La fecha del viernes 15 de septiembre de 2023 estaba marcada en la agenda de los seguidores murcianos del Metalcore y, más específicamente, del Electrocore de cuño nacional.
Bajo el nombre Max Power Fest II cuatro bandas diferentes, pero con un hilo conductor marcado por la terminación –core, se reunieron para una gran noche organizada por una de ellas, los locales Crows As Shepherds, en la Sala Garaje Beat Club de Murcia.
Bien es sabido que, desde finales de agosto hasta finales de septiembre, las tormentas y fenómenos meteorológicos como el granizo son tradición en tierras levantinas tras meses de calor y sequía. No obstante, en los muchos años que un servidor lleva yendo a la Sala GBC de Murcia, esta era la primera vez que me encontraba tan tremendo aguacero, con la calle de acceso a la sala inundada y cortada al tráfico por la Policía Local.
Las inmediaciones, en una de las horas punta de circulación de vehículos un viernes, vivieron un atasco que sin duda afectó al comienzo del evento.
Una vez en la sala, que abrió puertas en el horario previsto, tuvimos que esperar un buen rato a que comenzara la primera actuación de la noche, ya que debido a las inclemencias del tiempo muy pocas personas habían podido llegar al local.
COFRADY
Con algo más de media hora de retraso respecto a lo programado, comenzaba la actuación de los madrileños Cofrady, con una de las notas comunes de la noche, los sonidos electrónicos que aportaban la nota festiva a una velada metalera.
Así entendí desde el primer momento la propuesta de esta joven banda que es la que tiene una trayectoria más reciente y con un trabajo discográfico menor. De hecho, aunque tienen algunos temas propios, se han dado a conocer en parte por la versión de Saoko de Rosalía.
Su estilo transita entre el Deathcore y el Electrocore, y fueron un buen comienzo de velada dejándonos una muestra de la fuerza y diversión que pretenden transmitir con su directo. Hubo lugar para otra versión, que presentaron como “tema de una banda que mucha gente odia” o algo así, para dar paso a una Break Stuff de Limp Bizkit bastante bien ejecutada y que a mí personalmente me moló por ser fan de la banda americana.
Pusieron el punto y final con Syraph, que me pareció su mejor tema de la noche, y una última pista de música electrónica que bailaron para despedirse.
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INYOURFACE
Como la noche iba a estar repleta de intros, outros e interludios, la banda sonora de la serie famosa serie Stranger Things precedió la aparición en escena de los siguientes participantes.
Los granadinos Inyourface irrumpieron con fuerza en el Max Power Fest II, con un estilo más típico de Metalcore melódico con el que varias bandas nacionales llevan ya bastantes años destacando en la escena de este género. Su vocalista Lucas hizo de todo para ganarse al personal, mientras a ambos lados destacaban los incansables guitarristas, Juanra y David, quien también aporta los coros en los temas de la banda.
Destacar la ausencia de bajista, tal como cuentan ellos por decisión propia. Tras quedarse sin bajista en su momento y entrar Juanra para ocupar su puesto, decidieron era mejor que ése se pasase a las seis cuerdas, su instrumento natural, y llevar el bajo disparado en directo. La verdad es que yo no eché de menos una quinta figura encima del escenario, pues tuvieron un sonido bastante equilibrado.
El puntazo estuvo en la participación del vocalista Felipe Alemán de los madrileños Brothers Till We Die, a quien no esperaba ver por allí y que aportó su atronadora voz gutural al tema Melted Skies.
Consiguieron arrancar los primeros circle pits de la noche, con una sala que contaba ya con mejor asistencia que al principio. Respecto a su actuación, me quedo con la energía de los componentes de la banda y la alternancia entre partes melódicas y otras más Hardcore en el buen concierto que ofrecieron.
