Hautefaye. 16 de agosto de 1870. En esta pequeña aldea francesa se celebra la feria anual a la que acuden multitud de habitantes de aldeas vecinas, y en la que fluye la cordialidad, la confraternidad y el vino, olvidando por un instante la guerra contra Prusia en la que el país está inmersa. En una terrible confusión, Alain de Monéys, alcalde de una aldea lindante, es tomado por espía. La cordialidad se torna ira, y la ira, histeria colectiva. El pueblo al unísono se ve con el derecho y el deber de ajusticiar allí mismo al traidor, vejándole, torturándole hasta límites inhumanos para finalmente quemarle vivo y comerse partes de su cuerpo. El escritor Jean Teulé tiene la hipótesis de que el vino estaba fabricado con uva Noah provenientes de unas cepas infectadas con filoxera, cuyos efectos serían como los de la cocaína líquida.

Mientras, en Xàtiva…

Casi 150 años después, un grupo de chavales, atraídos por estos acontecimientos, fascinados quizás por la forma en la que la conciencia individual fue suplantada por una conciencia colectiva, como si un ser superior se hubiera apoderado de su alma y los pobres aldeanos no pudieran más que obedecer sus designios, deciden que aquella historia iba a ser la idea sobre la que iban a desarrollar todas sus inquietudes musicales. Su proyecto llevará por nombre Noah Histeria.

Ese poder ejercido sobre todo el colectivo, ese ser mitológico, superior, que maneja los hilos del títere, les permite desarrollar todo su imaginario, sin que la realidad imponga ningún límite a su creatividad, porque ellos no van a poner ningún límite a su música. Así surge la sacerdotisa Djemil, que gobierna la voluntad de su pueblo, corrompida por Coloso, el que fuera Rey, liberado de su cautiverio para volver a conquistar su antiguo imperio. Wizafut, el mago que advierte del peligro a la guerrera Shiro, quien liderará la resistencia. La Madre Tierra, que nunca olvida los estragos de los hombres.

Toda esta introducción no ha sido gratuita, creo que es necesario poner en contexto este brillante trabajo conceptual que Noah Histeria se ha sacado de sus entrañas para apreciarlo en su totalidad. De otra forma pudiera parecer que carece de estructura, que hay cambios demasiado bruscos, que hay pasajes con una densidad innecesaria. Nada más lejos de realidad.

 

Con Hautefaye, los chicos de Noah Histeria nos presentan un trabajo valiente, elegante, de una gran personalidad (casi impropia de unos músicos de su edad), en el que ese mundo fantástico que han construido sobre unos hechos históricos reales les permite dar rienda suelta a todo el torrente creativo que tienen en sus cabezas.

Hautefaye se puede ver como un pequeño universo musical de 43 minutos, que bien podría haber sido de tan sólo un corte, ya que es una misma historia que va transcurriendo a lo largo de todo el trabajo. Los personajes van entrando y saliendo en la escena, mostrando sus miedos, sus amenazas, sus esperanzas. Es aquí donde Hautefaye adquiere toda su grandeza: cada personaje, cada pasaje de la historia, es mostrado de una forma diferente, asignándole a cada uno distintos instrumentos, distintos estilos y tempos, de forma que en la propia música podemos ir identificando los diálogos entre los personajes y el transcurrir de los hechos. Así, por ejemplo, Coloso siempre entra en escena trayendo el caos y la desesperanza a golpe furioso de guitarra y voz gutural por encima de la lírica voz de Juan. En cambio, los mensajes de esperanza provenientes de Wizafut, o la presencia de la Madre Tierra siempre van asociados con momentos melódicos llenos de luz y armonía, donde el elemento principal es el piano.

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Musicalmente, Noah Histeria ha sabido crearse con inteligencia un estilo propio, una identidad única en la que podemos reconocer muchas de sus influencias, como The Contorsionist, Opeth, Porcupine Tree o Pink Floyd, pero siempre bajo su propio prisma y su sello personal, creando un estilo totalmente reconocible. Respecto a su primer trabajo, el homónimo Noah Histeria (que ya mostraba su prometedor futuro y con el que ya ganaron varios premios, como el Concurso Nacional de Bandas Emergentes de El Campello 2014 o el subcampeonato en el Concurso Nacional de Bandas Emergentes EMERGENZA 2014), la banda ha sabido corregir ciertos aspectos y parece que han conseguido encontrar su sonido.

Con una producción sobresaliente, cada instrumento consigue contar su propia historia sin perderse en el conjunto, sin amontonarse ni ahogarse unos con otros, a pesar de la densidad de algunos pasajes. El gran trabajo con los arreglos y coros logran crear en cada corte momentos épicos (en los que se enfrentan las dualidades con las que juegan constantemente: caos-orden, individuo-colectivo, esperanza-desesperación) junto a otros de enorme calma y armonía. Todo rodeado de una enorme carga lírica gracias a sus letras y la melódica voz de su cantante.

Todo tiene cabida en su universo musical, desde magníficos riffs y progresiones hasta momentos casi de improvisación de jazz (en la magnífica 43 días II), donde nada queda fuera de lugar, ni siquiera los sonidos más propios del rock psicodélico o del tecno-pop (casi parece que Madonna va a salir luchar contra Coloso), perfectamente cohesionados con la historia y el sonido global de la obra. Todo el trabajo mantiene el mismo nivel de intensidad y calidad a lo largo de los 43 minutos (¿será casualidad que su duración coincida con el ciclo de 43 días que nos propone la historia? no creo) en los que se narran todos los acontecimientos. Incluso se dan una licencia mística con Elah, concepto o personaje que no aparece en la historia, pero que bien puede hacer referencia a la lucha de David contra Goliath.

En resumen, Noah Histeria ha conseguido dar forma de una manera magistral a la obra que seguro tenían en mente cuando decidieron embarcarse en este proyecto tan ambicioso. Fruto de su enorme creatividad e ilusión, su titánico empeño y esfuerzo por llevarlo a cabo, Hautefaye es una obra brillante de principio a fin, memorable y atemporal, que se coloca en un lugar privilegiado no sólo dentro del rock progresivo nacional, sino también del internacional. Estos chicos pueden estar bien orgullosos con el resultado, que seguro les dará muchas alegrías y les llevará a la conquista de tierras lejanas.

Otra muestra del mimo que han puesto en su trabajo es el artwork, impresionante acuarela de Aria Fawn (a.k.a. ShePaintsWithBlood).

La producción y grabación se ha realizado en los estudios Millenia de Valencia por Raúl Abellán. La producción vocal, mezcla y masterizado ha estado a cargo de Raúl Nácher en Soniart Producciones. La voz gutural es de Daniel Mattingly, y los fantásticos coros se los tenemos que agradecer al Coro de la Universitat Politècnica de Valencia con la producción de David Dolz. Spoken voice a cargo de Mr. X.

Hautefaye será publicado el próximo 26 de septiembre. Estad atentos, porque antes de esa fecha podréis escuchar otro tema de adelanto.

Noah Histeria son

Daniel Torregrosa Sarrión: batería

Salva Párraga Pons: bajo

Álex Alonso Gómez: guitarra

Javier Badía Vidal: Piano, sintes, coros

Juan ‘Doc’ Giner Navarro: voz

El pre-order lo tenéis disponible en su web. Podéis seguir sus actualizaciones en su página de facebook y twitter. Tras el 26 de septiembre tendréis el álbum completo para su escucha en su bandcamp.