El nuevo disco de los suecos Twilight Force ha llegado para dar calor a este invierno.
Muchos cambios evolutivos desde su disco debut Tales of Ancient Prophecies allá por el 2014, sin duda la llegada de Alessandro Conti y su magia, lo más heroico que podía pasar en su particular película. Ya en Dawn of the Dragonstar demostraron sus capacidades para llevar a la banda al nivel superior
¿Se puede decir que At the Gate of Wintervale es una continuación? Puede, pero la magnitud desplegada hacen que sea al menos un disco al que prestar atención.
Abriendo fuego con el tema homónimo a la banda Twilight Force que básicamente es su power metal de presentación oficial con aires happy ochenteros a lo Helloween en la voz y una imperiosa velocidad extra a las guitarras.
El tema que da nombre al álbum At the Gate of Wintervale viste la épica historia celta con agudos ascendentes, notable alto para los coros. Qué generosidad para con la música. Una sidra en la mano cierro los ojos y me teletransporto al Sweden Rock Festival en dos temas.
No han inventado nada nuevo, pero lo han mezclado de forma entretenida y hechizante, me ha enganchado como para ponerlo en los posibles discos del año, que encantadora ilusión se han inventado.
Empezamos con los dragones, los galanes de este disco. Los vientos que abren Dragonborn me trasladan a un castillo medieval y casi escucho el sonido del latón de las copas de vino al chocar, pero a la vez es tan tierna como ese sentimiento que despierta la navidad, juglaresca y divertida la versión alegre y positiva del Cuento de navidad de Dickens.
Llaman poderosamente la atención los temas que pasan de los diez minutos, en este mundo de inmediatez es una osadía crear algo así. Highlands of the Elder Dragons es una completa sinfonía teatral, puede ser una dulce nana, con su fragmento de piano, su trozo de ópera y sus partes metaleras. Despierta todo mi interés por ver como acaban todos esos giros y vueltas. Cómo han ganado con Conti a las voces, impresionante.
Otro de los temas extensos que no difusos, es la versión metal del clásico concierto del uno de enero, solo se gana si se apuesta fuerte, fantástico. Sunlight Knight me recuerda a mi musical preferido Cats con esas voces felinas narrando el final de la historia al ritmo de los golpes musicales.
Con The Last Crystal Bearer decido que esto merece ser representado en un musical con su atrezzo y su coreografía, estos chicos se han vuelto locos y me mimetizo y me fascina y me da igual lo que dure.
Volvemos al rollo más nordico en Skynights of Aldaria, voces guturales, en off, femeninas, soprano, suena a brillante batalla instrumentalmente ganada en solo cinco minutos. Si han decidido que como melodía familiar un bosque sea su entorno fortuito, perfecto para una transición que es básicamente A Familiar Melody.
Acabo de escucharlo con la sensación de tener cosas dentro de mi cabeza dando saltitos y me siento bien. El resumen, Twilight Force se han marcado unos temas fieros y serenos, caprichosos, fantásticos y confortables, un capricho sinfónico, desgranado en capítulos en forma de canciones. Amantes del rollo, este es vuestro disco.
