Crónica y fotos: Iria López y Manu Hernández
Tercer día de Resurrection Fest y tras la locura de los conciertos del jueves, volvimos con las pilas cargadas para lo que se venía el viernes, ya que las doce horas en el recinto no nos las quitaba nadie. Sobre las 15:30 hrs. hicimos entrada al recinto, corriendo ya para empezar el día pues poco antes nos enteramos de los cambios en los horarios de la jornada que hicieron adelantar su concierto a unas pocas bandas, afectándoles negativamente pues muchas personas no se enteraron a tiempo. Son cosas que pasan cuando ocurren imprevistos en la logística de tantas bandas.
Optamos por un lado por ir directos al Main Stage a saborear de primeras el post-hardcore crudo y con sabor a bolo de invierno en sala pequeña, de nuestros amigos de la Vega Baja del Segura, Virgen, y por otro a Pandemia en el Ritual Stage.
VIRGEN
A pesar de ser de tan cerca y haber tocado apenas unos días antes a 10 kms. de mi casa, nunca había podido verles, y esta vez tampoco iba a ser el concierto completo. Como era de esperar por la temprana hora y los cambios de horarios, tuvieron una muy floja asistencia de público que se acentuaba más aún al ser el escenario principal con mucha más amplitud de espacio frente a ellos.
Poco pareció afectar eso a unos tipos que han estado 9 años parados como banda tras sus comienzos, y que han tenido los cojones de sacar un disco genial titulado Polsaguera en 2015 y seguir defendiéndolo en directo en cualquier escenario y condiciones. Disfrutaron como enanos, en especial su vocalista Jorge, que si le faltaba escenario se bajo al césped a liarla. Lo dicho, concierto de invierno en sala pequeña.
Tremenda descarga de guitarreo como cuchillos de sierra y primera sonrisa de oreja a oreja del día que me sacaron al ver lo grande que puede ser la pasión por la música y la fe en lo que haces. Me quedo con ese viaje astral de Resurrección, y con la nostalgia que me produjo Cada vez, el tema con el que les conocí en sus inicios. Bravo!!
PANDEMIA
Thrash metal old school desde Cantabria, sonando agresivos y haciendo que el público se mueva. Es una pena que haya gente a estas horas que no se acerque al festival, porque no saben la de grupos de aquí con buena calidad que se están perdiendo por no levantar el culo y darles apoyo. Igualmente, la gente que allí se encontraba viendo a Pandemia estaba disfrutando de una banda joven con mucha caña que dar.
Rober, cantante y guitarrista, tuvo que actuar sentado debido a problemas de salud, lo cual no impidió que lo diera todo junto a Eder, Tatu y Rubén a sus respectivos instrumentos. Venían presentando su último trabajo Behind Enemy Lines, escucha obligatoria para fans de este género.
CICONIA
Después de la tralla de Pandemia, nos dimos un paseo hasta el Desert Stage para ver algo más tranquilo.
Ciconia es un trío de rock y metal progresivo que vienen desde Valladolid. Formado por Dani, que lleva unos meses en la banda y se le ve perfectamente integrado en su sonido, Jorge y Aleix, quienes se combinaban perfectamente entre ellos en cada pieza.
Tenía muchas ganas de verlos por fin en directo, ya que mi primera reseña de un disco fue de su disco Winterize, que ocupó buena parte del setlist. Y vaya cómo suenan. Hasta se animaron a bajar a tocar donde el público, con quien hicieron interacción y se mostraron agradecidos por estar allí presentes.
BARBARIAN PROPHECIES
Intentando ir con más tranquilidad que el día anterior, nos acercamos al Ritual Stage donde la banda local Barbarian Prophecies, había empezado a descargar su death metal con vocalista femenina, detalle que en los últimos años ha ido en aumento y me parece que enriquece aún más al estilo y al metal en general. ¿Quien dice que las mujeres no le pueden poner la misma rabia y energía a los guturales que cualquiera de los mejores machotes que dominan esta técnica?
Son una banda de la que nunca había oído hablar y al ver a sus miembros, a excepción de la joven Alicia, imaginé que no eran nuevos en esto. Pregunté a peña de por allí y me dijeron que llevan ya la tira de años y que anteriormente tenían vocalista masculino.
