Entrevista a Ruth Lorenzo | “Estoy en la puta gloria, ahora soy yo al 100%”
Ruth Lorenzo (Murcia, 1982) es una de las voces más potentes y singulares del panorama musical español. Forjada entre España y Reino Unido, saltó a la escena internacional tras su paso por The X Factor y por Eurovisión, pero su carrera va mucho más allá de los focos y los clichés televisivos. A lo largo de los años, ha transitado entre géneros, escenarios y expectativas ajenas, mientras buscaba un espacio artístico propio que le permitiera respirar con libertad.
Con BLACKSHEEP, Ruth rompe definitivamente con cualquier molde impuesto y recupera su esencia más auténtica: la del rock, el riesgo y la verdad sin filtros. En este nuevo proyecto, abandona etiquetas y abraza su identidad con valentía, rodeándose de una banda sólida y apostando por un sonido crudo, analógico y emocional, lejos de artificios.
Durante su paso por Madrid para la promoción del disco, desde Rock Culture nos sentamos con ella para hablar de renacer artístico, libertad, industria, dolor, banda y rock. Una conversación honesta en la que Ruth Lorenzo se muestra tal y como es: apasionada, directa, con las ideas claras y celebrando el momento más luminoso y libre de su carrera.
Hola Ruth, muchísimas gracias por recibir a Rock Culture, es un placer poder disponer de este tiempo.
Un gustazo, de verdad, gracias a vosotros por interesaros.
Para quién no te conozca, ¿cómo te presentarías?, ¿cómo darías a conocer a Ruth Lorenzo?
(Suspiro) Pues soy Ruth, músico, artista, una apasionada de la música.
Tú currículum musical es extenso…
Sí (risas). La verdad es que para poder sobrevivir en el mundo artístico tienes que atreverte a probar y a hacer cosas, tienes que avanzar. Es muy difícil, y desde luego, si te quedas sentado en el sofá de casa no vas conseguir que pasen cosas.
Este álbum no es tú primer acercamiento al Rock, tuviste una banda cuando tenías 16 años…
(Risas). ¡Sí!. Yo empecé como pipa, montaba y desmontaba, asistía a las pruebas de sonido, ayudaba al técnico y al final me subí a cantar. Éramos una banda de versiones de rock nacional e internacional, desde Los Suaves, Rosendo, Obús a Cinderella, Whitesnake, Mr. Big, Led Zepellin, Janis Joplin… de todo. Ahora he vuelto a mí.
si te quedas sentado en el sofá de casa, no vas conseguir que pasen cosas.
¿Porqué esa vuelta al Rock?
Realmente no he vuelto, la diferencia es que ahora lo ve la gente. Este género musical es el que me ha acompañado siempre. Empecé cantando ópera de pequeña, y lo siguiente que canté fue rock. El tema es que durante diez años de mi carrera -y tengo 43- me acerqué a otros estilos. Cuando volví de Inglaterra me dije, vamos a probar lo que me gusta, lo que quiero hacer, aunque siempre me decían que era complicado, y más siendo mujer, y que… que me tenía que endulzar, suavizar. Era complicado. Así que durante 10 años decidir jugar con la industria a hacer pop.
Entonces, ha sido elección tuya, no ha habido ningún acontecimiento en el que Ruth dijese, hasta aquí llego.
No, no. He dicho: estoy aburridísima, quiero hacer lo que me gusta. Y ahora soy artista independiente, tomando las riendas de carrera, sin ningún sello ni management que me estén diciendo lo que puedo o no hacer. Ahora hago lo que quiero y sé que es lo que tendría que haber hecho desde el principio.
¿Queda algo de la Ruth eurovisiva o de The X Factor?
Claro que queda. Queda el poso de todo el aprendizaje, que es importantísimo. Nunca voy a renegar de esas cosas, porque todo te lleva al lugar en el que estás. No olvidemos que una banda como Maneskin salió de The X Factor. Quizás la pega es que me dejé llevar más por intentar encajar y por escuchar las voces de los que me pedían eso.
