Hemos sido testigo de la trayectoria ascendente de Halestorm desde sus inicios: desde ser una banda soporte que abría para gigantes del rock, hasta convertirse en cabezas de cartel indiscutibles, actuando ante públicos variados, desde los escépticos hasta sus más fervientes y devotos seguidores. Su evolución ha sido constante y, a juzgar por lo vivido en Barcelona, su pico creativo está lejos de alcanzarse.
La velada en Razzmatazz 1 se presentaba con un propósito cristalino: la presentación magistral de su último álbum, Everest. El setlist fue un testimonio de su audacia, pues solo dos composiciones se quedaron fuera para lograr una ejecución casi completa del flamante material. Las piezas más antiguas y emblemáticas se dosificaron con precisión quirúrgica para asegurar un impacto total, sirviendo como puentes hacia el nuevo sonido de la formación.

Sin embargo, el instante en que Fallen Star resonó en el recinto, la atmósfera se transformó. Fue una declaración de intenciones que confirmaba lo que ya se intuía: la nueva era liderada por los hermanos Hales había contagiado por completo a la audiencia. Antes de sumergirnos por completo en Everest, Halestorm nos ofreció un viaje de nostalgia ineludible. Clásicos como I Miss the Misery y Love Bites (So Do I) no solo rompieron el hielo, sino que sirvieron como un poderoso recordatorio de su legado.

Los momentos más sobresalientes y, a mi juicio, memorables de la noche, provinieron de las composiciones de su flamante disco. Temas como Like a Woman Can fueron interpretados consecutivamente, mostrando la versatilidad deslumbrante de Lzzy Hale. La frontwoman se alternó entre el piano, la voz y la guitarra eléctrica con una maestría formidable. Esta balada conmovedora fue ejecutada con una profundidad y una interpretación intensamente personal, una de esas piezas que imprimen peso y verdad sobre el tablado.
Otro tema cumbre fue Darkness Always Wins, un corte inicialmente cadencioso con una lírica de gran calado y consistencia. De pronto, la canción eclosiona en una tormenta sónica de guitarras rugientes y una batería frenética y desbordada, mutando hacia un pasaje denso y pesado. Fue un verdadero viaje auditivo y emocional. Después de esta intensidad, Shiver nos devolvió a la nostalgia de sus orígenes y a las ejecuciones vocales portentosas que caracterizan a la banda.

Cada producción discográfica de Halestorm trae consigo un nuevo himno que, si bien puede no alcanzar la resonancia masiva de la era de The Strange Case of…, álbum con el que alcanzaron la fama internacional, sí proporciona el combustible necesario para que en cada regreso a Barcelona puedan actuar en un foro de mayor aforo. Esta progresión es un indicador claro de su creciente popularidad.
El magnetismo y la potencia escénica de Lzzy Hale permanecen intactos y son el motor indiscutible de la banda. Ya sea ocultándose brevemente tras el mástil de su instrumento o tomando el control absoluto del micrófono para interactuar con las primeras filas, se revela como una auténtica jefa en todos los sentidos. Su dominio del escenario es incuestionable.
Por supuesto, un concierto de Halestorm no estaría completo sin su ritual icónico: el Drum Solo a cargo del inigualable Arejay Hale, incluyendo sus tradicionales baquetas sobredimensionadas. Es un momento que, pese a la previsibilidad, sigue siendo un número de energía pura que el público aclama.
Dejando atrás la introspección y la melancolía, el cuarteto nos golpeó con firmeza al liberar Freak Like Me, Back From the Dead y la contundente K-I-L-L-I-N-G.

La velada, al igual que su álbum Everest, tuvo instantes para la conmemoración, para la risa espontánea y, crucialmente, para la reflexión profunda. Los años transcurren, no solo para nosotros, sino también para Halestorm, y esta madurez se percibe en sus más recientes composiciones, las cuales apuntan directamente a las fibras más sensibles de la experiencia humana.
En resumen, fue un espectáculo memorable, una actuación de coleccionista. Las diecinueve canciones se sintieron fugaces y exquisitas. Nos quedamos con el deseo ardiente de más, pero con la certeza de que los esperaremos con gran entusiasmo, como siempre.
Texto | Fotos: KBAEZORTIZ Promotora: Madness Live!
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