Alice Cooper publica Road, un viaje musical acompañado de su banda a través de su carrera, sus canciones y sus personalidades.
Esta vez el genio de Detroit ha querido hacer partícipe a su pedazo de banda en la historia del disco y no solo de las giras. Estando Bob Erzin a los controles, poco iba a poder salir mal. Road, álbum que como su propio nombre implica, es para coger carretera y no mirar atrás, de directo, sin purpurina ni restos glam, pero sí teatral, musical y fantasía más de los 50 que de los 80.
Como el tío educado que es, abre el disco presentándose como si de un espectáculo escénico se tratara y Cooper el protagonista estelar I’m Alice es eso, él y su personalidad en estado puro, falta la chistera, el bastón y los pasos de baile, que los pongo yo al escribir esto.
Welcome To The Show es otro preludio que también parece tener su lugar ya en los directos, ¿este disco es muy de directo o me lo parece a mi y llevamos dos temas? Brilla y reluce, como el carismático showman que la canta.
All Over The World es la invitación setentera a su show, acelera un poco en este viaje, queda claro qué lugar ocupará en los set list a primera escucha, que clase dan los trazos de viento en el tema.
Dead Don’t Dance, es imposible no bailar con el rollo cabaret que le mete Vicent, es perfecto, con esos cortes de música tan marcados e industriales, Kane Roberts participa en este tema, lo cual le añade un plus de su musculoso glam.
Quizá Go Away es la que suena más fiestera y rock and rollera con protagonismo, muy merecido de Sobel y una letra muy educativa. Junto a esta uno White Line Frankenstein que recuerda a ese otro tema de nombre parecido, muy escénica con un sólo muy psico Alice y el aporte de Tom Morello de RATM. Son los temas que más recuerdan a su época más comercial, ojalá juntar los dos Frankenstein en directo.
Bonita alegoría se ha montado en Big Boots, en torno a unos teclados muy cortantes, adornando el estribillo, me recuerda mucho al rollo Quireboys de hace años sexy y seductor en este corte se nos presenta en señor Furnier
Rules Of The Road suena a ZZ Top a sur y a algo raro con esa parte de presentación de comercial de programa de radio de los 50 de los tiempos del rockabilly. Ryan, Tommy y Nita se salen con guitarras divertidas y extravagantes, por algo Bob ha estado al mando.
The Big Goodbye otra que tira por esos derroteros más comerciales fiesteros, ha ordenado los temas en crescendo, me parece bien para contener la tensión hasta el final, como en cualquier buena obra que se presente.
Road Rats Forever pasada por el piano, guitarras rudas de fondo al tiempo machacón, rompedora a lo Great Balls Of Fire, al haber participado todos activamente en el tema, se nota que esto es más una banda que Alice y los músicos que lleva de gira, lo cual es una alegría para los seguidores fieles.
Baby Please Don’t Go balada acústica a los agudos del señor Fornier, encadenadamente triste, no se puede decir que el trabajo sea lineal o aburrido, aquí hay de todo. Los tiempos, recitados a graves y vientos de 100 More Miles tampoco son muy alegres, sino más bien de tragedia dramática de final imprevisto muy bien narrada por parte del actor principal.
Magic Bus este medio conceptual asfaltado disco sorprende con un tema versionado lleno de coros que se suceden en las estrofas como si de un pique en una autopista se tratara. Las guitarras parecen las señales de la carretera, por suerte no han aparecido sirenas. Y hemos podido llegar al final del álbum sin protestar, que para los tiempos que corren, es un logro
Añadir 13 temas más a una carrera reventada de clásicos inolvidables es un reto o una temeridad, si veo alguno de estos temas en sus conciertos, en resumidas cuentas, es Alice, ni más ni menos. ¿Quizá Road sea el último trabajo grabado de Alice Cooper? Como final no está nada mal.