Viernes 11 de julio, segunda jornada de Mad Cool 2025: La nostalgia de Alanis, la oscuridad de NIN, la fiesta de Kaiser Chiefs y mucho, pero mucho más…
Segundo día ¿Cómo están los cuerpos? Pues «regulinchi», para qué nos vamos a engañar. Ayer fue un día muy completo y muy exigente. La resaca de Muse y Weezer todavía dura. Por suerte parece que los dioses han escuchados nuestras plegarias y han bajado algo las temperaturas así que vamos a salir a dar un paseo para ver parte de los stands que abarrotan las zonas de descanso y restauración. ¡Aquí hay de todo, oiga!
El equipo de Rock Culture se reune en la carpa de prensa para ultimar los detalles, cargamos agua (hoy cae algún red bull) nos colgamos las cámaras y abandonamos la comodidad del aire acondicionado y las sillas con la incertidumbre de cuando las volveremos a ver. Hoy toca a ir a por todas. Se avecina «tocho reseña» con muchísimos grupos, muchísimas fotos y sobre todo, mucho, mucho amor. Esperamos que os guste. ¡A por la segunda jornada!
HERMANOS GUTIÉRREZ
Víctor Moreno
Con fuerzas renovadas (no muchas, pero algo sí), volvimos a Villaverde y a ese laberinto policial con mil calles cortadas que te impiden ir con la moto hasta la puerta del festival… La acreditación de prensa abrió ciertos cortes, pero no todos, aunque logramos acercarnos a las tierras de Mad Cool. El día pintaba bien, con las actuaciones de Benson Boone, Jet, Alanis Morissette o Nine Inch Nails, pero mi jornada se movería más por otros escenarios.

La segunda jornada empezó tranquila y pausada, como la música de Hermanos Gutiérrez. Los suizo ecuatorianos llevan 10 años sobre las tablas y se les nota y produjeron un arranque de jornada superior. Su música instrumental bebe del country, del blues y de las bandas sonoras de los añorados westerns y susurra al que la quiera escuchar situaciones ajenas, lejanas y misteriosas. Alejandro y Estevan Gutiérrez (con V) han encontrado un filón y han llenado un espacio poco habitual y el público se lo reconoció con una asistencia masiva al concierto que abría el segundo de festival.

Dicho esto, y reconociendo el saber hacer y el interés del estilo que practican los Hermanos Gutiérrez, también tengo que reconocer que se trata de una apuesta algo cansina, que termina siendo algo repetitiva y monotemática y su interés termina diluyéndose entre tanto ritmo caballesco (similar a lo que hace Steve Harris en Iron Maiden, pero en su versión country) y tanto solo de steel guitar.

En pocas palabras, me gusto la experiencia y poder disfrutar del concierto, pero reconozco que los 50 minutos de los que gozaron en su slot fueron suficientes para mi. Una vez más, un artista que desluce en festival, pero que seguramente logre otro tipo de atmósfera en sala.
BENSON BOONE
Pedro Hernández
Mi segundo día de Mad Cool comenzaba algo más tarde que la jornada anterior, a las 19h, cosa que se agradece teniendo en cuenta las temperaturas. Como el clima está loco, hoy se notaba que había bajado algo el termómetro, por la noche acabamos pasando hasta algo de «frio»…

Benson Boone es un artista que, de primeras, no me llamaba mucho la atención. Lo de la voltereta es algo que me parece prescindible y ridículo a partes iguales… Y más cuando la repite a la primera oportunidad que tiene cual patada de Bisbal. Pero quería ir libre de prejuicios así que fui vacunado, sabedor que debía ignorar al «saltimbanqui» para centrarme en el cantante. Un ejercicio de abstracción nada fácil si pretendes tener los ojos abiertos.

El caso es que la primera voltereta no tardó ni 10 compases de Sorry I’m Here For Someone Else pero una vez superado el tramite tengo que admitir que el Señor Benson canta soberanamente bien, mucho mejor que toda la reciente hornada de talentos de «disco y medio» que copan las listas de ventas. La banda que le acompaña es igual de joven que él y derrochan talento todos, una grata sorpresa.
I Wanna Be The One You Call y otro salto. Este chico es subirse a un taburete y tirarse de cabeza… El público, mayoritariamente joven y femenino, enloquece en las primeras filas. Efecto Beatles, que es como yo llamo a esto… Drunk In My Mind parece más calmada pero tampoco te confíes… Cuando parece que va a discurrir por otros derroteros, va y se sube al piano otra vez, por suerte esta vez no salta. La canción suena apoteósica, bravo.

