Eric Martin en acústico en la Rockville, casi suena a sueño, pero fue real.
En la entrevista previa a la actuación ya nos prometió muchas cosas y muy bonitas, Eric es un hombre de palabra.
David Cotterhill lo acompañaba, bueno y todas nuestras emocionadas gargantas. Si no conocéis la sala, os la describo, es un bar al que comúnmente llamamos pasillo con un escenario al fondo, el típico sitio donde nunca hay cola, salvo el sábado, aquello parecía un concierto de los grandes en estadio, seguidores de verdad portaban vinilos y demás buscando la ansiedad firma del cercano músico.
Que mente tan alborotada y traviesa la de Eric. No sé quién tenía más ganas de bolo, si él o nosotros. Salieron como dos amigos que han venido a ver a otros que llevaban tiempo sin ver.
Eric es un baile mundos y las notas de su voz y su guitarra, no andan, desfilan. Desbloqueada absolutamente esa sensación de vacío que dejó el fin de Mr. Big hace algo más de un año.

Mucha broma, mucha disparatada historia, tal como es el vocalista en este cercano formato y mucha cover poco conocida. La primera fue I Just Want To Make Love To You, así como para romper el hielo y calentar la voz, zas. De inmediato liberó su parte Mr. Big con Daddy, a la cual le metieron intensidad en las guitarras para aplacar la ausencia del resto y Take Cover, impresionante tan cerca. Ya nos tenía ganamos desde el hola, pero con esto, nos rindió a su arte.
El resto de temas de la banda fueron los típicos y esperados, Just Take My Heart, que la intuimos en cuanto pronunció 1992, una brillante Shine, amagó varias veces con la balada por excelencia, que sí, que es una moñada de tema, pero nos sigue erizando la piel cada vez que suena, To Be With You fue casi más nuestra que suya.

Dancing With My Devils nos recuerda que aquello tenía fin y el detalle de Martin apoyado en una pared del escenario dejando todo el foco de atención a su gran amigo, su hermano mayor Dave, de Gentleman total. Richie Kozten es nombrado para recordar Get Over It y Electrified nos da una buena descarga.
El tema suyo que más caló entre la abarrotada sala, nunca había visto la Rockville así, de llena y de apasionada, fue Back In Blue, bromeando sobre que no tengamos pena de él, que esto lo compuso hace años, pero ya está bien.
Si bien es cierto que la tensión disminuye en las versiones poco conocidas que se marcó, pero ya avisó, vengo a hacer lo que me apetece, eso hicieron. Dave, un tío con más tablas que un viejo faro en la costa, iluminando el camino con la sabiduría de las tormentas que ha enfrentado, toca con ese british feeling y la bromas entre ellos fueron constantes. Desde Eric bromeando sobre la pronunciación de su apellido, y la divertida discusión sobre quién mandaba en el escenario y en esta preciosa mini gira de la que hemos podido ser partícipes.

Eric no para quieto, saluda a los bebedores del fondo con algo de envidia, no paró de beber agua, sobre la que hizo la broma de los peces, en inglés es igual de graciosa. Sudó desde el principio, de voz bien, no hay por qué asustarse, por algo está girando con Avantasia, empiezan compartiendo toalla, hasta que el mismo Eric entra a por una, qué no habrán compartido ya estos dos!
Una de las fijas en estas actuaciones que se marca es Superfantastic con la historia que siempre la acompaña, fieles, ya la conocéis. Se me olvidaba, mi momentazo de la noche, Wild World, a pesar de que casi la han hecho suya, es de Cat Stevens, se considera versión, sin duda mi preferida de la velada, tantos recuerdos..
Se olvidó de alguna letra, metió un Oh My God, nos pidió unas palmas y adelante. Recordó que la primera vez que vino a Madrid su hijos eran pequeños y ya son mayores, pero no estamos viejos, no.

Lo mismo me he dejado algo, la emoción me puede. Eric, sigue tan Eric como siempre y que siga así por muchos años, a falta de Mr. Big, esto nos hace felices.







