Los madrileños Undead, los suecos Ereb Altor y los irlandeses Primordial unieron fuerzas en una noche que transitó entre lo ritual, la crudeza, lo marcial, lo épico y lo abiertamente emocional. En la Sala Revi de Vicálvaro se nos presenta un cartel que unía tres maneras distintas de entender el metal extremo, diferente procedencia y aquí venimos a contaros un poco cómo cada grupo aportó lo suyo en directo. Cada uno desde su propio lenguaje sonoro pero todos con una identidad muy marcada construyeron una velada que funcionó casi como un viaje a través de las múltiples facetas de la música extrema contemporánea.

Undead: Death Metal crudo desde Madrid

Los encargados de abrir la velada fueron Undead, formación madrileña en pleno crecimiento que continúa afianzando su propuesta gracias a un enfoque directo y una estética firmemente anclada en el old school. Su death metal crudo de aura cavernosa, cumplió con creces su función de acondicionar el ambiente desde los primeros compases. Una manera clara de marcar territorio durante su actuación de cuarenta minutos.

Sin necesidad de discursos ni transiciones extensas, la banda encadenó cada tema haciéndonos recordar a los 90, reafirmando que su fuerza no reside únicamente en la contundencia sonora, sino en una actitud escénica clara y sin concesiones. Fue una apertura sólida y efectiva, capaz de activar al público desde el primer momento.

Abrieron con Discordia, un inicio abrupto y corrosivo que funcionó como declaración de intenciones. Sin dejar espacio para respirar, enlazaron con Feast of the Worms, uno de los cortes más reconocibles de Putrefactio, que mantuvo la energía en lo más alto.

El bloque central del concierto se sumergió en su faceta más oscura. Demon of a Thousand Lies añadió densidad y pesadez, con una atmósfera opresiva que reforzó la cara más ritual del grupo. Esa línea continuó con The Veil, tema donde la banda explora estructuras más amplias y un aura casi ceremonial, sirviendo como transición perfecta hacia su material más antiguo.

También cayó Existential Horror, referencia directa a su primer larga duración y ejemplo claro de su enfoque cavernoso y primitivo. El contraste llegó de inmediato con This Side of the Grave, su lanzamiento más reciente, que en directo ganó músculo y sirvió para mostrar el futuro inmediato del proyecto.

El tramo final se reservó para los temas más crudos de su catálogo. Blood Enemy devolvió al escenario la esencia de sus primeros pasos, mientras que Haunted by Hate empujó la intensidad un punto más, apoyada en una base rítmica especialmente agresiva. Para cerrar, Beyond Divine Regulation dejó una última sacudida de death metal puro, cerrando el set sin artificios. No hubo pogo que lo pedía su líder sin parar pero los disfrutamos mucho.

Ereb Altor: El misticismo nórdico se hace con la sala

Con un repertorio muy bien escogido, Ereb Altor recorrieron varias etapas de su discografía. Abrieron con Valkyrian Fate y Queen of All Seas, que asentaron rápidamente su mezcla de épica y oscuridad. Temas como Vi är Mörkret y Midsommarblot mantuvieron ese equilibrio entre solemnidad y fuerza que caracteriza a la banda. La banda se formó en 2003 por Mats y Ragnar (miembros de Isole), inicialmente como un proyecto para rendir homenaje a la herencia más épica y melancólica de Bathory. Sus primeros discos reflejaban precisamente esa influencia. Composiciones extensas, de carácter casi litúrgico, y un sonido que unía doom, black y épica vikinga.

Pero no hemos venido a hablar de su historia sino de su buen directo y que a muchos nos dio a entender que la épica y las canciones largas pueden generar emoción. La marca Bathory está ahí pero maman de muchas otras influencias dando personalidad y reflejando los años que llevan actuando. Un placer haberlos disfrutado y estar escribiendo sobre ellos.

