Crónica Rock Imperium 2023 | Domingo
Crónica: Luis Rey
Foto y Vídeo: Alfonso Rock Culture y Manu Hernández para Rock Imperium Festival
Tercera y última jornada en esta segunda edición del Rock Imperium 2023. Varios platos fuertes que se avecinaban por delante y una cierta tristeza porque se terminaba lo bueno.
Siska fueron los encargados de abrir el festival en los dos escenario principales. Su mezcla de hard rock y heavy metal fue un magnífico aperitivo para ir abriendo boca de cara al magnífico menú que teníamos por delante.
Un concierto corto donde el grupo pudo demostrar todo el potencial que tienen y la buena puesta en escena capitaneada especialmente por su guitarrista Mattia Sisca y el bajista Bunny Bertetti.
Los italianos Frozen Crown se presentaban antes un variado público, algunos de ellos ya maquillados para el gran fin de fiesta que llegaría algunas horas más tarde.
Combatieron el calor a base de unas buenas composiciones y una puesta en escena sencilla, pero contundente. Pudimos disfrutar de temas como Call of the North, Kings o The Shieldmaiden.
Para abrir boca empezamos de nuevo bajo un sol de justicia con los murcianos 91 Suite que fueron los encargados de sustituir a los suecos Nestor que causaron baja de última hora en el cartel.
No podría haber sido más acertada la elección porque aunque repetían en el festival al igual que Europe en la jornada anterior volvieron a dar una completa demostración de clase encima del escenario presentando canciones tan redondas como Starting All Over, The Day She Left, Hard Rain o una fantástica versión de Animal de Def Leppard. La tarde empezaba intensa y fue creciendo conforme pasaban las horas.
Los siguientes en pasar por el escenario Cartagena Stage fueron otros de los que esperábamos mucho porque la banda reune nombres tan importantes como los de Richie Faulkner (Judas Priest), Ronnie Romero (Rainbow, Msg), Christopher Williams (Accept) y Dave Rimmer (Uriah Heep).
Bajo el nombre de Elegant Weapons han sacado un potente album al mercado (podéis leer aquí la reseña) pero el caso es que no sabemos si fue por la temprana hora de la actuación o que el grupo en directo no está suficientemente rodado, porque la química en el escenario no se vio muy cercana. Correctos en la interpretación de sus canciones con un par de versiones de Ufo (Lights Out) y Black Sabbath (War Pigs) un poco descafeinadas pero resultonas. A la postre lo que mejor sonó fue ese Do Or Die que es uno de los singles más potentes del album de estudio que han grabado para el sello italiano Frontiers Records.
Hace ya 17 años que los finlandeses Lordi ganaron el popular Festival de Eurovision. Desde entonces se han labrado una carrera musical muy apoyada siempre en el factor visual pero sin descuidar sus composiciones musicales. Ataviados como siempre con sus trajes monstruosos y liderados por ese personaje llamado Mr Lordi dieron un show espectacular que se vio algo deslucido por realizarse a la luz del día. Canciones de toda su carrera como The Riff, Blood Red Sandman, el himno This Is Heavy Metal, Devil is a Loser o la sempiterna Hard Rock Hallelujah hicieron disfrutar mucho a un gran número de fans y curiosos que se agolparon junto al escenario Estrella de Levante.
La siguiente banda en aparecer por el escenario Cartagena Stage eran una de mis grandes debilidades y al mismo tiempo muy esperados por aquellos que miran que el virtuosismo musical no está para nada reñido con el feeling y la actitud. The Winery Dogs con Richie Kotzen, Billy Sheehan y Mike Portnoy dieron una exhibición musical digna de los genios musicales que son.
Ese formato Power Trío que te golpea directamente en la cara con su sonido fue sin duda de lo mejor de todo el festival. Con una sólida discografía y alejados de ser un mero proyecto o superbanda nos dejaron canciones tan tremendas como Captain Love, Stars, Desire o Elevate. Llega un momento en el que te sientes completamente hipnotizado por su música y no sabes a quien mirar. Uno de esos shows que dejamos en la retina para mucho tiempo.
