Septicflesh + Equilibrium + OCEANS + Scar of the Sun en Barcelona: Una epopeya greco-germana que arrasó la ciudad
Corría un día particular, las nubes se apoderaban del cielo barcelonés y a medida que se acercaban las 18:00 del 18 de octubre esperábamos la tormenta que se avecinaba. Cuatro bandas provenientes de Grecia y Alemania estarían por dar un espectáculo durante las siguientes horas, con muestras de diversas influencias marcadas en cada una de las agrupaciones.
A la apertura de puertas, la Salamandra, el mítico local que alberga y preserva de manera importante al metal en la ciudad condal, ya mostraba indicios de que sería una noche ardiente con una gran cantidad de asistentes. Y en una extrema puntualidad, el primer barco llega gracias a Madness Live! con los griegos de Scar of the Sun, quienes llegaron para abrir y comenzar una épica jornada.
Scar of the Sun
Este conjunto griego formado en 2004 en Atenas, lanzó su primer disco A Series of Unfortunate Concurrencies en 2011, comenzando una carrera que ya va en 3 discos (el segundo In Flood de 2016, e Inertia de 2021) tuvo la misión de encallar el navío para el desembarco de sus compañeros, haciendo sonar Among Waters and Giants, de su segunda publicación, empezando así una noche de lujo auditivo, visual, y emocional. Avanzaron con Inertia y I Am the Circle con un despliegue enérgico, con su vocalista Terry Nikas encendiendo al público y llenando de intensidad la Salamandra. La función continuó con la dramática Quantum Leap Zero II: Transition to Turbulence, de su último lanzamiento, logrando sacar los gritos de aliento del público.
Esta gira presentó un lineup nuevo, con cambios en guitarras y baterías, entrando Jimmy Rokko en guitarras, quien plasmó su energía renovadora en el escenario, junto a Alex Paraskevas (guitarra), y Sakis Mosidis (batería), quienes sumados al bajista Panagiotis Gatsopoulos completan la formación que cerró el show efusivamente con Anastasis del último disco, y Gravity de la primera publicación de estudio, a punta de headbanging y riffs pesados.
En general la banda tuvo un buen desempeño, y si bien a ratos se ve que Nikas tuvo algunas dificultades con las voces, sumado a algún clásico problema de sonido, su energía y desplante estuvo de nivel, acompañado de músicos que ejecutaron bien sus instrumentos, y considerando que la formación es reciente, podemos esperar que para los próximos shows la situación vaya aún más arriba.
Terminando el show sigue llegando más gente al recinto de L’Hospitalet, comenzando el calor y las dificultades para moverse libremente luego de dejar el lugar e ir a la barra por algún refresco se hacen mayores. Sin embargo, eso no es problema para quienes esperan con ansias ver los shows que continuan la noche, llegando rápidamente el turno de OCEANS, banda alemana catalogada por ellos como Nu Death metal, con tonos post y core en su sonido, quienes desde 2017 han traído la locura a los escenarios del mundo con tres discos de estudio publicados junto a 7 EP llenos de un estilo bastante emocional y pesado, con temáticas que aluden a la salud mental.
OCEANS
Comienza la acción en el escenario y vemos que no se trata de un show cualquiera, la presencia de su vocalista Timo Rotten, quien, con sus ojos negros, vestimentas llamativas y guturales agresivos hizo arder la Salamandra rápidamente con PARASITE, la que abre el nuevo disco Happy, recientemente publicado. En la misma línea siguen con SPIT, segundo tema de la misma publicación y haciendo cambios con sus shows anteriores, con golpes de micrófono en la cabeza comunicando angustia mental, lo que hace mayor sentido con la siguiente canción, We Are Nøt Okay, del EP de 2021 que lleva el mismo nombre, en una muestra de locura particular que plasma una angustia existencial con la que todos quizás alguna vez empatizamos o vivimos.
Continúa el show con BREED CONSUME DIE, una crítica social llena de rabia en mezclas de voces limpias y sucias, sonidos electrónicos, y unos músicos potentes, con Patrick Zarske en las guitarras, Thomas Winklemann en el bajo, y J.F. Grill en las baterías, los que junto a Timo siguieron reventando al público con la intensa Icarus, llevando a todos a corearla mientras suenan las palabras this is how we die, y que luego paradójicamente se transforman en I am alive con The Awakening de Hell Is Where the Heart Is de 2022. En una muestra de agresividad y de real pérdida de cordura, OCEANS cierra el show con la frenética e inestable Sulfur, dando fin al desenfrenado debate entre la sanidad mental y la locura absoluta.
