A mí me parece que los comienzos de mes siempre son buenos, como los comienzos de semana, los de año o los de día. Por aquello de las infinitas posibilidades, la ilusión por arriesgarte, y esas cosas tan mundanas. Y ya si eso lo combinas con música en vivo, creo que no se puede pedir más. Marzo de 2024 se ha levantado con el pie derecho después del directo de Nothing But Thieves de la mano de Live Nation en la sala madrileña La Riviera el mismísimo día 1. Ocasión especialmente especial, porque para nuestra suerte coincidía con que los ingleses cerraban su tour europeo ante nuestros ojos, y lo hacían con ganas de fiesta. 

La Riviera nos recibía con un aire denso y cálido, estanco por la gran cantidad de fans de la banda de Essex que agotaron las entradas al evento con tremenda rapidez y que allí se encontraban, ojos brillantes con expectación. Algo más tarde de lo programado, sobre las 21:15, fue cuando los protagonistas de la noche por fin tomaban el escenario mientras luces rojas y humo abrazaban sus pasos.

Abrían boca con Welcome to the DCC, el primer tema de su último trabajo Dead Club City (2023), que define a la perfección el giro estilístico hacia un rock-pop ochentero que la banda ha dado con este último álbum. Continuaron el espectáculo intercalando canciones nuevas con canciones antiguas, creando un setlist dinámico y que no olvida sus raíces.

Setlist

  • Welcome to the DCC
  • Is Everybody Going Crazy?
  • Tomorrow is Closed
  • Broken Machine
  • Real Love Song
  • City Haunts
  • Drawing Pins
  • Sorry
  • Do You Love Me Yet?
  • Ce n’est Rien/Gods/Number 13
  • Unperson
  • Phobia
  • Lover, Please Stay
  • Trip Switch
  • Futureproof
  • Impossible
  • Pop The Balloon
  • Oh No :: He Said What?
  • Amsterdam
  • Overcome

Nothing But Thieves son un grupo de los buenos. De esos que hacen lo que les apetece, crecen, cambian de rumbo, pero siempre les sale bien. Porque su esencia queda intacta: rock del limpio, caña pero elegante, una de cal y una de arena, creando un “tira y afloja” perfecto que les define. Pueden despeinarse con distorsión como en Moral Panic (2020), que después se repeinarán con sintetizadores como en Dead Club City (2023), pero el caso es que seguirán siendo los mismos. 

Sonaron fuertes; medidos pero a la vez viscerales. La angelical y potente voz de Conor Mason hacía sus giros pero sin perder el control en ningún momento, como en una preciosa rendición de Lover, Please Stay que dejó a más de uno con lágrimas en las mejillas. Aportaba ligereza a la rudeza de las poderosas guitarras de Dom Craik y Joe Langridge-Brown, que curiosamente se turnaban entre rítmica y solista (una dinámica que aprecio mucho en los directos que vivo de grupos tan versátiles como este y que hace de la experiencia una más enriquecedora).

James Price marcaba el paso junto a Phil Blake y su bajo tocado con púa (blasfemia en mis ojos, especialmente al tocar ciertas piezas que no demandaban un sonido metálico o mayor velocidad). No obstante, fueron relojes suizos y ese es fundamentalmente su trabajo. James recordaba en algunas ocasiones a Josh Dun (Twenty One Pilots) en algunos de sus pulsos, que no en la efusividad de los movimientos. Los cuatro instrumentistas, al rededor de la mitad del concierto, se marcaron una pequeña jam session combinando las instrumentales de Ce n’est Rien, Gods y Number 13, con los riffs como protagonistas que me hizo especial ilusión escuchar en directo.

Siempre atentos y pendientes de su público, los británicos pararon en una ocasión el espectáculo debido a un desmayo en la audiencia, y más tarde le dedicaron Trip Switch de su primer LP Nothing But Thieves (2015) a una de sus mayores fans, Francesca, quien ese mismo día les veía en directo por centésima primera vez.

Todos y cada uno de los presentes nos emocionamos, bailamos, gritamos, saltamos y cantamos como si no hubiera mañana durante esa noche de 1 de marzo de 2024 sobre el suelo pegajoso de La Riviera con gotas de sudor corriendo por nuestros cuellos, pero todo daba igual. Cuando estás en un concierto como ese, todo da igual. De eso va la música, y en especial la música en directo. Autenticidad y elegancia son los valores por defecto de estos ingleses, dos razones que por separado ya serían suficiente para convencerme, pero juntos se convierten en la fórmula infalible para conquistar a quien sea.