La banda de Dani Filth regresa con nuevo trabajo bajo el brazo, con todos los cambios de formación que han tenido durante años hasta que parece que han vuelto a dar con la clave de recuperar su sonido desde Hammer Of The Witches en Grindstone Studio de la mano de Scott Atkins. Este nuevo proyecto vuelve a reafirmar que tenemos banda para rato. Con el cambio constante de formación para sus directos y que ha mejorado considerablemente con los años que congrega a variopintas personalidades y siempre está en boca de todos porque de siempre ha recibido elogios y críticas.
Siempre que entramos en materia con la banda salen varios bandos: ¿un clásico nuevo de la banda como muchos de sus discos del pasado o un refrito más?
Este último trabajo, siendo el decimocuarto de los británicos compuesto de nueve temas y hace unos meses habiendo sido entrevistado comentando su pasado adolescente escuchando thrash metal y hardcore, cosa que parece haber calado bastante en el nuevo disco a la hora de su composición. Mismamente, la primera canción que abre el disco To Live Is Deliciously tiene sus ramalazos aquí y allá de hardcore y thrash metal.
Demagoguery también destaca por lo mismo, una introducción breve con Dani susurrando y los teclados que acompañan bastante bien a la mezcla con sus pasajes a teclado característicos recitando versos con susurros y es cuando entra el solo de guitarra para entrar rápidamente con el metal extremo. Otra canción a destacar es Non Omnis Moriar con aire folk dentro del black metal poniendo como ejemplo que se puede crear un buen tema con personalidad de la banda cogiendo tanto de lo clásico como de los discos anteriores a Hammer Of The Withces con buena composición y coros que emocionan bastante. When Misery Was a Stranger es otro de los muchos guiños a los temas más clásicos pero sin sorprender.
Malignant Perfection es quizá el tema más «creativo» y que rompe un poco con esa barrera que comentábamos entre sonar «a los clásicos» y quedarse obsoletos.
Durante todo el álbum mantiene su estética gótica tanto en su música, como vestimenta y en los videoclips aunque las orquestaciones están bien cuadradas no parecen buscar en ningún momento sonar fresco sin terminar de conseguirlo. White Hellebore trata de recrear lo que hicieron una vez más continuar con la clásica fórmula que les hizo ascender con su dualidad entre voces guturales y voz limpia femenina siendo el tema más melódico del disco pero no deja de ser predecible. El tema trata sobre la naturaleza agridulce de la humanidad presentando a una joven estrella de cine que regresa de la muerte gracias a las fuerzas oscuras. Nada nuevo pero es lo que destaca.
Nunca hemos dudado del impacto que supuso la banda, que sus estructuras sean más elaborados y los arreglos del disco sean coherentes, que lo son pero el balance entre agresividad y melodía de antaño brilla por su ausencia. Es agradecido pero el tiempo no perdona. ¿Es eco lo que resuena en sus últimos trabajos? Sí pero en directo con la nueva formación cumplen y tienen mejores músicos que nunca. Les gusta mucho apelar a la nostalgia pero de todos es bien sabido que estos británicos complacientes precisamente no han sido nunca.
La banda siempre se mantiene fiel a su historia, es capaz de mostrar buena música y parece ser que con los constantes cambios de formación incluyendo a su nuevo guitarrista Donny Burbage y a Zoe Marie Federoff a los teclados y a la voz limpia han sacado buen partido.