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WE EXIST EVEN DEAD
Si la anterior actuación me pareció de manual de banda Metalcore, con los barceloneses We Exist Even Dead (más conocidos por sus siglas WEED), llegó el momento más Hardcore y vacilón de la noche, protagonizado por la rollete loco y provocador de su vocalista Arthur Hard.
Con mejor movimiento de piernas que un boxeador y su look rapero se ganó a pronto a los asistentes. Gran actitud y carisma al micro que no desentonó con el nivel mostrado por los demás miembros de la banda. Aunque les faltó uno de sus guitarras, Guille, la sección de cuerdas estuvo sublime, con un Alejandro a la guitarra, que también aportó la voz melódica, y Aitor al bajo, haciendo constantes virguerías y destilando energía a raudales. También contaron como invitado con Dani, vocalista de Crows As Shepherds, con quien interpretaron el tema Distance.
Para mí fueron la sorpresa de la noche por su sonido más pesado y contundente basado en riffs muy de corte Djent alternando con partes melódicas y otras de más velocidad de ejecución. Todo ello rematado por un frontman de los que te enganchan. Me dejaron con ganas de más y sin duda no me perderé su participación en el Lost Souls Fest de Cartagena en noviembre de este mismo año.
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CROWS AS SHEPHERDS
Y llegó la hora de los anfitriones, y vaya si se notó. Arropados por su público fue el momento de la noche con mayor presencia en la sala y cercanía con los músicos encima del escenario. Este es un detalle que siempre me llama la atención. Es cierto que pegado al escenario el sonido es peor que si te apartas unos metros, pero en los géneros del Metal y el Hardcore las bandas se nutren del calor del público y estar a pie de escenario debería ser un “must” si vas a un concierto, una forma de retroalimentarse que muchas veces cuesta ver.
Lo dicho, con Crows As Shepherds, el público se volcó desde el principio. Nuevamente precedida de una intro electrónica sonó Unbury Me, para meter al personal de lleno en su propuesta musical y, en mi caso, para recordarme lo mucho que veo en ellos de influencia del sonido de bandas inglesas como Architects y Bring Me The Horizon.
Aunque ya se lo hayan dicho muchas veces, para mí es lo más destacable de la banda murciana, el logrado sonido épico y envolvente que tienen sus composiciones más melódicas que directamente relaciono con esas bandas internacionales. Lo cual es positivo, porque no es fácil encajar la fuerte presencia de sintetizadores pregrabados con los instrumentos tocados en directo y que suene todo con ese empaque y precisión.
Por ello, su marca personal son los temas que contienen pasajes tranquilos, con la voz melódica de Dani que luego estallan en una potente amalgama de guitarras con reverb, teclados y guturales agudos que se te clavan en el alma. Entre medias, momentos demenciales repartiendo mucha cera como con Anarchy, Tatemae o Encaged & Chained, alguna bajada de revoluciones para tomar impulso, ratos de pura electrónica para caldear el ambiente y vuelta a los temas con medios tiempos que acaban desembocando en éxtasis sonoro, que es la tesitura donde creo que más cómodos se encuentran.
También les va la marcha, claro, cosa que se nota en un tema como Puzzle, tras el que vuelven al caos pesado y oscuro de Deranged previo paso por otro momentazo de bailoteo electrónico. Fue probablemente la fase donde más vi enloquecer a la peña. El único momento de tregua, no recuerdo en qué tema, fue con un fallo en una de las pistas que disparan, que les tuvo un par de minutos parados y enfrió un poquito los ánimos.
Un pequeño detalle sin importancia, porque la recta final la hicieron con la brutalidad de The Sin, el temazo marca de la casa Won’t Let You Drown y para terminar un tema sorpresa y reparto de manzanas al público. Sí, como lo lees, manzanas y mucho amor en vez de púas o baquetas. Estos chicos tienen algo especial, definitivamente, y también estarán en el mencionado anteriormente en esta crónica Lost Souls Fest de Cartagena el próximo mes de noviembre.