Musicalmente me gustaron, como he dicho practican un death metal clásico, con algunos toques más heavys en las guitarras. Con 4 discos en su haber, su último y más reciente titulado Origin ha sido mezclado en Fascination Street Studios de Suecia por Jens Bogren. Bingo!! Apuntados a la lista de nuevas bandas pendientes de degustar con calma.
THE CONTORTIONIST
Por el momento el día estaba siendo cómodo en cuanto a desplazamientos, y ahora tocaba darse la vuelta para descubrir en el Main Stage a los americanos de Indianapolis The Contortionist, banda muy en la línea de estilo de mis idolatrados Tesseract.
Sonó de inicio la intro de la banda sonora original de Blade Runner compuesta por Vangelis y pensé que aquello iba a ser más sinfónico de lo esperado. Ni tanto ni tan calvo, arrancaron con Clairvoyant, que da título a su último disco del año pasado. Se presentaron como un sexteto típico de este estilo, dos guitarras, bajo, batería, teclados y voz, bastante estáticos y mucho más concentrados en ejecutar con precisión e intensidad controlada cada nota.
Desde primeras ya me hipnotizó la calidad y profunda voz de Michael Lessard, así como las composiciones progresivas de sus temas. Teclados dando ambientación en todo momento, guitarras con riffs marcados, a veces djent a veces con mucho virtuosismo. Espectaculares instrumentalmente hablando.
Pero claro, para tener el pack completo de una banda de este metal progresivo o avant-garde no pueden faltar los momentos de caos, canciones donde la banda se desboca y el vocalista saca lo peor de sus entrañas, como en Flourish, que al principio me recordó a unos Protest The Hero, o en Solipsis que es más puramente djent. Todo un setlist bien balanceado volviendo siempre a la senda del virtuosismo progresivo, de las escalas creativas, y de los climas sonoros más envolventes, como en Return To Earth (vídeo). Conciertazo para amantes del estilo y otra banda más a la lista de pendientes.
RISE TO FALL
Y llegó el momento de ver a una de las bandas que más ganas les tenía, los vascos Rise To Fall, santo y seña del death metal melódico patrio, a los que llevaba sin poder ver en directo desde la única vez que tuve la oportunidad en el festival Costa de Fuego. Igualmente hacía 5 años desde su anterior visita al festival, así que no era el único que les esperaba con ganas.
Con un cuarto disco a punto de salir y un reciente cambio en su formación, tras la salida de su bajista Asís, toma el relevo de las 4 cuerdas Javi, uno de sus guitarras, y a su vez ingresa el ex-guitarra de NoDrama, banda históricamente hermanada con ellos, Dann Hoyos, para completar el dúo de guitarrastafaris con Hugo Markaida.
Decir que salieron con fuerza es poco, y que sonaron como nunca, también. El estilo de la banda, con unas guitarras muy melódicas y riffs marcadamente melodeath, acelerados por la batería y ambientados con unas buenas bases electrónicas cuando toca, es lo que siempre me ha encantado de ellos. Y qué decir de Dalay Tarda, su vocalista que a pesar de no ser excesivamente salvaje encima del escenario domina muy bien la agresividad vocal alternada con voces melódicas muy al estilo de Björn “Speed” Strid de Soilwork.
Sencillamente superaron mis expectativas, no hubo nada decepcionante salvo que se me hizo cortísimo un setlist donde para mí todos eran temazos: Prophet Of Doom, Redrum, Whispers Of Hope, The Threshold, Thunders Of Emotions Beating, Burning Signs (vídeo) en un concierto especial con el que cerraron la etapa del End Vs. Beginning y ahora esperamos el lanzamiento de Into Zero, del que un servidor ya tiene el pre-order, y espero que no vuelva a pasar tanto tiempo para verles de nuevo.
No pude permitirme el lujo de esperar a que terminaran el último tema y despedirles con una ovación pues había que seguir trabajando y en el Main Stage saltaban enseguida otros Rise, los franceses Rise Of The Northstar, otro nombre destacado del festival para los fans del hardcore.
