Crónica: Canorea en Madrid, hermandad del rock n roll

La banda madrileña Canorea demostró estar en plena forma en una noche de rock n roll rodeados de grandes amigos invitados.

Crónica: Canorea en Madrid, hermandad del rock n roll

Cuesta elegir las palabras precisas para expresar lo que vivimos la noche del sábado pasado en la sala Moby Dick de Madrid en el concierto de Canorea.
El proyecto apenas lleva un año de vida y ya han llenado tres veces una sala en Madrid, algo que no está al alcance de cualquiera.

Había gran expectación por ver en acción a Víctor y su banda, además se anunciaron grandes colaboraciones.

La noche arrancaba con una introducción ambiental de guitarra, donde poco a poco fueron subiendo los músicos para que sonaran los primeros acordes de Avenida del poeta, una sala que colgaba el cartel de no hay entradas respondía desde los primeros acordes y la banda se encontraba cómoda sobre el escenario.

Canorea Javier Mansilla

Llegó el turno de Baja el arma, uno de los singles del disco, tema que fue coreado desde el principio y donde la presencia del bajo de José Escamilla es bestial.

Canorea José Escamilla

Poco a poco fueron subiendo decibelios con temas como El arlequín, tema que tiene un potente riff que golpea con energía.

La última incorporación a la banda Jero, cantante y guitarrista de Mister Jota aporta un aire distinto, un músico versátil que acompaña con coros, percusiones o se arranca con la guitarra acústica como en heroína pura.

Canorea Jero
Con temas como Prometo, Canorea pone de manifiesto que tiene recursos dispares, sonidos que van más allá del rock clásico tonteando incluso con sonidos cercanos al indie, sin perder un ápice de su esencia.

Víctor aprovechó un impasse para recordar que este proyecto lleva menos de un año, y no para de cosechar grandes logros, fue entonces cuando hizo un guiño a los viejos tiempos con Mátame, un tema de su antigua banda Tranze, deleitando así a los seguidores de la vieja escuela.

Llegó el momento de relajar las revoluciones con los primeros acordes de La cosecha, un tema que va ganando en progresión cuya letra es pura magia.

Poco a poco la batería de Emilio se iba poniendo a tono para que arrancase el Vermú.

Canorea Emilio

A partir de aquí la noche fue un continuo ir y venir de invitados, arrancando con un acústico a tres entre Jero a la acústica y la potente voz de Esther Berberia de Mister Jota, que se marcaron un par de versiones blues destacando y coreando all right now.

Canorea Esther Mister Jota

Acto seguido llegó el turno de Beltrán No procede, con quién volvimos a recordar a los Tranze con La guarida.

Canorea Beltran No Procede

Subieron las revoluciones cuando llegó Juanjo para darlo todo con alejarme de aquí, las botellas de alcohol fueron rondando por la sala entre guitarrazos y con un impasse blusero por parte de Jero a la armónica, Emilio a la batería, José al bajo y Javier Mansilla a la guitarra siendo un deleite para los presentes.

Canorea Juanjo
En apenas unos minutos La Moby Dick se caldeó recibiendo la visita de Nacho, vocalista de gallos quien revolucionó el gallinero con bala perdida.

Canorea Nacho Gallos

Creo que uno de los momentos más emotivos de la noche fue cuando Aarón de A Tiro se subió para cantar a la sombra del ciprés, último lanzamiento de Canorea.

Canorea A Tiro

Todavía hubo un último guiño a Tranze con Ventoleras antes de que subiese el último invitado, Javi de Deskarte quien bordó las voces de tijera y bisturí.

Canorea Javi Deskarte

La noche terminaba con Rozando la locura, tema cuya letra recoge perfectamente el renacer de Víctor en este proyecto.

Da gusto ver tanta calidad subida sobre un escenario y como los fuertes lazos de amistad en la escena rockera siguen en pie. Por mi parte solo puedo decir LARGA VIDA AL ROCK N ROLL!