1991 fue un año en el que se publicaron discos muy especiales en casi todos los estilos musicales y particularmente en los que engloba el Rock. Algunos de ellos marcaron una época, otros comenzaron una trayectoria y también los hubo que supusieron el fin de otra. «30 años de…» es nuestra manera de rendir homenaje a esas obras musicales compartiendo con nuestros lectores y lectoras la huella que han dejado en nuestro equipo de redacción. Y ya de paso, recordar tiempos en los que la música que nos mueve a formar parte de esto ocupaba el lugar que se merece.
Un ejercicio de nostalgia, reconocimiento y celebración. Y para ti que nos lees, ¿qué supuso ese disco en tu vida?
Hoy se cumplen 30 años del lanzamiento de Prisoners in Paradise de los suecos Europe, quinto álbum de estudio de la popular banda hardrockera que fue uno de los damnificados por la publicación en las mismas fechas de varios discos importantes y, con el tiempo esenciales, de bandas representativas de las tendencias en el Rock de aquel momento. Como fue habitual en su carrera hasta el momento, Epic Records se encargó de poner en circulación un disco tan bueno como los anteriores pero que comercialmente acabó quedando en un segundo plano eclipsado por sus “competidores” hasta el punto de ser su último trabajo antes del hiato que iniciaron en el 92 y mantuvieron hasta el 2004. Para nosotros no va a ser menos que los otros discos que se publicaron aquel día y vamos a celebrarlo a modo de “reseñéride” de la mano de nuestra compañera Vir del Real, que vivió aquel momento y ha querido contárnoslo:
Treinta años dan para evolucionar de muchas maneras, el progreso de Europe desde este trabajo hasta ahora es absoluto, este álbum fue el punto de inflexión en su carrera y el momento de parón hasta su vuelta en 2004. La escena musical y personal propició un acertado antes y después, a juzgar por cómo les ha ido.
Puede que el crudo giro musical que tomaron hacia lo melódico guste o no, pero la calidad de su música es indiscutible. Como todos los discos de Hard publicados ese año, no tuvo la repercusión comercial merecida, aquellas nuevas tendencias lo eclipsaron de forma inmerecida.
Personalmente fue el último disco que me llegó a la médula y por eso el cariño que le tengo es especial. Aún sin experimentar el cambio de estilo acertado y necesario posterior, se percibió la evolución a una banda de calidad, tanto compositora como instrumental.
En cuanto a los cortes, desde la sexy y gamberra All of Nothing a la reivindicativa y guitarrera Girl from Lebanon, todo es chispa y frescura, tal y como requerían esos años. No tengo debilidad especial por ningún tema, si eché algo en falta fue la típica balada melosa; Homeland es lo más parecido y resultón que les salió, en contrapunto con la cañera Seventh Sign, algo común son los distinguidos estribillos.
Los singles fueron tan acertados como resultones: Prisoners in Paradise es especial por todo en general, los teclados se me quedaron a la primera, escucharla es como volver a casa.
Halfway to Heaven me da las mismas ganas de vivir de entonces. Los teclados a medio tiempo de I´ll Cry for You centellean con luz propia. Casualmente, la canción que menos me llama la atención, es la que tiene colaboraciones, Till My Heart Beats Down Your Door, con Fiona y Brian McDonald aportando su arte.
Escucho de nuevo Talk to Me con esa fuerza casi agresiva o Got Your Mind in the Garage y su rollo bluesero sensual y siento de nuevo ese empuje como hace años, del mismo palo es Little Bit of Lovin´ con unos coros tan de ellos. Bad Blood es como un resumen del resto de temas condensado en sentimiento puro.
La voz de Joey Tempest, la guitarra de Kee Marcello, los teclados de Mic Michaeli, la base de Ian Haugland y John Leven, todo me suena tan familiar que no necesito dejar caer la aguja en el vinilo para rememorar ni un solo tema, los llevo todos dentro.
Recuerdo ir a la grabación del típico programa de música de la tele, tantas veces hicieron repetir los playbacks que hubo espacio para unas firmas e intercambiar cuatro frases, qué encantadores fueron.
Me quedé prisionera en esta etapa y en este disco, mucha culpa de mi andadura musical la tienen ellos, por ello los sigo aunque sin la pasión de entonces, la nostalgia me hará seguir yendo a sus conciertos sin dudar.