Evento: Los Conciertos de Viveros Recinto: Jardines de Viveros Fecha: Viernes 5 de julio de 2024 Promotor: Territorio Musical Crónica y Foto: Sofía Lecea
La calurosa tarde noche del viernes 5 de julio en el fantástico recinto de Los Conciertos de Viveros arrancaba super puntual con su jornada de música valenciana de la mano de Green Nomad, banda de rock alternativo que con Serj a la voz y una estética folk muy llamativa comenzaban a animar a un público que fue llegando muy poco a poco, pero que canción tras canción iba prestando más atención a una banda donde destacaban mucho los violines de Alma y que, con canciones como Green Nomad, Beyond the time o una versión muy folk del Dust in the wind de Scorpions consiguieron arrancar varias ovaciones de los asistentes.
Llegaba el momento del rock reposado de Santero y los muchachos y para entonces el recinto ya estaba lleno hasta la bandera así que, con algo de prisa por cumplir los horarios y muy bien uniformados, arrancaban con Qué voy a hacer? a la que siguieron Ojos Pardos y una muy celebrada Homenaje de su primer disco Ventura donde por fin Miguel Angel Escrivá saludó de sobra conocido ya por la banda que jugaba en casa.
Con Dragón y Día de muertos volvíamos a Royal Cantina, su último trabajo que también nos llevó por la Carretera del Saler que fue super coreada por un público valenciano que más de una aventura ha vivido en ella seguro también.
Ventura dejaba paso al Rioflorido de 2019 y con Algo más Santero y Los Muchachos ponían a bailar a todos los asistentes con los que se creó una conexión espectacular.
Estamos bien, El perdedor y Volver a Casa pusieron al público a saltar tanto que cuando llegó el momento de despedirse con Sálvame de mi, nadie quería que aquello se acabara y Santero y Los Muchachos nos dejaron a todos con ganas de muchos temas que por tiempo se quedaron fuera del repertorio y de volver a verlos pronto.
La noche ya había entrado y aunque a algunos ya nos flojeaban las fuerzas despues de darlo todo, Los Zigarros se subían a las tablas y nos enchufaban a todos como si de una guitarra eléctrica se tratase y con su Rock rápido arrancaban con un set que casi no nos dio ni un respiro encadenando a toda velocidad con No pain, No gain y Aullando en el desierto de su último disco Acantilados que daban paso a un primer disco que todos los que estábamos allí seguro recordamos con mucho cariño con Hablar, hablar, hablar y Cayendo por el agujero Ovidi, Álvaro, Nacho y Adrián nos llevaron al 2013 cuando salió este.
Resaca en la que todos éramos tigres, fue casi una premonición de los ratones en los que nos convertiríamos a la mañana siguiente.
Tras Quiero bailar encima de ti, Ovidi se sentaba al piano para quizás el único momento de pausa de un concierto que casi parecía acelerado pero que con Barcelona, que el cantante le dedicaba a su madre, nos dio un momento para coger aire, quizás a algunos demasiado puesto que en este momento destacó la poca educación de alguna gente que no paró de hablar durante todo el concierto pero que en este momento destacó aun mas por la bajada de decibelios del escenario.
Por fin dejó paso a la presentación de una banda que de sobra conocemos ya todos los amantes del rock de este país y No se lo que me pasa daba pie a himnos que ya llevamos tatuados en la piel como Dispárame y A todo que sí.
Cómo quisiera, Desde que ya no eres mía y Tenía que probar llegaban para avisar de que la cosa se acababa y tras una breve pausa donde los músicos salieron del escenario, volvían a subirse a este con algo para brindar con un público que dejó claro que, a pesar de las horas que llevaba allí, no quería irse a casa. Ovidi avisaba: «Vienen un montón de temazos» y no le faltaba razón, Apaga la radio era el primero y desde luego nada que ver con la música actual de la que habla. Malas decisiones nos puso a nadar entre tiburones y nos llevó hasta una Dentro de la ley que, como todas y cada una de las canciones del concierto coreamos pequeños y mayores, todos bien uniformados con camisetas y ya casi sin voz y preguntándonos con ¿Qué demonios hago yo aquí? Por qué demonios tenia que acabar una noche que para muchos sin duda siguió por los míticos sitios de la ciudad que han visto nacer muchas de las canciones que en ella sonaron.
Sin duda en Valencia el rock and roll no se acaba. Larga vida a las noches como esta.