RISE OF THE NORTHSTAR
Para ser más precisos con Rise Of The Northstar, practican un crossover entre groove, thrash y hardcore para la cual este año suponía un hito importante, ya que tras pasar por Viveiro en otras tres ediciones, esta vez les tocaba repartir leña por primera vez en el Main Stage.
Como era de esperar, demostraron que no se les quedaba grande ni siquiera en cuanto a público, con probablemente más gente viéndolos que nunca en el festival. Salían al escenario con una nueva puesta en escena (especialmente del cantante Vithia, con una melena rubia y una especie de máscara a caballo entre guerrero troyano y los Caballeros del Zodiaco) empezando con Bosozoku, tema con un coro fácil de seguir que metió al público de lleno desde el principio. A ésta la siguió Welcame (Furyo State of Mind), con la que ya tenían al público encandilado de sobra, y tras ésta, una más conocida aún, Sound of Wolves, para la cual puntualizo que ROTNS son la única banda que he visto hasta ahora capaces de hacer que el público cante una risa (el “muahahaha” del estribillo). De éxito en éxito pasaron a What the Fuck, para luego dar una sorpresilla al público, debutando en directo un single que salía ese mismo día, Here Comes the Boom (vídeo). Un temazo del próximo disco que nos demuestra que si algo no está roto, para qué vas a cambiarlo, ya que sigue la fórmula clásica de esta banda sin miramientos.
Con un público entregado al 120%, llegaban otros himnos, Again and Again y Samurai Spirit, con los que todos estuvimos saltando y gozándolo. El concierto terminó con Demonstrating my Saiya Style, con una última interacción brutal con el público en forma de “tsunami” con la gente sentada hasta que rompe la parte de “find in your mind the saiyan rage”, teniéndonos a todos dando tumbos hasta el final. Tras este concierto, creo que tanto la banda como su público nos llevamos un muy sabor de boca, y unas ganas incansables de repetir.
ADRENALIZED
A mitad de concierto de los franceses uno de nosotros abandonó las primeras filas para pasar un rato a ver cómo les iba a los donostiarras Adrenalized en su actuación en el Chaos Stage. Al parecer tienen unos cuantos fieles, pues con la que estaban armando allá fuera ellos tenían la carpa bastante animada aunque no llena.
Hacen un hardcore punk melódico cantado en inglés. Algo rapidito pero de escucha fácil y a pesar de ser jóvenes llevan ya 10 años al pie del cañón y varios discos grabados con un próximo en proceso de grabación, lo que les ha llevado a girar ya fuera de nuestras fronteras en varias ocasiones. De hecho hace poco han estado en Holanda en el Jera On Air Festival y tras su paso por el Resu se marchan a Japón, donde tienen bastante éxito y ya han estado anteriormente.
En cuanto a sonido lo percibí un poco saturado, y ya que tocan tan rápido se me hizo algo incómodo escucharles por lo que no tardé mucho en volver a Rise Of The Northstar, pero en general me dieron buena impresión y espero poder verles en otra ocasión en mejores circunstancias.
THE VOYNICH CODE
Tenía bien marcada a esta banda en el cuadrante de horarios del festival. Los vecinos portugueses The Voynich Code eran una de las pocas opciones de ver a bandas de tech metal en su vertiente más “core” en el festival y este estilo me transmite mucha energía. Con el pequeño Nelson Rebelo al frente pleno de fuerzas y dos guitarristas sobresalientes hicieron las delicias de todos, a pesar de estar recién masacrados por el contundente concierto que acababan de vivir con ROTNS.
De esta joven banda que cuenta con dos trabajos en estudio, recomiendo escuchar su último Aqua Vitae (2017) siendo el único larga duración, el cual vinieron a presentarnos, un trabajo efectivamente muy deathcore que en directo lo clavan. Y es que a pesar de no tener bajista en la formación, ni para estudio y por supuesto no llevarlo en directo, en ningún momento se echa de menos ese empaque que aporta el bajo en el sonido pues es perfectamente suplido por la baja afinación y el punch de las guitarras de Vinicius y Andre, junto con la precisión y consistencia a las baquetas de Euler Morais.
Un detalle en varios de sus temas es la incorporación de sonidos electrónicos en forma de melodías, algunas de ellas de fuerte influencia oriental, lo que hace que suenen incluso algo progresivos y que no rompe para nada el sonido compacto que les caracteriza, como pudimos comprobar en The Weight Of A Mortal’s Soul (vídeo).
