Crónica y fotos: Sihiro Music Fest, 23 de febrero

El pasado 23 de febrero asistimos al Sihiro Music Fest en Vigo, Sala Masterclub. Seis bandas y mucho metal a cargo de Sihiro Music y Goat Klaw.

En Vigo, durante la noche del 23 de febrero, podría decirse que se hizo historia. No es nada habitual en esta ciudad poder asistir a un festival de sala con nada menos que seis bandas distintas.

El Sihiro Music Fest comenzaba a partir de las 20:30 así que decidimos presentarnos un poquito antes. La Sala Masterclub nos recibió con los brazos abiertos: en el exterior aguardaban los stands de las bandas, el de Inbloom Design y ¡hasta hornos para pizzas! Lástima haber llegado con estómago lleno. Además, ya había asistentes con una copa en la mano, con lo que se podía adivinar que sería una velada multitudinaria.

Poco tiempo después y ya dentro de la sala, a eso de las 21:00, comenzaba la tralla: Guilles subían al escenario para el primer pase de la noche. Los castellonenses propiciaron los primeros cabeceos de la noche, en general todavía un poco tímidos y lejos de la primera línea. Aún así, os aseguro que los chicos no escatimaron en energía sobre el escenario. El sonido fue correcto, pudieron distinguirse todos los instrumentos sin problemas.

guilles

guilles

guilles

Tras cuarenta y cinco minutos su pase finalizó y, quince más tarde, O.D.I.O. daba comienzo a su bolo. Se establecían así los tiempos para cada banda sin producirse apenas retrasos durante el resto de la noche (a excepción de un plato desaparecido en combate y de un inalámbrico que parecía no querer funcionar a derechas).

odio

Esta banda provenía de Canarias. Puede que con tanto mar sus temperaturas sean más suaves, pero desde luego no su metal. Enfundados en trajes de cirujanos (o enfermeros, según gustos) dieron sus primeros acordes no tardando ni diez minutos en comenzar a tirarse por los suelos. Sin ir más lejos, a su vocalista no le duró el disfraz entero más allá de dos canciones. Saltaron sin parar en el escenario, bajaron infinidad de veces a pista y fueron la delicia de los espectadores.

odio

odio

Con unos coros sorprendentemente bien llevados (y una música muy bien empastada), se despidieron bañados en sudor para dejar sitio a los siguientes: Celtibeerian.

Así llegaba el primer grupo folk de la noche, y también las voces rasgadas (que no guturales) y femeninas. No por ello debemos obviar de todo el repertorio instrumental del que hicieron alarde: violín, flautas, gaitas y hasta un buzuki. Su línea de presentación fue impecable y sus temas, de lo más variopintos. Incluso dedicaron uno a las barbas. Alternaban baladas con otras canciones más animadas y, a pesar de haber tardado mucho tiempo en pasarse por estas tierras el público los acogió con alegría, sumándose a su fiesta.

celtibeerian

celtibeerian

celtibeerian

Mención especial al intercambio de voces principales entre Gus y su también violinista, Patricia, que dominó el escenario sin problemas.

Ya pasada la media noche los Teletubbies dieron la bienvenida a Bostok sobre las tablas. Los alicantinos habían venido a romper moldes y, sobre todo, a pasárselo bien, cosa que desde luego hicieron y supieron transmitir a su público. Las intros de sus canciones eran un guiño para los niños de finales de los 80 y principios de los 90, sonando melodías como los de La Banda del Patio o incluso entonando la mítica canción del Rey Louie (El Libro de la Selva). En cuanto a temas fueron bastante dinámicos y variados y, vamos a ser sinceros, hicieron lo que les dio la gana sobre y bajo el escenario. Incluso azuzaron una gran conga que recorrió durante varios minutos la sala encabezada por su vocalista.

bostok

bostok

bostok

Tras este jolgorio, y con la sala visiblemente más vacía (imagino que por las horas), tras los quince minutos de rigor entre banda y banda llegó el turno de Thybreath. Los madrileños nos hicieron regresar a un ambiente más pesado pero no por ello menos intenso. Personalmente sentí que las voces se perdían entre el sonido de los demás instrumentos, pero bien pudo ser por mi situación en los extremos del escenario. Por lo demás, temas muy bien empastados y amplio repertorio vocal. A estas alturas de la noche el público ya no tenía reparos en mostrarse participativo, colapsando la primera línea. Su pase estuvo lleno de poder y energía y se cerró… ¡con una pedida de mano incluida! ¿Esto no pasaba solamente en las películas?

thybreath

thybreath

thybreath

Y ahora sí que sí, llegaba el final de la velada: Anodhor pusieron sus pies sobre las tablas para comenzar el último pase de la noche. Las horas ya no eran las mejores y, en proporción a la cantidad de espectadores en los primeros momentos del festi, apenas quedábamos la mitad. Sin embargo, la banda se desenvolvió sin problemas para que no quedasen huecos en las primeras filas de la pista. Al igual que con Celtibeerian volvimos a escuchar flautas, gaitas y violín. Me pareció alucinante que su vocalista, también versátil, no terminase asado al horno con semejante abrigo que llevaba. He de decir que, pese a ser una banda relativamente nueva, sus melodías valen mucho la pena. Además, otro punto a su favor que a mí me conquistó fue poder escuchar letras en gallego, algo poco habitual en nuestra tierra y más hablando de metal.

Tras el último pogo los chicos bajaron del escenario para ceder la palabra a una de las organizadoras del festival, Goat Klaw, que realizó el sorteo previamente anunciado en sus redes sociales y despidió al público, dando por terminado el evento.

Como prensa y asidua a este tipo de eventos he de decir que la organización fue impecable (gracias también a Sihiro Music), con atención a cada detalle, y que no faltó de nada. Ojalá estas chicas nos vuelvan a citar el año que viene, recomiendo sin dudar que asistáis el año que viene si tenéis oportunidad.