Mientras terminaba el concierto de The Winery Dogs ya se iba agolpando mucha gente en el escenario Estrella de Levante porque el plato más fuerte de todo el Festival iba a actuar en él. Los Norteamericanos Kiss anunciaron esta gira como su despedida oficial de los escenarios después de cinco décadas llenas de espectáculo y también una colección de grandes canciones irrepetibles. Un concierto de Kiss es siempre pura diversión y aunque para este Tour muchos de sus fans más fieles echan de menos a dos de los componentes originales de la banda como son Ace Frehley y Peter Criss. Sus sustitutos (Tommy Thayer y Eric Singer) realizan un trabajo más que solvente pero carecen de ese punto de alma que los otros siempre han tenido.
Dicho todo esto, tanto Paul como Gene se han vuelto a poner en buena forma para afrontar esta larga gira y han decidido volver a dar a todos los fans esa magia y misticismo que siempre ha rodeado a la banda. El concierto fue grandioso desde el arranque clásico con Detroit Rock City sobre las plataformas hidraúlicas del escenario con toda la pirotecnia y luminosidad que un concierto de Kiss lleva detrás.
Sonaron temas clásicos como Shout it Loud, Deuce, War Machine, de su época sin maquillaje como Heaven’s on Fire o Lick it Up, Say Yeah o Psycho Circus de su etapa más actual y los clásicos números de la tirolina de Paul en Love Gun (sigue siendo una auténtica pasada verlo cruzar por encima del público) o de Gene escupiendo sangre antes de elevarse en God Of Thunder.
La traca final como siempre fue apoteósica con Black Diamond, Beth, I was made for Lovin’You y la despedida con Rock’n Roll All Nite. Una noche histórica para Cartagena y los fans de la banda que despidieron el show con un espectacular castillo de fuegos artificiales mientras sonaba por los altavoces el God Gave Rock´n Roll To You y en las pantallas laterales se veía la frase Kiss Loves You Cartagena.
Inolvidable este último beso de la banda.
Tras esta cita con la historia no terminaba la noche ahí. Quedaban todavía los grandes esperados por muchos Skid Row. Una banda que ha seguido con el paso de los años sin cesar su actividad pero bajo muchos cambios en la posición de vocalista desde que el mítico Sebastian Bach dejara de serlo hace ya demasiado tiempo.
Lo cierto es que salieron a comerse el escenario con una energía y sonido apabullante. En todo esto tiene también muchísimo que ver un tipo sueco llamado Erik Gronwall que ha inyectado gasolina supersónica a la banda desde que ocupa el puesto de frontman. Con un brillante disco de estudio llamado The Gangs all Here del que sonó la canción que le da título así como Time Bomb y Not Dead Me (hay que defender las nuevas canciones y no solo vivir del pasado) basaron el set en clásicos de sus dos primeros discos y a la postre más exitosos del grupo. Atronadoras Slave to the Grind con la que arrancaron, The Threat, Makin’a Mess, Riot Act, Monkey Bussiness y las magníficas baladas 18 and Life, Quicksand Jesus o I Remember You. El momento Ramones con Psycho Therapy y el bajista Rachel Bolan a las voces y la guinda del pastel que se llama Youth Gone Wild. Para los puristas que hablan de un tipo sin alma comparando a Erik con Sebastian. No hay comparación posible, cada uno con sus características pero un servidor tuvo la suerte de ver a Skid Row con Sebastian en la primera etapa de la banda y puedo afirmar que nunca ha cantado en vivo tan bien las canciones como Erik. Ahí lo dejo.
Un show totalmente matador que sacó a todo el mundo la mejor de las sonrisas para poner punto final a una segunda edición del Rock Imperium completamente inolvidable.
Esperamos ya ansiosos novedades para 2024 y felicitar a toda la organización por su esfuerzo y buen hacer este año mejorando con creces lo que vivimos en 2023. ¡¡¡Larga vida al Rock Imperium!!!