Una gozada presenciar su concierto, donde ellos también se sintieron muy bien acogidos y agradecidos de participar en semejante cartelazo. ¡¡Un enorme MUITO OBRIGADO también por mi parte!!
UNEVEN STRUCTURE
Tras los cambios de horarios, en principio pensaba haber asistido al concierto de los franceses Uneven Structure desde el principio, por su tech metal más progresivo que me llama la atención, especialmente porque sabía que iba a tener que salir de allí corriendo para ver a Megadeth, pero el pasote de concierto que dieron The Voynich Code y el haber tenido ya temprano una dosis de este estilo con The Contortionist me llevó a que pudiera presenciarlos apenas 15 minutos.
En este corto tiempo pude comprobar que los franceses suenan bastante bien, pero que no llegaron a engancharme. Su vocalista Matthieu Romarin estaba bastante estático, algo soso y sus registros vocales no me enamoraron, pero me pareció correcto en su estilo. Quizás sea lo malo de ver a tantas bandas en un festival, que hacen que las comparaciones sean odiosas.
Quien sí me pareció una bestia fue Igor Omodei, guitarra fundador y único en esta formación de cuatro miembros por la que han pasado otros guitarras y bateristas, y que actualmente parece no estar en su mejor momento. No obstante, la energía de Igor y saber llevar el peso de todas las partes de guitarra en unos temas ciertamente complejos merecen toda mi admiración, y junto con el buen trabajo instrumental de los otros miembros de la banda atrajeron a poco público pero muy fieles, eso sí.
En sus 10 años de historia han tenido una discreta producción discográfica, pasando del sonido djent a una evolución más progresiva en su último trabajo, el álbum La Partition (2017), el cual explotan bastante en su setlist, destacando Incube, que es en definitiva el tema que mejor resume lo que la banda ofrece actualmente musicalmente hablando.
MEGADETH
Con todo el espacio frente al Main Stage abarrotado, dimos paso a Megadeth, los cuales vinieron a darnos un concierto un tanto diferente a su último paso por este festival. Por problemas de logística tuvieron que adelantar su hora de actuación, trastocando ligeramente los horarios de ese día del festival, tocando a una hora un tanto temprana para ser uno de los cabezas de cartel del día.
Vinieron con la nueva formación tras los cambios acontecidos en recientes años, compuesta por los clásicos Dave Mustaine y David Ellefson, con la adición de Dirk Verbeuren a la batería y Kiko Loureiro a la guitarra. Un retorno a su estado natural como banda ejemplar de Thrash gracias a su último trabajo Dystopia, y a su vez celebrando su 35º aniversario, el concierto garantizaba aguardar alguna sorpresa agradable para fans acérrimos de la banda.
Arrancaron el concierto con fuerza con su ya mítico tema para empezar, Hangar 18, seguida de la primera sorpresa del día, The Conjuring. Es un tema que Mustaine decidió desempolvar para esta gira después de más de 15 años ignorándolo debido a su temática, basada en los rituales satánicos en los que participaba de joven, lo cual no casa bien con su actual cristianismo. Después de esta vieja joya, siguieron con The Threat is Real, sacada de su último trabajo, el anteriormente mencionado Dystopia. Pero, lejos de actuar de forma predecible, Mustaine no solo desenterró The Conjuring en su repertorio, sino que el siguiente tema fue My Last Words, otro tema old school proveniente del álbum Peace Sells.
Con algunos fans ya comiendo de la palma de sus manos, Mustaine saludó al respetable y siguieron con otro tema imprescindible de su discografía, Take No Prisoners, del generalmente considerado mejor disco de la banda, Rust In Peace. Algunos miembros del público, que parecían ya algo adormecidos desde el final de Hangar 18, tan pronto arrancó la intro de Sweating Bullets volvieron a saltar y cantar, dado que este es uno de los mayores éxitos de la banda. Éste fue sucedido de otro tema muy conocido de los Megadeth noventeros como She-Wolf (vídeo). A continuación vino Tornado of Souls, en la cual Kiko Loureiro demostró al público escéptico que está más que a la altura del tan venerado ex guitarrista Marty Friedman, ofreciendo una interpretación perfecta de su solo, dándole su toque personal.