Man In Me y Take Me Home son dos temazos, hay que reconocerlo. Beautiful Things, un himno de las nuevas generaciones, es la que pone punto y final a un concierto rotundo donde, si consigue quitarse el sambenito de las piruetas, se la va a tomar más en serio y podríamos estar ante el nuevo George Michael. Grande señor Benson, ya estás en lo alto, ahora queda lo difícil: Mantenerse.
FUTURE ISLANDS
Víctor Moreno
Sin moverme del escenario 3, llegó el turno de Future Island, banda mítica de synth pop. Para el que no haya disfrutado de la música de la banda estadounidense, hay que explicar que aunque se mueven en un estilo muy específico, su capacidad es avasalladora y su cantante y líder (Samuel T. Herring) una fuerza de la naturaleza que arrasa con todo desde que pisa las tablas de cualquier escenario.

En el caso de Mad Cool hizo lo propio, tanto él como el resto de banda, ofreciendo un arranque de concierto mayúsculo. A pesar de querer seguir viendo su actuación, tuvimos que ausentarnos para poder acudir al concierto de Bad Nerves, que arrancaba 10 minutos después del Future Islands… Es lo que tienen los solapes.

BAD NERVES
Víctor Moreno
Lo reconozco, no soy muy objetivo con Bad Nerves. Se trata de una banda que me tiene enamorado desde que escuché sus primeras composiciones hace algo más de cuatro años. De hecho, con grupos como Scowl o Turnstile, son, para mí, los principales renovadores de estilos del momento.

En el caso de Bad Nerves, son los valedores del nuevo punk, acelerado, urgente, pero cuidado y profundamente melódico. Su actuación en Mad Cool no defraudó y la carpa Mahou Reserva (escenario 6) volvió a colgar el cartel de overbooking, dejando a asistentes a puertas de la actuación.
Los de Essex, que acababa de terminar gira abriendo con Weezer, salieron para convencer y no sólo hicieron eso, sino que conquistaron a todos los asistentes. Pocos conciertos del escenario 6 sonaron tan bien y generaron tanta reacción del público.

Bad Nerves sólo cuenta con dos discos de estudio, pero fueron suficientes para encajar en los demasiado cortos 40 minutos de show que les dejaron en Mad Cool. Quizá sea demasiada carga colgarles el sambenito de renovadores del punk, pero de verdad que lo creo y cualquiera que vaya a verlos (esperemos que vuelvan pronto) lo entenderá. ¡Larga vida al punk!
ALANIS MORISETTE
Pedro Hernández
Debo confesar que llevaba un par de días nervioso por el concierto de Alanis Morissette. No sólo es parte de la banda sonora de mi vida, también reconozco que fue un amor platónico de juventud. Lo que pasa es que la vida a veces te reserva un giro de acontecimientos cruel… Me hacía especial ilusión tener a Alanis delante del objetivo de mi cámara, era lo «más cerca» que iba a poder verla y resulta que para España Alanis prohibió fotógrafos (excepto el oficial del festival). «¿Cómo me haces esto?» Pensaba para mis adentros, pero miré el lado bueno… Ahora podría disfrutar del concierto sin ataduras.
En Rock Culture no tenemos por costumbre hacer crónica sin imágenes propias pero en este caso debo saltarme las reglas porque en lo personal me parece justo reseñar lo vivido. Las fotos las pone Javier Bragado (Gracias).

El concierto comenzaba con One Hand In My Pocket y yo ya tenía claro que me iba a «tocar la patata». Porque los recuerdos de la adolescencia son un carrusel de emociones siempre, y de vez en cuando está bien «revisitarlos». Como veremos más adelante, el peso del setlist lo llevaría el maravilloso album Jagged Little Pill, un disco irrepetible que salió en el momento adecuado. Una estrella fugaz que en su día nos enseñó que no todo era negro oscuro como planteaba el grunge, también había blanco, y grises, un disco reflejo de la propia vida de Alanis, y de muchos.
A ella se la veía cómoda sobre el escenario, tal vez la ausencia de fotógrafos, tal vez tenía un día bonito. Estuvo bailando en todo momento , desmelenándose por a ratos, correteando de manera un poco torpe y graciosa de un lado a otro. Me recordaba a una niña pequeña jugando en un parque donde es el centro de atención. Sin darme cuenta estábamos a mitad del concierto y sonaba You Learn… «You live – you learn, you love – you learn, you cry – you learn, you lose – you learn»… De repente esa letra, casi treinta años después, cobraba sentido en mi cabeza, y mientras sonaba era inevitable hacer un ejercicio de introspección: Todo aquello había pasado de verdad y además era como si toda mi vida hubiese pasado en cinco minutos.

