Una noche de música sin fronteras.
El pasado Jueves 7 de Febrero la cafetería murciana Ítaca se llenó de solidaridad y buena música en el Festival Sin Fronteras organizado por la asociación Holes in the border.
El primero en pisar el escenario fue Angel Calvo, que levantó los ánimos de la sala con su música buenrrollera, cargada de su esencia guitarrera. Tocó algunas de las canciones del repertorio que tiene con su nombre artístico Angél Calvo y los trenes de larga distancia, entre ellas Y tú o Podría ser peor.
Después de 25 minutos de buen pop, les tocó el turno a los murcianos Jamones con Tacones (cuya entrevista que podréis leer próximamente) que llevaron lo más porcino de su primer disco Looking for the Fango. Lo bueno de la cafetería es que es un lugar pequeño en el que un directo se siente más acogedor y esa fue la sensación que trasmitieron los jamones que tocaron temas como Mi mongola favorita coreada por todo el público (y es normal ya que Rozalén la cantó con ellos en ese pedazo de videoclip). Mi parte favorita fue escuchar a Manu, el saxofonista) dándolo todo con sus solos. El escenario fue una auténtica fiesta y el público se sumó a ella, ya estaba la guinda puesta para que la noche fuera viento en popa.
Clot llegó al escenario con una nueva propuesta, su música en acústico con su característico vocalista (Gala), su guitarrista (Alex) y su Batería (Ángel), sonó muy bien en directo y lució espectacular porque ese portento de cantante lo da todo en el escenario y lo contagia a sus compañeros. Iniciaron con una sorpresa, el tema inédito Marruecos y siguieron con canciones como la Nana de la Cebolla (dedicada como no a Miguel Hernández), La fama o Trileros, todas de su segundo disco Aquí paz y después gloria. Su corte rockero clásico sonó esta vez más cambiado. Tocaron sin la ayuda de su teclista y con Darío (el que fue su saxo desde la creación del grupo) fuera de Clot y se notó que han reinventado las canciones para que sigan sonando tan bien como siempre. Tras hablar con ellos nos aseguraron que quieren renovar su música, hacer algo nuevo y diferente, que están más entusiasmados que nunca con el proyecto y que de momento no piensan parar.
El final del concierto tenía como protagonistas al grupo Karmacadabra con su mezlca de jazz, ska y el pop más buenrollero y con todos sus componentes en el escenario dieron una fiesta en la que no faltó ni guitarra, ni trompeta, ni voz. Todos los elementos del grupo sonaron fantásticamente y sintonizaron con ese directo tan simpático y rompedor que tienen, con el que se ganaron al público que coreó y bailó todas las canciones sin excepción.