La importancia de apoyar la escena local: una noche de metal en Zulu Klub
El pasado 3 de mayo, Zulu Klub en Aldaia fue escenario de una noche donde la música fue lo único que importó. Cuatro formaciones, sin adornos ni distracciones, se encargaron de que todos los que se acercaron a la sala vivieran una noche cargada de energía y pasión. La música, simple y pura, fue la protagonista indiscutible de una cita que demostró que el metal local sigue más vivo que nunca.
Arrels abrió la noche con su debut ante un público receptivo y dispuesto a descubrir nuevas propuestas. La banda, con su groove metal de matices tribales, dejó claro desde el principio que no venían a hacer concesiones. Empezaron con Drac y terminaron con Salvació, dejando una impresión sólida que sirvió para poner en marcha una noche que solo iba a ir en aumento.
Morgana vs Morgana se encargó de mantener la intensidad. Fue la banda más esperada de la noche, lo que quedó claro con la gran asistencia de público que se agolpó frente al escenario. Con su mezcla de rock y metal alternativo, mantuvieron a la sala vibrando y llenaron el espacio de energía. Su sonido potente y directo generó una atmósfera cargada de emoción, y la banda, sin apenas descanso entre los temas, logró mantener el ritmo de la noche. Morgana vs Morgana dejaron claro que tienen una propuesta sólida y bien definida, conectando con los asistentes y marcando claramente la velada.
Sin embargo, el verdadero reto llegó con Vira. Debido a un retraso provocado por los problemas técnicos con los audiovisuales, sumado a la hora de la cena, una parte del público decidió irse antes de que la banda comenzara. Es una pena, ya que aquellos que se marcharon se perdieron una actuación que, a pesar de los contratiempos, estuvo llena de energía. Vira tocó algunas de sus canciones más conocidas, como Felices años 20 y Onlyfans. Aunque el escenario estuvo prácticamente a oscuras y los problemas técnicos afectaron la experiencia visual, la banda mantuvo una actitud firme y un sonido sólido, ganándose al público restante. Al final, Fariseos fue el tema que hizo que el público pidiera un bis, un reconocimiento al esfuerzo de la banda y su capacidad para mantener la conexión con los presentes, incluso cuando las circunstancias no eran ideales.
Finalmente, Vorttex cerró la noche con una actuación llena de energía y potencia. La banda estrenaba batería, y no defraudaron. El set comenzó con Otra Realidad, y rápidamente captaron la atención de todos los presentes. Durante su actuación, destacaron con la emblemática Quintaesencia, cuando el público se unió en los coros, con esos característicos «uuooohhh», que tanto recuerdan a los temas más pegadizos de The Offspring. Como cierre, Rumbling puso el broche de oro a una noche que terminó con el público totalmente entregado. Vorttex, sin duda, cerraron con fuerza, dejando claro por qué son una de las bandas locales a seguir.
Lo que realmente definió la noche fue la música. Sin grandes efectos visuales ni fuegos artificiales, el concierto demostró que, a veces, menos es más. Las luces rojas y la atmósfera cruda crearon el espacio perfecto para disfrutar de las bandas sin distracciones. Y más allá de los contratiempos, lo que quedó claro es que el talento local necesita ser apoyado. Las entradas, con precios entre 8 y 12 euros, no son una carga para quienes realmente disfrutan de la música en directo. Ver a estas bandas es una manera de apoyar la escena local, tanto económica como emocionalmente, para que los artistas sigan creando y ofreciendo conciertos como el del pasado 3 de mayo.























