Crónica | Cobardes se consagra en Madrid

A falta de dos conciertos para finalizar la gira Maleta, Carretera y Rock & Roll, la banda COBARDES, ha demostrado que ha dejado de ser la revelación del rock navarro para convertirse en una realidad, lo que se demuestra con tremendos sold out en lugares tan dispares como Guadalajara, Logroño, Santander, Bilbao o por supuesto, Madrid, donde cuenta sus visitas por llenos. Quizás, este último concierto de la capital no ha sido el más multitudinario de la gira, pero sí es uno de los que toma la temperatura de una banda a nivel nacional, y Cobardes ha pasado de congregar a 300 personas el pasado mes de diciembre de 2023,  a duplicarlas en menos de un año, llenando de un público fiel la Sala Changó del castizo barrio de Chamberí. La expectación ante el concierto era máxima, y muchas de las figuras del Rock de “la tierra” se desplazaron a Madrid al evento; así Kutxi Romero de Marea,  Aarón Romero de Linaje o el padrino de la banda, miembro de Marea y Ciclonautas, Alen Ayerdi.

Desde ROCK CULTURE tampoco nos lo queríamos perder, y quisimos estar presentes en la consagración de los navarros, y COBARDES no defraudó.

Tal y como estaba previsto, a las 21.30h se apagaron las luces de la sala que estaba a rebosar y comenzó a sonar el tango de Gardel, Por Una Cabeza, en la versión instrumental de La Vid Violín, mientras iban accediendo al escenario Íñigo Idoate (batería), Iban Sánchez (bajo), Íñigo Álvarez (guitarra) y Javier Jarnices “Cordobés (voz y guitarra). Luces cálidas en la sala que provocaban un gran contraste con las sombras y primera canción, Un Beso y Hasta Siempre, un tema que mostraba las intenciones que Cobardes ha tenido en toda esta gira, arrasar.

El público comenzó a corear al unísono la letra, mientras los juegos de luces daban un giro espectacular en colores, y sumaban columnas de humo a lo largo del escenario. La puesta en escena se veía brutal, era la de una banda completamente hecha, muy rodada.

Tras un saludo rápido de Cordobés a todos los que allí nos habíamos reunidos, siguieron con Rodeada de Idiotas, que en el álbum cuentan con la colaboración de ni más ni menos que de Iñaki Antón “Uoho”, para dejar paso al primer hit de la noche -al menos por el aumento de decibelios en las gargantas presentes- que nos dejó a un paso de volvernos locos:Quinientas Mil Mañanas. Aproveché este momento para ir al primer piso de la sala (por supuesto también lleno), para ver la impresión desde arriba, y desde luego fue algo acertado.

La sensación era de que el público iba a más (si eso era posible), ayudado de los temas que iban desfilando por el setlist, pero sobretodo, por la cercanía que Cobardes transmite durante su directo. El punto álgido llegó  a mitad del espectáculo con tres cañonazos como son Maldito Abril, Caminos de Algodón y Vuela, en los que la Sala Changó se vino abajo y en las que prácticamente nos quedamos sin voz.

Tras esto, todos necesitábamos coger aire, y Cordobés se enfundó la guitarra acústica para entonar Sólo Tu. La vuelta de toda la banda al escenario vino acompañada de un par de temas con menos revoluciones, como son Mis Tacones y Otra Noche, en los que el público participó iluminando la sala con los flashes de los móviles.

A estas alturas del concierto, todos sabíamos que se iba acercando el final, pero todavía no se había acabado la función, no se había bajado el telón ni los bailarines se habían marchado. Quedaban cuatro temas que el público esperaba ansioso, temas que venían juntitos y del tirón, y que sólo fueron interrumpidos por la presentación y despedida de la banda: En Llamas, Romeo y Julieta, Cielo Gris y Princesa en Paro.

Con ellos, se ponía punto y final -a pesar de la insistencia de los presentes por intentar sacar una última canción- a un magnífico concierto de Cobardes; y Cordobés, nos citaba a todos en la zona de merchan para charlar, hacer fotos o firmar los CDs o LPs. A pesar del cansancio, a los miembros de la banda se les veía felices entre los seguidores que les esperaban, y prolongaron su estancia en el lugar hasta que los empleados de la sala tuvieron la necesidad de desalojar para que accediera el equipo de limpieza. De hecho, los que no pudieron hacerse con su foto o con su dedicatoria, fueron citados en la salida de la sala, y una hora después, allí estaban los componentes de Cobardes con sus seguidores.

Tras haberles visto en varias ocasiones en esta gira, creo que el concierto del pasado 22 de noviembre en Madrid, ha sido hasta la fecha el concierto más completo de la banda, acompañado además de un magnífico sonido y unos juegos de luces maravillosos que hicieron las delicias de los que allí estuvimos. Sino estuviste esa noche en la Sala Changó, has de saber que el concierto fue grabado, por lo que seguramente podrás en un futuro disfrutar en vídeo de lo que Cobardes es encima de un escenario.

La escuela navarra de rock vuelve a darnos a los seguidores de este género musical otra  gran banda, Cobardes, con un sonido espléndido, unas letras muy trabajadas, unas guitarras magníficas y una voz característica que dan un toque propio, difícil de imitar; que desprende fuerza y sensación de estar muy cerca de llegar a algo grande. Cobardes nos hace pensar en una de esas bandas que con el tiempo, convierten sus letras en himnos, canciones que acompañan la vida de muchas personas. ¿Podremos ver ese Vuela o esos Caminos de Algodón, convertidos en El Perro Verde o Corazón de Mimbre?. El tiempo responderá la pregunta, pero Cobardes ha dejado claro que han comenzado ese camino y van con buen ritmo.

Texto y fotos: Jose C Soria PARRA (@jcsparra.pics)