Volamos un año más hacia el mítico circuito de Nürburgring para cubrir una nueva edición del icónico festival Rock am Ring. Pero 2025 no es una fecha cualquiera: este año se celebra el 40º aniversario de uno de los eventos musicales más emblemáticos de Europa. Pocos festivales pueden presumir de haber llegado tan lejos, siendo cuna y plataforma de muchas bandas que hoy encabezan carteles y giran por el mundo con producciones cada vez más ambiciosas.

Esta es nuestra cuarta cobertura ininterrumpida del evento, lo que nos ha permitido observar pequeños —pero significativos— cambios a lo largo de los años. Nuevas infraestructuras, un cuarto escenario y una redistribución de los espacios para mejorar la accesibilidad general. Si algo queda claro es que la ingeniería alemana no falla: todo está pensado para minimizar tiempos de espera y maximizar la experiencia, desde el camping hasta las áreas VIP.

Como muchos habrán visto en redes sociales, el clima fue protagonista este año. El festival fue rebautizado cariñosamente como Rock am Rain por sus intensas lluvias y temperaturas inusualmente bajas para la época, lo que lo convirtió en una de las ediciones más desafiantes a nivel de cobertura. Aun así, hicimos todo lo posible por mantener el nivel que nos exigimos cada año.

Sorpresas, pop bizarro y guitarras icónicas

Lamentablemente, los shows sorpresa que esperábamos ver se nos escaparon por cuestiones logísticas. Uno de ellos, el de Electric Callboy, encendió el Utopia Stage con una fiesta de proporciones épicas. Jugaban en casa, con el público totalmente entregado. Una pena no haber llegado a tiempo.

Nuestro primer concierto oficial fue también una incógnita hasta el último minuto. Nos plantamos frente al escenario Utopia, listos para dejarnos sorprender, y así fue: Roy Blanco & Die Abbrunzati Boys se encargaron de dar el pistoletazo de salida presentando su tercer álbum. Aunque de origen italiano, su popularidad en Alemania es incuestionable. Su mezcla de indie pop y humor absurdo fue una elección peculiar, pero efectiva para calentar motores en la inauguración del festival.

Desde ahí, hicimos un recorrido entre escenarios que nos llevó al Orbit Stage, donde Mia Morgan desplegó todo su poderío. La cantautora de indie rock reunió a una fiel tropa de seguidores que coreaban cada verso desde las primeras filas. Aun sin estar completamente familiarizados con la nueva ola del pop alternativo alemán, es un verdadero placer descubrir propuestas tan frescas en este tipo de eventos.

Weezer, Poppy y una nostalgia muy bien ejecutada

¿Quién lleva la cuenta de cuántas veces Weezer ha pisado Rock am Ring? Yo no, pero sí tengo claro que no vinieron a probar material nuevo. Su setlist se centró principalmente en su álbum homónimo de 2001 y otros clásicos que todos llevamos tatuados en la memoria. Fue un verdadero homenaje a sus 30 años de carrera, con temazos como Hash Pipe, My Name Is Jonas y Dope Nose encendiendo los primeros compases. No hubo tregua: Undone (The Sweater Song) y Beverly Hills mantuvieron la energía al tope hasta cerrar con Buddy Holly y una sonrisa colectiva entre el público.

Después, salimos corriendo para alcanzar algo del show de Poppy. Como es habitual en su retórica de espectáculo sin cámaras, nos resignamos a disfrutarla sin fotos. Fue mi primera vez viéndola en vivo tras años de cancelaciones en España post-pandemia. Desde que lanzó I Disagree, no le he perdido la pista, y su evolución con Negative Spaces me tenía con altas expectativas.

Su actuación fue dulce, extraña, hipnótica. Un torbellino de contrastes que te hace bailar con un estribillo y te sacude con un breakdown de metal segundos después. Ese es el mundo de Poppy: una mezcla bizarra, adictiva y visualmente fascinante. A pesar del nuevo repertorio, no dejó fuera a BLOODMONEY ni Sit/Stay, y por supuesto “Concrete” y “Bite Your Teeth” fueron las más celebradas. Las nuevas they’re all around us y new way out no se quedaron atrás. Un show para abrir la mente, dejar prejuicios en casa y dejarse llevar.

Frank Turner, Atmos Stage y un headliner que divide

Frank Turner regresó a Rock am Ring con la autoridad de quien sabe manejar escenarios multitudinarios. Incluso compitiendo con la fuerza de A Day To Remember, el cantautor británico logró conectar profundamente con el público. Su selección de temas fue impecable, mezclando novedades con clásicos, y reforzando ese vínculo emocional que lo convierte en un favorito eterno del festival.

Otra grata sorpresa vino en el nuevo Atmos Stage, donde Static Dress nos devolvió directamente al post-hardcore de los 2000. Su estética emo, sus letras cargadas de nostalgia y su intensidad desataron los primeros pogos entre el barro. Olli Appleyard lideró una pequeña fiesta íntima que muchos guardaremos en la memoria.

Por contraste, Fleshwater ofreció un pasaje más introspectivo. Con tintes de shoegaze, la banda de Boston suavizó el ambiente sin perder potencia. A pesar de contar con poco material publicado, han sabido hacerse espacio teloneando a gigantes como Deftones y The Mars Volta. Marisa Shirar y su ya icónico patito de hule animaron una de las noches más frías, pero sin duda inolvidables.

Bring Me The Horizon: ¿un headliner consolidado?

El cierre de la jornada quedó en manos de Bring Me The Horizon, quienes tenían la difícil tarea de llenar el Utopia Stage en horario estelar. Como seguidor de la banda desde sus inicios, me emocionó ver su crecimiento desde un club con 100 personas en 2010 hasta este escenario frente a casi 90 mil almas.

Su espectáculo fue un despliegue total: interacción virtual, escenografía impactante, fuegos artificiales y todos los recursos disponibles para una experiencia inmersiva. El repertorio, centrado en los hits de sus últimos discos, fue una fiesta en mi cabeza, aunque no necesariamente en la pista. DArkSide, MANTRA, Happy Song, Teardrops… todo sonó como un éxito, pero algo no terminó de encajar.

Y aquí es donde se abre la pregunta: ¿es realmente BMTH un headliner consolidado en este contexto? A pesar del esfuerzo escénico, el show pecó de cierta falta de frescura. El setlist fue prácticamente el mismo que presentaron hace unos años en el Mandora Stage. Quizás el problema sea la falta de madurez artística en algunos tramos o el no adaptarse del todo al eclecticismo del público de Rock am Ring. El frío y la repetición pasaron factura: hacia la cuarta canción, muchos empezaban a retirarse.

Aun así, hubo momentos memorables. El karaoke con una fan nos llevó a Antivist, directo al corazón de Sempiternal, seguido de Can You Feel My Heart y ese final apoteósico con Throne, entre corazones volando y nosotros empapados, pero felices. Un cierre que dejó sensaciones encontradas y nos acompañó hasta la tienda, con los pies helados, pero el corazón lleno.

Todas las galerías de fotos del primer día a continuación:

Roy Blanco

Mia Morgan

Weezer

Knocked Loose

Destroy Boys

Frank Turner

Soft Play

Static Dress

Flesh Water