La banda de thrash metal alemana Sodom nos presenta nuevo trabajo bajo el título de The Arsonist reafirmando así una vez más su posición en el panorama sin recurrir a la nostalgia fácil y sin perder personalidad. ¿Estamos una vez más ante un trabajo directo y potente para que su oyente lo disfrute? Su líder Tom Angelripper sigue manteniendo la temática de guerra y violencia generando impacto tanto al público más veterano como al más joven. Este segundo nuevo disco, llega como nueva etapa de Sodom tras la reestructuración que Tom Angelripper emprendió en 2018, con el despido de Bernemann y Makka. La decisión trajo de regreso al histórico Frank Blackfire y sumó al guitarrista Yorck Segatz y al baterista Toni Merkel que entró en 2020.

En cuanto a lo temático, la banda mantiene su constante fijación bélica, un sello que ha acompañado a Sodom desde siempre. En lo sonoro, sin embargo, no estamos frente a un trabajo nada revolucionario. Disco sólido, bien ejecutado pero que difícilmente sorprenda a quienes ya conocen de memoria el estilo de la banda.
La portada de The Arsonist lleva la firma del artista polaco Zbigniew Bielak, un nombre ya habitual en el mundo del metal por su extenso currículum diseñando artes para bandas. Aquí nos encontramos con una imagen poderosa: la clásica mascota de Sodom convertida en una colosal máquina de guerra, blandiendo un lanzallamas descomunal que arrasa con todo a su paso mientras helicópteros intentan detenerla.

En primer plano, la escena se vuelve más humana. Podemos ver un soldado arrodillado frente al esqueleto de otro combatiente, que extiende una mano sobre su hombro. Alrededor, carpas militares destruidas, cascos y huesos refuerzan la sensación de destrucción a causa de la guerra. La portada al final funciona dentro de un contexto narrativo que tiene puntos de tensión, jerarquías visuales y un recorrido claro para los más observadores.
Más allá de lo espectacular, la obra transmite un mensaje incómodo. No solo evoca las guerras que siempre han inspirado a Sodom, sino que también resuena con los conflictos actuales como los que hoy mismo sacuden Oriente Medio. Es una portada que combina la marca personal del grupo, crudeza y actualidad diseñada para impactar a primera vista y dejar claro que lo que viene en el disco no es precisamente sutileza.
Compuesto de trece temas, el disco abre con la introducción que da título al álbum The Arsonist para dar inicio a Battle Of The Harvest Moon el tema con más gancho y adrenalina. Nada nuevo, pero efectivo y de lo mejor del disco en general. Trigger Discipline se presenta como denso y violento. Baja la velocidad respecto al anterior, pero gana en agresividad. The Spirits That I Called sí, es thrash metal tradicional y cuadrado dentro de lo que se puede esperar de Sodom.
Witchhunter haciendo honor al nombre de su antiguo compañero y batería allá por 1982 hasta 1992 otro tema de thrash directo y de la vieja escuela como la mayor parte del disco que es efectivo. Pasamos a uno de los temas «menos comunes» titulado Scavenger y que da mucho protagonismo a las guitarras pero se queda bastante anclado con respecto al resto del disco. Esta segunda vuelta del disco es bastante menos elaborada y da un importante bajón con el tema Gun Without Groom.
Taphephobia otro de los temas presentados como sencillo del disco que nos recuerda a los Sodom de los 2000 más violentos. Bastante mejor y nos devuelve un poco a lo que queríamos escuchar. Sane Insanity similar a lo mencionado anteriormente, marca de la banda y refuerza los constantes altibajos del disco. El tema A.W.T.F es como un regreso a los inicios de la banda pero mantiene la línea con los temas anteriores y pero con una producción más moderna.
Nos acercamos al final de la reseña y presentamos el que posiblemente sea uno de los temas más «agresivo» Twilight Void que arranca bien y va creciendo durante toda la canción.
Llegamos a la recta final y podemos definir estos últimos dos cortes de una forma similar titulados Obliteration of the Aeons y Return to God in Parts dando lugar a un cierre aburrido y bastante desgastado. Son muy flojos para terminar un disco de una banda de renombre de la escena del thrash metal alemán.
Buen disco en general, sólo que muchas veces no parece funcionar porque estén inspirados sino por inercia dando lugar a que sea monótono. Un envoltorio espectacular para un interior que aunque cumple no logra alcanzar el mismo nivel de impacto.







