La feria del pueblo almeriénse de Huércal Overa nos venía este año cargada de rock y metal, presentando para el sábado, día más fuerte de la feria, un mini-festival encabezado por Hamlet, Leo Jiménez y Obús junto a La Skala de Richter y los locales Apeiron.
Por cuestiones de tiempo y de cansancio solamente pudimos disfrutar de los tres grupos principales, aunque tanto Apeiron como la Skala son totalmente recomendables.
Hamlet hacían un pequeño paréntesis en su gira de presentación de La Ira para participar en este mini festival, una cita en la que no dispondrían del tiempo suficiente para presentar el nuevo disco al completo, por lo que optaron por hacer un recorrido por su carrera, dejándonos un show bastante diferente al que dieron hace unos meses en Murcia.
El comienzo con Egoísmo auguraba un gran concierto de los madrileños, aunque con un sonido un tanto mediocre, que incluso iría a peor algo después. Aún así el grupo se esforzó por paliar los posibles problemas de sonido con esfuerzo, calidad y el primer wall of death de la noche que llegó en el segundo tema Muérdesela. Un primer acercamiento a La Ira con Lamento, el tema que abre el disco y que tiene muchas papeletas para convertirse en un nuevo clásico como los Limitate, Antés y Después, Vivo en él, Denuncio a Dios o Tu medicina que sonarían después.
El grupo está en un gran momento de forma, Ken Hc se ha adaptado bien al grupo, la base rítmica con Álvaro Tenorio y Paco Sánchez lleva años mostrando su valía mientras que Luis Tárraga y Molly no paran ni un momento de correr, saltar e incluso de subirse a la estructura del escenario, como hizo el cantante en un par de ocasiones, un auténtico torbellino sobre el escenario.
Un Mundo en pausa, Imagine y el clásico Irracional iban cerrando el concierto no sin antes felicitar al batería del grupo que cumplía años, quién se llevó un «Cumpleaños feliz» entonado por el público. Para el fin del concierto, subió Martinillo, el guitarrista de La Skala de Richter, para tocar junto al grupo Jodido Facha que fue acompañada por otro wall of death para dejar al público exhausto y encantado a partes iguales.
Rápido cambio de componentes para la salida a escena de una de las mejores voces de España, así como uno de los cantantes de heavy más queridos en nuestro país y en latinoamérica: Leo Jiménez. Después de 20 años tras el apocalipsis y en constante evolución Leo atesora tablas de sobra, un buen puñado de canciones y una banda a la altura; aunque en esta ocasión sufrieron el peor sonido de la noche.
Comienzo del show con Caminos de agua de su Títere con cabeza de 2009, tras la cual nos preguntaba cuantos «cowboys from hell» había entre el público para atreverse con su versión del tema de Pantera Domination, clavada musicalmente aunque pierde algo de fuelle en el aspecto vocal debido al registro totalmente diferente de la original. Temas como Desde niño o Misantropía hacían las delícias de los fans de Leo que cantaban cada letra como si fuera suya. Para interpretar los guturales de Impotencia salió a escena Toni Mero Mero (vocalista de Cuernos de Chivo), tema en el que el sonido volvió a ser bastante malo. Volar, Caballo Viejo y la versión del éxito de Mecano Hijo de la Luna daban paso a la traca fin de fiesta, nunca mejor dicho, y es que en mitad de Parte de mí, tema dedicado a su abuelo, comenzó el castillo de fuegos artificiales de la feria del pueblo, un momento emotivo, aunque como era de espera, hizo que el grupo se escuchara aún peor.
Para acabar el show, vuelta a sus inicios con el tema de Saratoga Resurrección y la más reciente Tu Destino. En general un buen concierto, pero con un sonido muy mejorable que en parte consiguió empañar el show.
Obús aparecían esta noche como cabeza de cartel de este mini festival, al menos por tiempo de actuación. He de decir que cuando me enteré de que iban temí por los posibles curiosos que podían acercarse al recinto sólo para ver al heavy más famoso de telecirco, más aún teniendo en cuenta de que fue en este pueblo donde se vió por última vez Isabel Pantoja sobre un escenario; por suerte, los escasos 10 € que costaba la entrada fueron un perfecto antídoto ante posibles «supervivientes». Pero, polémicas aparte no podemos negar que Obús son, por mérito própio, uno de los grandes del Heavy Rock patrio y lo suelen demostrar en cada uno de sus conciertos.
Un escenario a dos alturas con la batería sobre una plataforma bajo la que aparecería Fortu para comenzar con Juego Sucio, tras la cual sonarían un buen puñado de clásicos del rock español como Necesito más, Pesadilla Nuclear, Te visitará la muerte, El que va, La Raya o Autopista. Carlos Mirat y Fernando Montesinos han dado un toque de juventud y de aire fresco al grupo y eso en directo se nota y mucho, mientras que Paco Laguna y Fortu mantienen la esencia y gran parte del espectáculo. Corre Mamón, Dinero, Dinero, Va a estallar el Obús o Vamos muy bien terminaron de cerrar una velada de rock y heavy metal, dejando a La Skala de Richter con el complicado trabajo de cerrar la noche a unas horas bastante complicadas.
Una gran apuesta que esperemos se siga manteniendo durantes los próximos años