Lo bueno del Rock es que no mide por prejuicio, te mide por talento. Si tú eres bueno haciendo eso, eres aceptado
Has dicho que la industria musical es complicada y más siendo mujer. ¿Existen esas barreras todavía en el Rock?, ¿las has sufrido?
La industria musical es muy difícil para las mujeres, hagas el género que hagas, parece que nunca es suficiente. Siempre hay alguien que tiene algo que decirte. Dudo mucho que a Alejandro Sanz, a Sabina o a Leiva les digan, no salgas con ese look al escenario; sin embargo a las mujeres sí, todo el rato. Es como canta de esta manera, canta de la otra, afina más, córtate así el pelo… Lo bueno del Rock es que no mide por prejuicio, te mide por talento. Si tú eres bueno haciendo eso, eres aceptado, y lo noté el día que me invitó Sôber a cantar en un concierto. Cuando bajé todo el mundo me dijo que me tenía que dedicar al Rock y dejar el Pop. En el mundo del Rock no me siento oveja negra.
Entonces no eres Blacksheep en el Rock, ¿porqué el nombre del álbum?
En el rock no soy oveja negra, he sido aceptada desde el primer momento. El tema es que lo he sido en todo lo demás (risas). En los demás lugares es donde no encajaba, donde me tenía que adaptar, donde tenía que cambiar mi forma de cantar, mi pelo, mi personalidad… todo. Y sólo para no hacer demasiado ruido, para no destacar demasiado, para estar mezclada con el resto.
Entonces ahora encontraste el lugar
Ahora estoy en la puta gloria, ahora soy yo al 100%
El sonido de este Blacksheep es muy Hard Rock y tiene toques bluseros, ¿qué influencias musicales tiene?
Pues realmente no hay unas influencias como tal. Lo hemos compuesto desde la banda en la sala de ensayos: hemos entrado, hemos empezado a componer y desde la improvisación… ha salido este álbum. Esto ya casi no se hace, el dejar fluir, el dejarte llevar… Por tanto, las influencias han sido las que cada miembro de la banda ha tenido en su vida, las que tienen David, Nando, Ricardo, las mías… Desde Sergio que es el más mayor con 48 años hasta Ricardo que es el más joven con 40, ahí oscila la música que nos ha marcado.
Hablando de la banda, un proyecto de Rock depende de ella, ¿cómo fue el proceso de selección de los músicos?
La banda es lo más importante. Mira, Nicolás Martínez, que es el director artístico, tuvo una primera conversación conmigo y, analizando mi perfil, me dijo que necesitaba una banda y dejar de lado la imagen de artista solista porque él en el escenario veía que no era lo que yo respiraba. Entonces volví a Murcia, volví a casa, sabiendo que allí la escena musical es muy rica. Hablé con Raúl De Lara y le comenté el proyecto, y me dijo que creía tener la gente perfecta que podría conectar conmigo. Me dijo por ejemplo, ¿qué te parece Sergio Bernal?, pues que me va a parecer, ¡perfecto!, había sido mi profe de batería, lo conozco desde hace tiempo. Igual Sergio… o Nando, que además se había separado Second, la que era su banda. Nando es un bajista de diez, te mueres escuchándole, un bajista a púa increíble, y eso que la gente le conoce más por hacer indie. David y Ricardo eran músicos que acompañaban a veces a la banda de Nando y se quedaron porque son muy, muy buenos.
¿Y encajó todo a la primera?
Fue increíble. Hicimos una primera sesión de ensayo, imagínate, yo iba completamente asustada porque pensaba lo típico, seguro que ellos tienen prejuicios sobre mí porque siempre me dicen lo de Eurovisión, etc… y resulta que los prejuicios los tenía yo. El primer día compusimos dos de los temas del disco, fue una vorágine de creación bestial.
El dolor, la rabia, la fuerza o la sensibilidad de este álbum son mis pensamientos en voz alta
Las letras del álbum mezclan sensibilidad y fuerza. Qué es más difícil, ¿escribir sobre algo que duele o compartir ese dolor con el público?
