Crónica | Narco: Fin de gira en Madrid

La extensa gira de dos años Parasitour de los sevillanos Narco, ponía el punto y final el pasado día 30 de noviembre en la Sala La Riviera de Madrid con extraordinario éxito. Narco acercó a la capital su mezcla de ritmos y letras a dos voces en una fiesta a la que fueron invitados a participar numerosos amigos de escenarios que fueron apareciendo según avanzaba la noche. Y para dar testimonio de lo que iba acontecer, Rock Culture se acercó a la sala capitalina.

El prácticamente lleno de La Riviera se notaba en los alrededores, donde se encontraba muchísima gente ataviada con el merchan de la banda abarrotando bares y tiendas de alimentación. A pesar de abrir puertas a las 19.30h, la gente extiró la previa, apurando bastante el acceso, provocando un tapón a escasos veinte minutos del comienzo, lo que tuvo como consecuencia el retraso del concierto, ya que casi la mitad del aforo se encontraba en la cola.  Con casi quince minutos sobre el horario, las luces por fin se apagaron y se dio paso a la rave, a P.A.M!, el segundo corte del último álbum de la banda, Parásitos (2022), que da nombre a la gira. 

En escena estaban Distorsión Morales y Rey Ezequiel (voces), Diablero Díaz (guitarra), Amnésico Díaz (bajo), Caraperro (batería) y Abogado del Diablo DJ.  Sin calentar llegó Son Ellos. Litros al aire, empujones y gritos, muchos gritos. Sucedieron casi sin descanso Ahí Fuera, Hermanos Gomex, Vizco, y la coreadísima Suicidate, para dejar paso a uno de los múltiples invitados que Narco trajo consigo a este fin de gira, Tinatha, con la que cantaron -al igual que en su álbum EspichufreniaAnticrista.

Un par de canciones después, el turno fue para Fernando Madina (Reincidentes) y para Candi Murillo “Finito de Badajoz (ex Reincidentes), entonando Huracán. Fernando dejó sólo a Candi en el escenario y este cantó también Con Un Pitillo.

Tras un breve descanso, los redobles de tambor rompieron el silencio y fijaron la mirada del público en el escenario. Eran sonidos que evocaban la Semana Santa y que llevaron al alborozo generalizado porque llegaba Hermandad, con Zequi vestido de penitente y el público participando activamente del instante, y es que muchísimos seguidores fueron llevados a hombros como si de pasos se tratase. Este momento es para vivirlo, vale la pena ir a un concierto de Narco por ver el jolgorio que se monta en este temazo. Y aprovechando que hablaban de procesiones y santos, no podía fallar la siguiente canción, Tú Dios de Madera, que hizo estallar a los allí presentes en un pogo brutal. 

El momento de las letras más relacionadas con la “química” llegaron de la mano -en primer lugar- de Kimikaze. Y acompañando a esta,  viniendo por la esquina, soltando humo, se iban poniendo a la cola el público que quería lo suyo, era El Trapichero disparando su material duro que te quita el sueño y te deja en ayuno. En este instante, nos había volado la mitad del concierto, pero el ambiente no decaía en ningún momento y el público seguía incombustible.

Era el momento de una colaboración estelar, historia viva de la música en este país, una histórica de la movida madrileña, Ana Curra, a la que se ha denominado la Reina del Punk español, y que ha pertenecido a míticas bandas como Alaska y los Pegamoides o Parálisis Permanente. Con la voz, contorsiones en sus bailes y esos gestos característicos suyos, Ana Curra dio vida a Tengo Un Pasajero, y trajo a este 2024 esas reminiscencias punks ochenteras de la escena madrileña.

Despúes de que Narco nos diese veneno, aparecieron en escena “los de AlKobendas”, era el momento de una de las bandas de cabecera del street punk estatal, Kaos Urbano. Con la excepción de Escu (voz de Kaos Urbano) que no pudo acudir,  todos los componentes se subieron a tocar y a cantar Velocidad. Ya que la batería estaba bien ocupada por Caraperro, a Peke le tocó el papel de cantante, así que cogió el micro y nos obsequió con un buen litro de cerveza por encima a los que nos encontrábamos en las primeras filas. 

Tras Ambiente Cadáver, que fue entonada por el antiguo vocalista de la banda Chato Chungo, Narco nos dejó tomar aire, iba a comenzar el bis de la banda.

Cuatro temas quedaban, y uno era de los más esperados. Oscuridad total hasta que unas pequeñas luces hicieron vislumbrar la figura de un robot. Era el momento de Yoni. Luces azules en La Riviera y a cantar con la divertida y sarcástica Yoni, El Robot.

Los siguientes tres bombazos vinieron de corrido y supusieron el punto y final a la fiesta a la que la banda Narco nos había citado en Madrid. Lamprea, Chispazo y La Puta Policía -esta también con la voz de Chato Chungo- cerraron el concierto, pero no sin que antes el dj Abogado del Diablo rompiera sus “platos”.

Ahora sí, era el momento del final, despidiéndose del público congregado en Madrid que esperaba sus preciados trofeos: baquetas, púas y algunos objetos más que lanzaron desde el escenario.

Si Narco quería celebrar una gran fiesta fin de gira por todo lo alto, hay que decir que lo consiguieron: magnífico sonido, una buena puesta en escena y una energía increíble transmitida desde arriba, desde el escenario. De ello, mucha culpa la tienen las dos voces, Zequi y Distorsión Morales, que no paran de animar, dirigirse al público o saltar. Además, todo fue engalanado por los grandes invitados que trajeron y que elevaron, más si cabe, el nivel en la noche del pasado 30 de noviembre. Si nunca has visto sobre el escenario a Narco, has perdido una grandísima ocasión.

Texto y fotos: José Carlos Soria PARRA (@jcsparra.pics)