A este tema le siguió el tema homónimo del último trabajo Dystopia, con una guerra de solos y una estructura similares a Hangar 18, haciendo algo de deja-vu hacia el principio del concierto, pero manteniendo el ritmo con Mustaine y Loureiro dándolo todo. Tan pronto el tema termina, se escucha la intro pre-grabada de la orquesta afinando y el coro, señal del inicio de Symphony of Destruction y a su vez de la recta final del concierto, con todos los fans y no tan fans disfrutando e incluso coreando el riff con la letra «Megadeth, Megadeth, aguante Megadeth».
Después de esto tocaron Peace Sells, durante la cual salió la mascota del grupo Vic Rattlehead a saludar al público y animar la fiesta acompañando a la banda. Por último, cerraron el setlist con Holy Wars… The Punishment Due, dando paso a una despedida de parte de Dave, en la que contaba al público que ha sido el último concierto de la gira y que el último recuerdo de ésta iba a ser «este precioso pueblo y vosotros», refiriéndose al público y prometiendo un regreso a España tras la salida de su próximo disco, el cual está pensado que salga el año que viene.
Mustaine y compañía son una banda que suele estar acompañada de cierta polémica, desde la clásica comparación con Metallica, hasta la época actual a la que una parte del público no tiene mucha estima, cosa que por algún motivo se ha visto bastante en este festival. Sea cual sea la cuestión, lo que es innegable para nosotros es que dieron un concierto demostrando la calidad que han tenido siempre, y dándole un repaso a su discografía, con gemas clásicas incluidas, y demostrando por qué serán siempre una banda referente de thrash metal.
SUFFOCATION
Por razones técnicas que nos obligaron a pasar por boxes, no pudimos presenciar ni un minuto del bolazo que dieron estas bestias pardas del brutal death, pero desde la zona de prensa, era inevitable escuchar el sonidazo aplastante. Los veteranos Frank Mullen y Terrance Hobbs al frente de la formación estadounidense descargaron un setlist variado, pues sonaron temas de al menos cinco o seis de sus trabajos, desde los más antiguos en los 90 hasta el último Of The Dark Light, lanzado en 2017.
Una de las solapaciones más difíciles de llevar fueron Leprous y Monolord. Mientras unos tocaban en el Ritual Stage, otros lo hacían en el Desert.
MONOLORD
Monolord estaban en su salsa en el Desert Stage, dando además un concierto para numerosas personas. Ya los habíamos visto en marzo junto a Black Label Society y aquello fue amor a primera vista, así que no podía perdérmelos.
Una sesión de riffs lentos y pesados en un ambiente oscuro que comenzaba con Where Death Meets The Sea, la velada perfecta para fans del stoner, doom o sludge. Sonaron sobre todo temas de su último trabajo Rust, como la canción homónima, Wormland o Forgotten Lands, y otras canciones de otros trabajos como Lord Of Suffering o Empress Rising. Contando en todo momento con un sonido envolvente, que te metía de lleno en sus canciones, dejaron una buena impresión en directo.
LEPROUS
Tras cenar y reponer energías para los grandes nombres de la noche nos posicionamos en primera fila del Ritual Stage para rendir pleitesía a probablemente la banda con más calidad y en forma de los últimos años en la escena de metal progresivo mundial.
Habiendo visitado los noruegos nuestro país en bastantes ocasiones la carta de presentación ya les garantizaba un éxito absoluto, máxime cuando llegaban descansados tras estar 2 semanas sin dar un concierto tras su exitosa gira por USA y su participación en el Tuska Open Air de Finlandia.
Leprous salieron a escena con la puesta de sol, con su líder Einar Solberg y su sintetizador al frente, con un rictus serio, de concentración y energía contenida, para comenzar con la preciosista Bonneville, donde las voces más delicadas y los coros toman especial protagonismo. Un ritual de entrada que mantenía la expectación ya existente entre el público en los prolegómenos del concierto.