De la presentación destaca la energía de su vocalista Timo Rotten, quien entregó muchísima emoción contagiosa a un público que estaba en llamas, donde muchos no habían escuchado de la banda. Por otra parte, los músicos también destacan mucho en su manejo instrumental, sin embargo, y sin necesariamente ser un problema, se opacan un poco con el histriónico Rotten, quien plasmó claramente los dilemas de salud mental que vienen con las letras de la banda alemana. En general, el show estuvo buenísimo, intenso, pesado y dinámico a la vez, con partes que suavizaron lo desgarrador de su propuesta, que esperamos regrese pronto para contagiarnos aun más de lo que OCEANS trae para el futuro.
Luego de una emocional presentación esperamos durante breve momento que nos da para correr al baño, o quizás para tratar de comprar alguna que otra cosa en el stand de merch antes de que empiece la siguiente banda, la que nos trae unos tonos folk al escenario, con tambores que aparecen arriba del escenario para ir dando comienzo al festín que ya comienza. Hablamos de Equilibrium, conjunto alemán que tiene una historia que se remonta al año 2001, con varios cambios de formación que los llevaron a ser un actual cuarteto, con 6 discos de estudio publicados a la fecha.
Suenan los tambores que llaman a todos a convocarse para dar la partida, y comienza el espectáculo.
Equilibrium
El show arranca con triple tambor, para luego subir ambas guitarras arriba de pedestales alentando al público y comenzando con Legends, tirando para arriba a todos con sus melodías. La entrega enérgica del vocalista Fabian Getto, quien ha sido el último en ingresar al conjunto germano en 2023, hace que sea imposible no ponerse a saltar, entregando luego al público a Renegades – A Lost Generation, saltando y moviéndose sin parar, impidiendo sacar la mirada de los movimientos que empiezan a recibir mímicas de los asistentes. En un desplante que activa la sangre de nuestros cuerpos, bajando un poco las revoluciones y con los puños elevados viene una muestra de su nuevo trabajo con la canción Gnosis, tema pesado con una onda bien del death melódico con sonidos folk, dejando ver el camino que sigue la banda. Los guitarristas Dom Crey y René Berthiaume se movieron constantemente adaptándose al hiperkinético Fabian y al baterista Tuval Refaeli, quien marcó el ritmo tan importante para esta agrupación. Ahora viene un clásico, uno que nadie quedó sin bailar ni gritar, es Born To Be Epic del disco Armageddon de 2016, con gritos, vueltas y giros, patadas y cabezazos, en una especie de metal medio electrónico que no puede no prender a quien está presenciándolo.
Entre palmas y ritmos pegajosos con vocales intensas suena Awakening, para dar pie a otro clásico de la banda, Blut im Auge, de su primer disco Saga de 2008, con un gutural tremendo y la melodía folk introductoria que desemboca en una fiesta que terminó en mosh pit intenso al centro de la pista, para bajar unos cambios pero no de intensidad con Cerulean Skies, llamando al público a encender las linternas de los móviles para levantarlos al aire, como hacíamos en los viejos tiempos al levantar los mecheros.
El show se acerca al final y la energía no baja, tanto de la banda como del público, quienes no paran ni un segundo de moverse, sonando la emotiva Shelter, single de 2023, y finalmente One Folk/Nexus en un cierre brutal con energía extrema, que podría haber seguido.
La banda alemana destacó por su energía en el escenario, por sus melodías y ritmos, el uso de influencias del folk, death melódico y otros recursos de subgéneros del metal, con juegos de voces, riffs de guitarras y ritmos que están hechos para prender a la audiencia y llenar los espacios con ese aire de tintes paganos y que nos acercan a la tierra, y mostrando que a pesar de los cambios de formación y de actualmente funcionar como cuarteto, solo parecen evolucionar y transmitir que seguirán por los escenarios durante mucho tiempo, entregando ese toque particular a la escena del metal.
El show tenía toda la energía para haber continuado y encender aun más al público, sin embargo, ya es hora para la función principal. Así, en un barco proveniente desde Grecia llegan los legendarios Septicflesh, quienes desde 1990 nos traen de lo mejor del death metal sinfónico, con una tremenda trayectoria que ha recorrido escenarios y festivales de todo el mundo con 11 discos de estudio a la fecha, siendo ya unos veteranos de la escena. Esta gira viene a presentar su disco Modern Primitive de 2022, en un show lleno de clásicos de los griegos.