Ironic sin embargo siempre tuvo sentido para mi y lo tendrá siempre. Es una mirada a la realidad que nos rodea, a como la vida, o Dios, o el destino (cada uno que lo llame como quiera) tiene un sentido del humor un tanto negro. Una canción para reflexionar y para cantarla a pleno pulmón. Cosa que ocurrió de manera espontánea por el público allí presente ante el asombro de la artista canadiense que dejó seguir las primeras estrofas al respetable.
You Oughta Know sonaba poderosa, con una Alanis haciendo «headbanging» mientras el guitarrista aprovechaba para meter un riff demoledor con acordes poderosos de esos de poner el amplificador al 11 y sacar al heavy que todos llevamos dentro. Y sin darnos cuenta esto estaba llegando a su fin, como la vida misma.
Thank You despedía el el concierto y ahí estaba yo, un señor mayor con gafas de sol disimulando como si se me hubiera metido algo en el ojo intentando camuflar lo que era imposible de disimular. Es solo agua. En las pantallas se proyectaban mensajes de agradecimiento de miles de personas. ¿Tal vez sea uno de los momentos más bonitos que he visto en un concierto? Muy posiblemente.
Gracias Alanis.
ALCALÁ NORTE
Pedro Hernández
Como diría El Nota en el Gran Lebowski: «No estás en tu elemento» . Soy consciente de ello, aun así tenía curiosidad por ver a esa banda de la que todo el mundo habla…
Reconozco que me descoloca todo lo relativo a Alcalá Norte: Por su imagen parecen unos chicos de barrio de los 80, o tal vez «Verano Azul» si se hubiese rodado en mi querida Vallecas. Y, sin embargo, su música también se canta y se baila en la esquina de la calle Goya con Serrano, muy cerca de la Calle de Alcalá, sí, pero del «otro tramo» de la calle Alcalá.

Su vocalista, Álvaro Rivas, sale a escena vestido con Maillot de ciclista y pantalón de correr maratones pero con una copa de vino en la mano, y automáticamente viene a mi cabeza la imagen aquella de Maradona con la camiseta de «Drogas No». Me parece una escena maravillosa entre tanto «influencer» que ronda por el recinto de Mad Cool con sus mejores galas.

Acto seguido sale Barbosa, el baterista, con la bota de vino en la mano. Riñonera, chaleco vaquero ¿Tu eres Heavy? Pues eso… Miras el escenario y todo es como un fotograma de una película de Javier Fesser. Reconozco que han captado mi atención.
La Vida Cañón les ha llevado a lo alto pero yo no había escuchado mucho más. En directo me suenan a ratos un poco amateur. Que nadie me malinterprete, también sonaban amateur los primeros discos de The Cure, con los que veo algunas similitudes en lo musical, incluso algunos temas comparten el «soniquete» de los primeros The Cure (Excepto en el apartado vocal). Los teclados te llevan directamente a los 80. La letras, extensas y trabajadas, requieren más atención de la que nadie puede prestar en un festival.

En las pantallas muestran una imagen de Ruiz Mateos vestido de Superman. En el público algún pogo. Rivas abandona el escenario y se apunta a mezclarse con el público. La banda sigue empujando los temas con profesionalidad desde el escenario mientras el frontman ejerce de frontman. No se puede pedir más. Uno de los conciertos más originales que hayan pisado el escenario 3 de Mad Cool.

El caso es que esta gente se lo curra y es posible que acaben sacando petróleo de este buen rollo que llevan, como pasó con Extremoduro y el mainstream. Lo importante ahora es que ellos disfrutaron y nos hicieron disfrutar. Habrá que seguirles y ver su evolución. Al menos es una propuesta distinta. Se agradece.
JET
Víctor Moreno
Con más tranquilidad llegamos al escenario principal para presenciar el concierto de Jet. Los australianos volvían a Mad Cool ocho años después de su última aparición y tras el largo descanso que se han tomado. Aunque me entusiasmaba volver a disfrutar del rock setentero de Jet, la verdad es que me cansó muy rápido. La banda y su música han envejecido mal, muy mal, y su contratación parece más un acto de nostalgia que otra cosa, para tratar de animar a los cuarentones/cincuentones (entre los que me encuentro) a seguir disfrutando festivales.