El tramo más intenso llegó con Fenris y Prepare for War, mientras que En Synd Svart som Sot aportó un matiz más dramático antes del cierre con The Last Step, un final firme y bien ejecutado que redondeó su actuación. Una demostración sólida y convincente que situó a Ereb Altor como uno de los puntos fuertes de la noche. Los suecos ofrecieron una actuación que por momentos superó la fuerza y la «grandilocuencia» de sus propios discos, beneficiados por un sonido impecable que nos metió de lleno en su rollo. La presencia de un invitado especial al bajo, Óscar Martín, veterano del metal extremo europeo y conocido en nuestra península por sus proyectos As Light Dies, Garth Arum, Aegrisomnia o ASCIIIMOV aportó una base aún más solida a su directo reforzando la sensación de viaje.

Lo que más destacó de su paso por Madrid fue esa capacidad tan suya de hacer convivir pasajes densos y oscuros con momentos abiertamente ceremoniales. Las voces, alternando registros limpios con sus pasajes rápidamente se metieron al público en el bolsillo. Si hubiera que definir su directo con una sola idea, podría describirse como una experiencia épica y emocional que amplifica todo lo que Ereb Altor propone en estudio.

Primordial: A.A. Nemtheanga, un líder irrepetible y un ritual marcial sobre el escenario.

A la hora establecida a eso de las 22:20 se apagan las luces y comienzan a salir abriendo con As Rome Burns que tras las sobresalientes  actuaciones de Undead y Ereb Altor, la atención se centró en Primordial, indiscutibles protagonistas de la noche. Desde los primeros compases quedó claro que la propuesta de Primordial no necesita artificios. No Grave Deep Enough seguida sonó contundente y sin pausa enlazaron con Traitors Gate. Con To Hell or the Hangman con un público totalmente entregado. 

Otro ya clasicazo que sonó fue Gallows Hymn que fue celebrada por el respetable. Victory Has 1000 Fathers, Defeat Is an Orphan añadió un tono solemne, casi marcial, antes de uno de los momentos más esperados de la noche The Coffin Ships. Hubo momentos de silencio antes de ciertos pasajes, no impuestos por nadie, sino surgidos de la conexión natural entre banda y público. Eso es de agradecer ya que muchas veces se falta bastante al respeto a las bandas en directo.

Para terminar, Empire Falls y To Enter Pagan funcionaron como cierre perfecto, una descarga final donde la banda se volcó al máximo y el público respondió bien. Sí que es cierto que una hora y tres cuartos casi de concierto se hacen pesadas que incluso Alan estaba sufriendo pero, ¿Qué tema quitas de un repertorio tan bueno que tiene esta gente? Difícil, de todas sus épocas tiene auténticas joyas y buenos temas. La trayectoria de Primordial, marcada por más de tres décadas de identidad propia y un estatus incuestionable dentro del metal extremo europeo se reflejó con claridad en su directo. Sobre el escenario, la banda mostró esa mezcla de oficio y personalidad que solo poseen los proyectos con una historia larga y coherente. No hubo artificios ni gestos grandilocuentes como bien reseñó el propio Alan.

Cada músico ocupó su espacio, dejando que las canciones transmitieran por sí solas. La compenetración como fruto de años de carrera y cambios de estilo coherentes a caballo entre el black, el doom y el folk siendo fiel a su mismo estilo. El público, me incluyo a pesar de haber estado en el foso durante los tres primeros temas y tuve ocasión de ser más observador, percibió rápidamente esa madurez artística y forma de interpretar que no necesita alardes porque se sostiene en la convicción y en la experiencia acumulada.

El tramo final del concierto reafirmó el poder escénico del grupo. Esa comunión entre la banda y el público, evidente para cualquiera que la haya experimentado, alcanzó su punto álgido en los últimos temas. Quizá demasiado extenso, no sé si es generacional pero a la larga preferimos conciertos de menor duración. A.A. Nemtheanga, siempre líder y carismático, condujo el concierto con esa mezcla de teatralidad contenida y honestidad que lo caracteriza. Gestos precisos, miradas intensas, brazos en alto como si invocara algo más allá de la música. Su voz rasgada y firme sonó inspirada incluso cuando no llegaba al final del último tramo de concierto. Todo un profesional y una forma de vivir el directo.

Una formación disciplinada y perfectamente coordinada, ofreció una interpretación impecable de principio a fin. Todo ello acompañado por un sonido nítido y equilibrado, que permitió seguir cada detalle sin perder la fuerza general del directo. El regreso de Primordial a Madrid no fue solo un concierto sino una experiencia colectiva.