Septicflesh
La epopeya inicia llega con una introducción vampiresca que desemboca en The Vampire from Nazareth de su disco de 2011 The Great Mass, con su oscuridad y percusiones intensas, guturales crudos de su vocalista y bajista Spiros “Seth” Antoniou, quien con su característica voz y encanto griego da comienzo a un show que no dio tregua a nuestras cabezas y oídos. A los gritos de Barcelona let’s go empieza a sonar el temazo Neuromancer, de su último disco, con melenas moviéndose por los aires y los coros del público, quienes se sabían la letra y eran motivados a gritarlas por el frontman. La cosa no para ni un segundo, la audiencia no puede parar con estos brutales dioses griegos que tocan Pyramid God generando un alegre caos, para continuar luego con la reciente Hierophant, en una hipnotizante pasada por sus pesados tonos y misteriosidad sinfónica.
Avanzando con el show, entre voces profundas y una instrumentación potentísima, con Christos Antoniou (hermano menor de Spiros) en guitarras dándolo todo, junto a la potencia retumbante de la batería de Kerim Lechner, y Dinos “Psychon” Prassas en la otra guitarra completando la formación del tour, comienzan a tocar Portrait of a Headless Man, un ya clásico del disco Codex Omega de 2017, haciendo temblar con su explosivo y oscuro inicio, junto a los gritos de hey hey alentados por la banda. El manejo de los silencios, los cortes, la desbordante energía de los miembros, particularmente de Spiros, quien no dejó ni por un minuto de mover y dominar al público con su devastador encanto, llenaron la Salamandra de emoción y entrega, la que acercándose a la mitad del show no parece decrecer y nos dejan clarísimo que se avecina una tormenta aun más intensa con Coming Storm, reciente tema, oscuro, pesado, enlodado en ritmos rápidos y profundos, que se elevan en la sinfonía que va en conjunto con el brutal metal de la banda.
Los dioses traen dioses, soltando a Prometheus con esas voces celestiales de fondo que se fusionan con la bestialidad del vozarrón de la banda, en un debate entre el bien y el mal, que sigue con Martyr y avanza con A Desert Throne, explotando todo al caer en su estribillo, coreando las palabras de esta canción publicada en su último disco de estudio, la que fluctúa entre cierta suavidad relativa y la caída al abismo al llegar al clímax.
Acercándonos hacia la parte final del show, donde muchos ni de la hora se lograron percatar por lo sumergidos que estábamos todos, se desata la destrucción entre el público con un circle pit veloz y enérgico que surge cuando empieza a sonar Communion, con las voces de los presentes funcionando como un instrumento más en esta gloriosa y tenebrosa canción. El aparente final del show llega con la misteriosa The Collector con sus melodías de buzuki que le dan personalidad característica, y Persepolis, que destruyó a varios que agotaban sus últimas energías. Sin embargo, queremos más, pedimos más, y recibimos más, regresando la banda de la mano de otro dios, esta vez desde el antiguo Egipto. Es Anubis, un clásico de la banda del disco de 2008 Communion, encendiendo una vez más a todos, quienes cantaron efusivamente la melodía de esta épica composición, acompañando a la banda, quienes no bajaron su energía ni un solo segundo, controlando los gritos del público para hacerlos propios, con un Spiro que sabe perfectamente lo que hace, que muestra un liderazgo reflejo de su larga trayectoria. Así, con las últimas energías, nos pide que las usemos ya que las necesitaremos para cerrar el show, empezando los juegos finales con Dark Art, dejando de manifiesto que el metal griego hace honor a la historia de su tierra.
La presentación de Septicflesh estuvo salvaje y bestial, las voces y la instrumentación, acompañadas de las pistas sinfónicas que hacen carácterístico el sonido de la banda revolucionaron al público quienes agradecieron efusivamente la entrega de estos titanes del death metal sinfónico. El desplante y la ejecución estuvieron impecables, dando gusto poder presenciar un show que conquistó Barcelona durante más de una hora, y que culminó una epopeya greco-germana que nos dejó exhaustos y sin voz, llenos de energía para recibirlos nuevamente, ojalá, lo antes posible.