Con la segunda parte de este tema ya nos dejaron preparados para lo que estaba por venir. Con Stuck aquello ya era otra historia, el tono épico y progresión instrumental del tema ya tenía a todo el mundo agolpado allí, los que les conocían, dándolo todo y los que no, flipando de lo bien que sonaban aquellos tipos.
The Valley nos volvió a sumir en ese éxtasis de sonido ambiental profundo de los teclados junto a las nítidas líneas del bajo de Simen y el juego con los platos de Baard, roto puntualmente por los precisos e intensos cortes de las guitarras de Tor Oddmund y Øystein. Magistrales, como siempre.
De ahí en adelante, Foe, The Flood, From The Flame, Illuminate (vídeo), The Price (vídeo) y Mirage, una auténtica pasada sobrada de dominio instrumental y vocal, una verdadera master class de cómo ejecutar e interpretar un concierto de rock/metal progresivo en un festival del siglo XXI sin mayores artificios que los músicos encima del escenario.
Pero….como estaban en un escenario “secundario” y a las 23:00 hrs empezaban Scorpions, todo se vino al traste cuando la organización del festival les cortó el sonido a esta hora en punto, cuando estaban terminando su último tema. Un detalle que desagradó enormemente a la banda y, a pesar de que terminó de ejecutar el tema, casi inaudible, se despidieron visiblemente enfadados.
Pudimos saber que esta cuestión ya la habían advertido desde la organización, pero sabiendo que Scorpions no empezaría puntualmente de ninguna de las maneras, como así sucedió, no hubiera costado nada aguantar ese par de minutos que faltaban y que todo el mundo saliese contento. Única mancha en una actuación perfecta.
CROWBAR
Además de Turnstile, otra alternativa para quienes no estuviesen interesados en Scorpions era la actuación de Crowbar, cómo no, en el Desert Stage. Este escenario casi podría ser protagonista de un festival aparte y seguro que atraería a muchísima gente.
Después del listón alto que dejaron Monolord, Crowbar eran ahora los encargados de darle vida al asunto con una setlist bastante completa y larga para el deleite de sus fans y cualquier amante del sludge que se precie.
Conquering, All I Had (I Gave), The Cemetery Angels, I Am The Storm o Existence Is Punishment fueron algunos de los temas elegidos para esta gira, algunos de los más reconocidos de la banda. Fue un deleite ver este concierto, y lo mejor fue ver la cantidad de gente que allí se reunía para verles a pesar de tocar al mismo tiempo que uno de los cabezas de cartel más grandes del festival.
SCORPIONS
A esas horas todo el espacio del recinto que hay entre el Main Stage y el Ritual Stage estaba abarrotado para presenciar la actuación de los cabezas de cartel del día, los alemanes Scorpions, mejor banda Alemana de heavy metal de la historia, con 3 miembros de su formación clásica: Klaus Meine al micro y Rudolf Schenker junto a Matthias Jabs a las guitarras.
Confieso que su confirmación en el cartel no me había vuelto loco, pero ya que estaba allí no iba a perdérmelos. Es una de las bandas llamadas dinosaurios del heavy metal a los que nunca había visto en directo, pues aparte de haberles seguido cuando era un imberbe casi por la obligada circunstancia de escuchar exclusivamente heavy poco más conocía de su posterior carrera discográfica. Además, me sorprendía que siguiesen girando a pesar de haber hecho ya varias giras de despedida en los últimos años.
Opté por posicionarme en una zona cómoda y alejada de un lateral, para evitar el constante movimiento de la gente pues, ya que estaba prohibido hacer fotos y vídeo de los cabezas de cartel, me permitió cómodamente hacer alguna toma lejana al menos a modo de recuerdo.
Con algo de retraso y tras una intro con sonido e imágenes de helicópteros empezaron con Going Out With A Bang, de su último disco Return To Forever (2015), típica salida en tromba y todo lo que se espera de un faraónico concierto de heavy clásico, menos el tema escogido que obviamente no me sonaba nada. La cosa se arregló con Make It Real, temazo ochentero de su repertorio, con una proyección enorme en las pantallas de la bandera de España con las sombras de los componentes de la banda, detalle algo casposo que a muchos les pareció hasta molesto y provocó algunos silbidos, sin importancia para un servidor que sabía que podía esperar cualquier cosa de este estilo en una banda de estadio tan clásica.
