hoy. En ese momento el trío de voces derrochaba potencia y energía y el público tenía ganas de más.
Aún se dejaron un par de versiones con las que terminar de conquistarnos a todos.
Para evocar la nostalgia, nos recordaron la versión de En medio del camino, una adaptación en castellano del Sister Golden Hair de América antes de terminar el show con Nada fue un Error del cantante y compositor argentino Coti.
No es de extrañar que, al acabar el concierto la sala se quedase entusiasmada ante tal derroche de talento.
En resumidas cuentas, el pasado jueves Entrelazados dejaron claro que hay veces que es necesario alejarse del ruido, liberarse de etiquetas y dejarse llevar por las emociones y las buenas canciones de amor, lo demás puede esperar a otro día.
