St. Vincent: La Convergencia del Arte en All Born Screaming Tour

A las 21:25 hrs del viernes 18 de octubre, las luces de la sala Razzmatazz se apagaron, creando una atmósfera de expectación. Las siluetas emergieron del escenario, y el intro de Reckless resonó en la oscuridad. St. Vincent comenzó a cantar, cautivando al público con su poderosa voz. La iluminación se intensificó, revelando a la artista en un resplandor blanco, vestida con una camisa crop, shorts y guantes negros, como una aparición mágica en medio de la penumbra.

A su lado, Charlotte Kemp Muhl, con un estilo gótico y elegante, adornaba cada nota del bajo, mientras que Mark Giuliana mantenía al público hipnotizado con sus potentes golpes de batería. Jason Falkner, con su maestría en la guitarra, ofreció momentos de pura euforia, mientras Rachel Ecktroth, al teclado, tejía melodías que nos mantenían inmersos en el espectáculo

Al terminar Reckless vimos como Anne hizo las primeras referencias a su próximo lanzamiento Todos nacen gritando la versión en español que realizo en homenaje al publico hispanohablante, Sin embargo, un ligero murmullo de confusión recorrió a la multitud, pues la pronunciación de algunas palabras no era muy clara, pero se agradecía el gesto de querer generar una conexión

Fear The Future y Los Ageless, dos de sus himnos más conocidos, encendieron el ánimo del público. La entrega de St. Vincent era evidente, cada movimiento teatral y dramático nos demostraba la esencia y espontaneidad que tanto la caracterizan.

Big Time Nothing y Marrow, nos dieron solos, cargados de potencia y distorsiones, dejando a todos boquiabiertos. La destreza que demostró era un recordatorio de por qué es considerada una de las artistas más innovadoras de su generación. Pay Your Way in Pain fue en donde se generó un verdadero momento de furor y tensión; Los gritos de St. Vincent, junto con el parpadeo frenético de las luces, llevaron al público a un clímax emocional. Se respiraba euforia mientras todos bailaban al ritmo de la canción.

Un instante particularmente íntimo se vivió durante New York, donde la sala se sumió en una luz tenue y acogedora, acompañada únicamente por los suaves teclados de Rachel Ecktroth, la atmósfera se volvió casi mágica, mientras la audiencia comenzó a corear la canción, creando un sentido de cercanía que se respiraba en el aire “Where you’re the only motherfucker in the city who would”, se escuchaba al unísono, pero el show no se detuvo aquí, en un momento inesperado Anne se lanzó al público, haciendo un crowdsurfing

La noche en la sala Razzmatazz no solo celebró la música de St.Vincent; también fue un testimonio de su evolución como artista y conexión auténtica con el público, la espontaneidad de sus gestos, movimientos, la interacción constante con la banda y los coqueteos con su bajista, añadieron una capa extra de diversión al espectáculo.

Annie Clark reafirmó su posición como una de las artistas más potentes y transgresoras de la actualidad, al salir de la sala era evidente que no solo habíamos presenciado un concierto, sino que habíamos sido parte de algo extraordinario.