Siguieron con The Zoo y Coast To Coast, y he de reconocer que sonaban a gloria incluso desde lejos. Esto ya es de agradecer ya que muchas veces debido al viento o falta de potencia el sonido de un concierto al aire libre se desmerece mucho desde lejos. Pasaron a hacer un medley de temas más antiguos de su discografía de los 70, los cuales tampoco escuché mucho en mis tiempos mozos pues básicamente conocía sus temas de los 80 y principios de los 90.
A esas alturas ya puedo decir que veía a la banda en buena forma, especialmente a los guitarristas y su batería, Mikkey Dee, reciente incorporación tras pasar veintitantos años en Motörhead, un clásico animal del escenario. A quien no vi tan fino fue a Klaus Meine, bastante encorvado y poco ágil en sus movimientos, con una voz que si bien recordaba a lo que fue ya no estaba para tonos altos. Qué le vamos a hacer, estos señores tienen sesenta y pico años y no todo el mundo se conserva igual a esa edad.
Para ir resumiendo el setlist, junto a algún que otro tema más reciente, como Delicate Dance (para lucimiento personal de Matthias Jabs) tocaron también clásicos como Send Me An Angel, Winds Of Change (con su correspondiente parte en castellano), Tease Me Please Me, Blackout y Big City Nights, que me sonó especialmente bien. Con ésta hicieron un amago de despedida antes de los bises.
Entre medias, tuvieron el detalle de homenajear a Lemmy y sus Motörhead tocando una versión de Overkill, en la cual se pudo ver a un Mikey Dee más entregado aún y gustó a la mayoría de los asistentes. Para cerrar ya de verdad lo hicieron con las míticas Still Loving You y Rock You Like A Hurricane, de las cuales os dejamos este vídeo.
SICK OF IT ALL
Justo al terminar con Crowbar, nos acercamos hasta la carpa para ver a una de las bandas más admirables e importantes de la ola de hardcore punk neoyorquino: Sick Of It All.
Imparables, saltaban al escenario en un festival donde son ya más que bienvenidos. Este concierto, a pesar de ser de los últimos de la jornada, estaba lleno de gente disfrutando al máximo, incluso fuera del espacio de la carpa porque no cabían dentro. Sick Of It All derrochan actitud y energía, así como su música que enloqueció a los asistentes.
PARADISE LOST
Desde donde había estado viendo a Scorpions me fue fácil acercarme hasta la primera fila del Ritual Stage para ver a otra cosa muy diferente, míticos pero en otra sintonía menos mainstream y edulcorada. Los británicos Paradise Lost, veteranos también, aunque no tanto, y con la expectativa de disfrutar de las 2 vertientes de la banda, su metal gótico y su lado death/doom que les hace altamente interesantes y más a esas horas.
Si no lo he dicho ya, lo digo ahora, el Ritual Stage sonó bastante bien a mi parecer en casi todos los conciertos que allí hubo, aunque también estuve viendo todos desde cerca y no sé si de lejos se pudieron disfrutar igual. De esta manera me sonaron potentes los acordes iniciales de No Hope In Sight, excelente apertura, oscuridad elevada al cuadrado, con unos riffs y ritmo pesados, intercalando voces guturales y limpias de Mr. Nick Holmes.
La banda se ha mantenido con su formación inicial, a excepción del batería, desde sus comienzos hace 30 años y eso me hacía pensar que el setlist podía ser un compendio de toda su carrera condensado en 60 minutos pero no fue así. Con quince álbumes en su haber, y varios vaivenes estilísticos que les llevaron en una época a ser tachados de demasiado comerciales, eligieron temas de sólo ocho de ellos. Y a día de hoy, teniendo en cuenta que su último álbum Medusa (2017) es una vuelta a sus orígenes que explota su lado más doom y complejo, es totalmente comprensible que eligieran tres temas de dicho trabajo: Medusa, From The Gallows y The Longest Winter (vídeo), así como las marcadamente góticas Forever Failure, Shadowkings, ambas del Draconian Times (1995) y The Enemy del In Requiem (2007).