Lo que duele es no contarlo, no sacarlo de tí. El dolor, la rabia, la fuerza o la sensibilidad de este álbum son mis pensamientos en voz alta, se han compuesto desde la improvisación, y he dejado que salgan las frases de mi subconsciente, he dejado salir lo que tenía que salir. Creo que es un alivio escribirlo y cantarlo.
Blacksheep ha sido grabando en los Real World Studios y ha pasado por las manos de, ni más ni menos, Silvia Massi, Rafa Sardina y Emilio Esteban. ¿Cómo ha sido trabajar con ellos y cuál sería su marca en el disco?
Emilio Esteban es, como le digo yo, un viejoven que trabaja muchísimo en Los Ángeles y que es muy bueno en orquestación y grabación analógica. Con 28 años tiene un alma de digamos, señor mayor, lo que le da un toque personalísimo a sus grabaciones. Le conozco desde que él tenía 23 y desde entonces estoy enamorada de su visión de la música. La idea fue grabar de una manera habitual, batería, bajo, guitarra y voz; pero nos dimos cuenta de que no sonaba igual que en el local de ensayo, las canciones estaban muertas, no vibraba. Le llamé, le expliqué mi visión y me dijo que tenía el lugar exacto para grabar y que había que hacerlo en cinta analógica. Me dijo, Ruth, el sonido que tú buscas, sólo te lo va a dar la cinta analógica.
A raíz de ahí, hablamos con Rafa -que bestialidad de currículum tiene-, se enamoró del proyecto, y vino a hacer la ingeniería de sonido de la grabación que hicimos. Una vez terminamos estos pasos, entró en juego Silvia, que hizo la mezcla analógica. La verdad es que ya no es tan habitual trabajar de esta manera.
¿Y qué ventajas y desventajas tiene hacerlo de esta forma?
Realmente no sabría explicarte. Lo que sé es que a mí me faltaba la magia que teníamos en la sala de ensayo, esa rabia, ese dolor… eso no estaba. En cambio con esta grabación sin filtros, de forma analógica, lo ha vuelto a sacar. A lo mejor a otra banda no le funciona, a nosotros desde luego sí.

Ahora toca el contacto con el público, ¿qué esperas y que sensaciones tienes con la nueva gira?
Este 2025 hemos realizado dos showcases, uno en Murcia y otro en Madrid, sin que nadie hubiese escuchado nada del álbum y… fueron increíbles. Fue un regalo para mí ver la reacción del público al escuchar por primera vez la música, porque normalmente esto no lo ves, ellos compran o la escuchan online y lo hacen en casa, sin tener la posibilidad de ver la reacción. En junio hicimos en la Plaza de la Catedral de Murcia otro concierto con bandas emergentes dentro del Crea Joven Murcia y nosotros fuimos de banda invitada. Un disco en inglés que nadie había escuchado ante 3000 personas, y nadie se movió de allí, y además nos felicitaron después. Esto nos ha dado ese primer calentamiento de lo que pueden ser los directos. Estoy deseando subirme al escenario de las salas -que es lo que vamos a hacer- ante 300-500 personas, y así sentir ese contacto.
¿Añadireís fechas a las publicadas?
Sí, alguna más, a parte de algún festival que ha salido. Luego en otoño del 2026 iremos a ciudades com Madrid, Barcelona o Bilbao.

Hablando de festivales, siendo murciana, ¿te ves en el Rock Imperium?
Bueno, desde aquí se lo pido a los organizadores (Risas). Sí, claro que me veo, además sería genial contar con nombres femeninos en un cartel como el del Imperium. Para mí sería un honor.
Pues por parte de Rock Culture, sólo queda darte la enhorabuena por este trabajo Blacksheep y también darte las gracias por habernos ofrecido tu tiempo.
Nada, muchísimas gracias a vosotros, ha sido un placer.
José C. Soria Parra (@jcsparra.pics)







