AJEEB y SPACE DEER se subieron a las tablas de la sala El Perro (…De La Parte De Atrás Del Coche) para presentar en sociedad sus nuevos trabajos.
La del viernes 22/09 fue una de esas citas que entran rebotadas en la agenda y que acabas disfrutando como nunca imaginarías. Porque sí, puedes comprar una entrada para tu grupo favorito con un año de antelación y esperarlo con impaciencia; pero cuando sales a ver qué ofrece la sala de turno y disfrutas de un buen espectáculo, sientes haber descubierto oro.
Ayer nos dejamos caer por El Perro De La Parte De Atrás Del Coche. El corazón de Malasaña abría sus brazos a dos bandas nacionales que venían a demostrar aquello de que, mientras queden valientes que decidan subirse a un escenario, a esta forma de vida que algunos llaman rock, le quedará un largo recorrido.
Los canarios AJEEB aterrizaron en la capital para presentar su último trabajo Refractions y, como lo bueno si es doble, dos veces bueno, tuvieron la compañía de los madrileños SPACE DEER haciendo de embajadores del Stoner nacional con su pegada única.
A eso de las 21:00, las puertas del Perro se abrieron dando acceso al inframundo del rock, donde fuimos arrastrados por la música de fondo y la emoción de saber que bajo esas escaleras pasan cosas interesantes. Al llegar, unos pocos se sacudían el fresco del recién estrenado otoño junto a la barra donde fuimos cálidamente recibidos por Héctor, cuya promotora Let’s Show celebraba su décimo aniversario. Diez años escarbando en los cimientos de la música, para hacer hueco a esas bandas que algún día llenarán estadios. Juntos enumeramos los demonios del sector: la sobredosis de festivales, la pérdida de cultura de sala o los cambios en la tendencia de consumo musical… pero eso es harina de otro costal.
Serían poco más de las 21:30 cuando AJEEB tomó posiciones, mientras los últimos rezagados iban apareciendo en un incesante goteo. Da igual cuatro que cuarenta, los canarios tomaron el escenario al asalto para hacer lo suyo como lo que son: una banda de verdad.
Repasaron la totalidad de su álbum Refractions y aunque el comienzo presentó algunos problemas técnicos como acoples molestos y una voz que a veces se perdía en un muro de ruido, a partir del cuarto tema pudimos ver a los canarios (y gaditana) disfrutar como el grupazo que son.
Temas como Mold y Oh Well subieron la temperatura de la sala hasta la ebullición y el público les contestó de inmediato. Sus riffs cargados de Groove doblaron cuellos en hipnótica sincronía, mientras que Far Enough con su ritmo noventero caló entre el público como un tema de los de siempre. Para cuando llegó Hollowed Out, el escenario era suyo, se les veía disfrutar y el público estaba totalmente conectado. La voz agónica de Cucho sacudida por el bajo de Sara y la cadencia de fuego de Rafa llenaron las abovedadas paredes de El Perro como un tsunami.

La instrumentalidad de Stuck for Decades y Double Somersault pusieron de manifiesto su lado más progresivo, desatando ritmos pesados con pequeños espacios para cada instrumento. Pudimos ver los dedos de Sara flotando sobre el bajo, mientras la batería de Rafa se desbocaba con su dominio de los platos y Cucho, abrazado a su guitarra, definía riffs fundiendo el pedal para exprimir cada nota hasta el infinito.
La calmada oscuridad de Amnesia se abrió camino hacia la explosión final, con la que cerraron un espectáculo soberbio. Tres músicos disfrutando de lo suyo y entregando al público justo lo que les pidió.
Galería de fotos de AJEEB
El cambio fue breve y, en apenas unos minutos, teníamos a los madrileños SPACE DEER formando sobre el escenario con la presencia y seguridad de quien domina la escena.
“¡Somos SPACE DEER y vamos con todo!”, sentenció Rob, esta vez alejado de la batería, para arrancar el concierto con dos cañonazos clásicos como Eagles Fly (EP I) y MindFuzz (The Forest), dejando claro que el límite de decibelios no va con ellos.
Tras un dilatado paréntesis para afinar, (el calor de los focos hace estragos en los instrumentos), arrancaron con el último tema lanzado Blinding Mountain. Aunque su próximo álbum Horizons aún no ha sido presentado oficialmente, los de Madrid dieron buena cuenta del sonido que están gestando al repasar en un setlist con amplia mayoría de temas nuevos.
Desataron su potencia sónica con Down the Road, Streamflow y Bedlam Vultures, descargando riffs espídicos con toques noventeros, pesados efectos de fuzz y los prodigiosos dedos de Andrés volando sobre su Gibson SG. Sorprendieron en Kill the sun rapeando frenéticamente una estrofa para dejar claro que esta banda no tiene límites y, tras desatar la tormenta, Rob abandonó su guitarra al marcharse del escenario. ¿Pero qué ha pasado?… Pues que el recién incorporado batería, Alberto Martín, iba a liberar su talento como instrumentista en un solo a lo Bonzo.

Ya iban avisando de que el show llegaba a su fin, pero no nos lo queríamos creer. La sala estaba en llamas; pogos improvisados, cuellos descoyuntados y algún que otro “SuperMan” estirando sus brazos para alcanzar a la banda. El buen rollo se masticaba, la banda había atrapado al público y nadie quería moverse de ahí… pero lo bueno terminaba y con Trip to Forgiveness cerraron por todo lo alto. Rob de rodillas al centro del escenario, mientras una tormenta de luces sacudía a la banda, fue el clímax perfecto para que los SPACE DEER despidieran a sus fieles hasta la próxima vez.