Godspeed You! Black Emperor vuelven a emocionar al público madrileño

Los canadienses Godspeed You! Black Emperor regresaron a Madrid el pasado lunes 3 de marzo para ofrecer un concierto en La Riviera; un escenario que, a pesar de sus múltiples limitaciones acústicas y de distribución (quién no ama la distribución de La Riviera nótese la ironía), nunca es suficiente para restarles la majestuosidad que desde mediados de los ’90 vienen trabajando.

Y es que su actuación en directo, que siempre roza el perfeccionismo, solo podría verse limitada por las propias restricciones del espacio. Algo difícil de creer, ya que llevo años viéndolos, incluso en festivales, y por muy mala que sea la acústica o la distribución de la sala, siempre logran transmitir la sensación de haber presenciado algo absolutamente merecedor de ser visto, algo que no deja de impresionar, independientemente de los inconvenientes.

La noche comenzó con el telonero, Mat Ball, guitarrista fundador de BIG|BRAVE, quien ofreció un set experimental y solemne, muy sobrio, cargado de sonidos minimalistas (huelga decir, que muy en la línea de los teloneros habituales de GY!BE). Todo se redujo a su guitarra distorsionada, amplificadores, pedales, y texturas sonoras que se encadenaban. En absoluto fue un mal concierto, pero sí puedo decir que la duración fue la correcta.

Tras la retirada de Matt Ball, y como es usual en sus conciertos, los asistentes comenzamos a girarnos hacia la zona central de la Riviera (por fin, la zona central de La Riviera tiene una utilidad, obviando, como siempre, la palmera), mientras escuchábamos el sonido del proyector, parte también dentro de los conciertos de GY!BE.

GY!BE entró al escenario de manera escalonada, con cada miembro uniéndose progresivamente mientras sonaba Hope Drone, acompañada de la palabra “HOPE” (esperanza) proyectada en pantalla. La proyección de películas, en su mayoría creadas por los proyectistas de la banda, Karl Lemieux y Philippe Léonard, es una constante en sus actuaciones y desempeña siempre un papel central en la construcción de la atmósfera de sus conciertos, al igual que su mensaje recurrente de esperanza entre el caos.

En esta ocasión, las imágenes se centraron en naturaleza, flores, fuego, edificios, así como escenas de revueltas sociales más hacia el final. Las proyecciones suelen ser siempre sencillas, simples, pero altamente delicadas y con una intensa carga emocional; siempre en línea con el tono y ritmo de la música.

El setlist de la noche, ligeramente diferente al que ofrecieron días después en Barcelona, incluyó composiciones (como estilan, de duración significativamente larga) como Sun Is a Hole, Sun Is Vapors, Raindrops Cast in Lead, Bosses Hang, Fire at Static Valley y la preciosísima East Hastings (generalmente, si en este momento del concierto no lloras ni un poquito, estás bastante muerto por dentro).

No faltaron piezas de su reciente álbum, NO TITLE AS OF 13 FEBRUARY 2024 28,340 DEAD (nombrado así en referencia al número de muertes registradas hasta esa fecha en el contexto del genocidio del pueblo palestino), lanzado en 2024. Temas del álbum como Babys in a Thundercloud son evidencia de que el grupo mantiene su característica intensidad, con cambios dinámicos y arreglos cohesivos perfectamente integrados.

El concierto llegó a su fin con una nueva proyección de la palabra «HOPE» que esta vez se iba desintegrando de manera progresiva, a modo de cierre circular, mientras los miembros de GY!BE se retiraban, uno a uno, del escenario, quizás alargando de más estos últimos minutos.

GY!BE sigue siendo una de las bandas más influyentes y versátiles dentro del post-rock, con composiciones que combinan instrumentales largos, significativamente oscuros y oníricos, pero también apocalípticos y esperanzadores; turbulentos pero a la vez pacíficos. Treinta años después de su formación, Godspeed You! Black Emperor sigue siendo tan reservados como siempre, pero su mensaje es cada vez más claro: la esperanza se erige como algo vital en medio de la oscuridad más profunda (y en cuanto a su evolución musical, parece ser que mientras más oscura se vuelve la situación, más efusiva es su respuesta).

Cualquier concierto de GY!BE es una oportunidad perfecta para ver señores mayores con los ojos vidriosos (100% real) y marcharse a casa con la sensación de haber pasado por un ritual de purificación emocional, al que los ya asiduos vamos a seguir asistiendo. Y este no ha sido menos.