El sol se estaba poniendo sobre el cielo de Madrid cuando el pequeño Steve Van Zandt salía al escenario para regalar al público una de las grandes noches de los Conciertos del Botánico. Con un aforo por debajo de lo esperado (es lo que tiene el caviar, que no está hecho para todo el mundo) ninguno de los presentes éramos plenamente conscientes del derroche de música, clase y actitud que íbamos a presenciar en unos segundos.
Los Disciples of Soul, banda que acompaña a Little Steven, está formada por una sección completa de vientos, 2 teclistas, bajo, guitarra, batería, 3 coristas y mucho, muchísimo talento. Tendría que tirar de memoria para encontrar algo parecido y seguramente acabaría remontándome a aquellos gloriosos Blues Brothers con El Coronel a la guitarra, Lou Marini al saxo y el tristemente fallecido Mr. Donald “Duck” Dunn (amo y señor de las cuatro cuerdas por los siglos de los siglos amen). Desde luego el nombre de la banda no ha sido cosa de casualidad y es que, si alguien merece el título de discípulos del soul, son ellos.
Steve es de esos grandes hombres a la sombra, de esos que le sacan las castañas del fuego al jefe una y otra vez, de los que hacen el trabajo sucio y tiran del carro, son conscientes de su puesto a la derecha de la estrella principal. Curiosamente estos grandes hombres eclipsados son los que, cuando pueden demostrar su talento, te dejan con la boca abierta, y es entonces cuando entiendes muchas cosas… El concierto fue un derroche de rock, con temas propios y alguna versión, un set list muy trabajado y una ejecución impecable, luz, color, movimiento, sonido, puesta en escena… no había cabos sueltos.
La sorpresa de la noche corrió a cargo de Michael Monroe, líder de Hanoi Rocks, que saltó al escenario para revolucionar todavía más aquello. “A lo loco se vive mejor” debió pensar Steve que se reía al ver a Michael gritar, saltar, lanzar el micrófono, subirse por las paredes (literalmente) mientras cantaba Dead, Jail or Rock and Roll
Conclusión: empiezo a pensar que el verdadero Boss es el pequeño Steve (que los feligreses Bruce me perdonen).
Todos los presentes nos marchamos con una sonrisa tonta en la cara, de esas que salen sólo cuando ha ido todo bien, muy muy bien. Una noche perfecta, un lugar ideal para conciertos, una organización impecable (que ya es algo normal en las Noches del Botánico, pero no por ello voy a dejar de destacarlo) y una banda con mucha experiencia a sus espaldas, pero, con un espíritu joven. Little Steven en un estado de forma fantástico, capaz de darlo todo encima de las tablas, da igual que salga delante de cien mil personas en un estadio de futbol que en un recinto pequeño.
Por favor, ¿puede alguien cambiarle el nombre de Little Steven por Big Steven? Ya va siendo hora…
Setlist Little Steven and The Disciples of Souls (Madrid)
- Sweet soul music
- Soulfire
- Lying in a bed of fire
- Inside of me
- Blues is my business
- Love on the wrong side
- Until the good is gone
- Angel eyes
- Under the gun
- Some things just don´t change
- St.Valentine´s day
- Standing in the line of fire
- I saw the light
- Salvation
- The city weeps tonight
- Down and out in NYC
- Princess of little Italy
- Ride the night away
- Bitter fruit
- Forever
- Dead, Jail or rock and roll
- Idon´t wanna go home
- Out of control
- Out of the darkness