Me hubiera encantado escuchar también Say Just Words, Soul Corageous o So Much Is Lost, pero las elegidas para representar su fase de rock gótico comercial que practicaron desde mediados de los 90 hasta el cambio de siglo fueron Mouth del Believe In Nothing (2001) y la industrial Erased, del Symbol Of Life, álbum que en 2002 marcó su retorno de nuevo a sonidos más pesados.
Para finalizar lo hicieron de nuevo con 2 temas de sus inicios, As I Die y Embers Fire, más dosis de doom y metal gótico para terminar un concierto que hizo las delicias de todos los que les conocemos y hemos seguido fieles tras las diversas evoluciones de una banda considerada pionera en su estilo y que sigue efectivamente muy en forma.
Y ya para cerrar la jornada, volvimos a tener la duda cruel entre Angelus Apatrida y God Is An Astronaut, que fácilmente resolvimos apostando cada uno por lo que más nos apetecía en ese momento.
ANGELUS APATRIDA
Como última actuación del Main Stage de este día teníamos a uno de los grupos de metal más importantes del país: Angelus Apatrida.
Sin Víctor Valera a las baquetas (pero con un sustituto que dio la talla perfectamente), salieron Guillermo, Jose y Davish al escenario, ante una multitud de personas que allí se plantaron con ganas de disfrutar de su directo.
Nos hicieron mover el esqueleto a ritmo de temas ya conocidos de la banda como Of Men And Tyrants, Vomitive o Give ‘Em War, además de temas nuevos como Sharpen The Guillotine o Downfall Of The Nation. Estas últimas extraídas de su último disco Cabaret De La Guillotine, que es todo un cañonazo.
Por supuesto, un concierto de Angelus Apatrida va acompañado de un wall of death y mucho mosh, pues los de Albacete reparten cera sin parar. Aunque fuese tan tarde y muchos estuviésemos ya con las pilas casi vacías, fue un subidón poder verles de nuevo.
GOD IS AN ASTRONAUT
Puesto que Angelus Apatrida son una banda que puedo decir que al menos una vez al año tengo facilidad para asistir a un concierto suyo, y sin desmerecer la garantía de conciertazo que éstos ofrecen, tuve muy claro que la noche tenía que terminar en el Desert Stage con God Is An Astronaut, que venían presentando su último trabajo Epitaph, lanzado este mismo año.
Liderados por los hermanos Kinsella, Torsten (voces, guitarra y teclados) y Niels (bajo, guitarra y efectos visuales), dicen que vienen de Irlanda, pero a mí me parecieron más marcianos que otra cosa. Al igual que me ocurrió el día anterior con Wolves In The Throne Room, desde el primer segundo me vi totalmente poseído por su ambientación tanto escénica como sonora.
A diferencia de los anteriormente mencionados, el juego de luces y sombras en esta ocasión destacaba más por la luminosidad de los haces de luz que convirtieron el Desert Stage en una nave espacial, obligándome a no perderme detalle visual en ningún momento.
De su música, pues qué se puede decir, que hacen un post-rock instrumental muy ambiental, con electrónica y presencia de guitarras muy distorsionadas a veces y muy nítidas en otras. A estas alturas es difícil encasillar todo en etiquetas, recomiendo mucho más escucharles y vivir un concierto suyo, crean una atmósfera muy particular imposible de definir con palabras.
Discográficamente tienen nueve trabajos en 16 años de carrera, y tras varios cambios de formación, especialmente tras la salida el año pasado de Jamie Dean (guitarra, teclados y sintetizadores), reemplazado por Rob Murphy de los también brillantes Xenon Field, siguen sonando como los ángeles. De hecho, comentado también por muchos de los presentes, que no fueron pocos, fue una de las pocas bandas que sonaron perfectas en cuanto a potencia, nitidez y ecualización.
Respecto al setlist, nos deleitaron con varios temas de su espectacular All Is Violent, All Is Bright (2005) tales como el que da título al álbum (vídeo), Fragile, Forever Lost o Suicide By Star, así como varios temas de su fresco y nuevo Epitaph como el tema de título homónimo con el que abrieron el espectáculo y otros como Mortal Coil, Seance Room o Medea, alternando con visitas puntuales a otros trabajos anteriores.
En resumen, un recital apoteósico que tiene su puesto ganado en nuestro Top 10 de mejores conciertos del festival.