Jet no ha pasado de ser una buena banda a ser una mala banda, pero su actuación me dejó frío y decepcionado. El combo australiano se sigue sosteniendo sobre un único disco exitoso y sobre tres temas especialmente relevantes (tienen más discos y más temas, pero no reventaron tanto) y eso empieza a pesar. Todo sonó lento y pesado, algo que podría haber sido genial si se tratara de una banda de stoner rock, pero no en el caso de Jet, que siempre fue un rock ligero y divertido.

Hay bandas, como Franz Ferdinand, que se deberían replantear su carrera y creo que Jet debería de hacerlo. No creo que a estas alturas tengan nivel para ocupar el escenario principal y menos para actuar después de una renacida y siempre mítica Alanis Morissette. Bueno, esta es mi opinión.
ARTEMAS
Pedro Hernández
Entre que Alanis no permite fotógrafos. Que Nine Inch Nails sólo quiere agencias y prensa generalista (de esa donde desgraciadamente algunos no publican casi nada). Y algún artista con un contrato abusivo que no muestra respeto ninguno por el trabajo de reporteros… Yo he montado el campamento en el escenario 3, escenario del que salen todos los grupos morenitos porque tienen el sol de cara hasta las 8 de la tarde.

Artemas cuentan con una fuerte fan base. Estaban allí incluso antes del concierto de Alcalá Norte, conquistando las primeras filas. En disco he de reconocer que tienen su rollo pero en directo para mi fueron la decepción mayúscula de Mad Cool. Un concierto soporífero, con un sonido flojo y donde faltaba toda la producción que lleva el disco y que no supieron llevarla al directo.

A los fans esto parecía darles igual. Gritos, y locura en las primeras filas a ritmo de un concierto que equivale a tomarse un Orfidal. A mi me bajaron hasta las constantes vitales. Prescindible. Igual mejor en una carpa…
DEAD POET SOCIETY
Víctor Moreno
Durante los conciertos de Noah Kahan (que impuso un contrato inaceptable para los fotógrafos) y Kaiser Chiefs, fabuloso solape, todo sea dicho, también actuaron Dead Poet Society. Este grupo con nombre de película viene de Boston y se han convertido en una referencia dentro del heavy indie rock, mezclando sonoridades del nu metal y metal core con estribillos con aires pop profundamente melódicos. La mezcla es fabulosa y el resultado único.

Los de Massachusetts actuaron en El Sol y Razzmatazz 3 hace un año y ya dejaron un buen sabor de boca con la presentación de su último largo Fission, pero su paso por Mad Cool sirvió para presentarse definitivamente en sociedad. El escenario 6 volvió a llenarse hasta la bandera (creo que la ocupación máxima eran 1.200 personas) y todos vibraron al son de temas como Running in Circles, How Could I Love You, 81 Tonnes o My Condition.

Aunque ya les tenía en el radar y pude disfrutar de ellos en 2024, Dead Poet Society demostró que puede seguir creciendo, que lo está haciendo, y que su próxima visita a España podría ir acompañada de un crecimiento aún mayor.
KAISER CHIEFS
Pedro Hernández
Si Artemas trajeron el tedio, Kaiser Chiefs trajeron la fiesta y el show al escenario 3. Dejando de lado mi amor por Alanis, que me hace no ser objetivo, he de reconocer que Kaiser Chiefs «se pasaron el juego» en la segunda jornada de Mad Cool. Para mi los mejores del día por encima de mis queridos Nine Inch Nails.

Esto es rock and roll, arrancan duro, patada al micro, unos saltos y un buen rollo que agradecí muchísimo. No son una banda, son un torbellino. Por momentos me recuerdan en directo a The Hives. Estos tipos han venido «a por el bote» y se lo van a llevar.

Na Na Na Na Naaa es un temazo para empezar un concierto. Es como empezar el partido ganando 5-0. Y como mandan los cánones del rock, si empiezas arriba no puedes bajar el listón, y suena Everyday I Love You Less and Less. Sobre el escenario ves sonrisas, caras de complicidad, les ves disfrutar con cada nota. Los coros empujan el tema y Ricky Wilson está muy disfrutón.

El escenario era un ejemplo de como convertir el plomo en oro. No había escenografía especial, más allá de una pantalla de fondo, pero, al igual que Weezer, supieron proyectar unos fondos maravillosos que convirtieron el concierto en una experiencia top.

Modern Way y Ruby traen un poco de pausa, pero resulta ser un espejismo, lo justo y necesario para arrancar un Blitzkrieg Bop de Ramones que desata la locura. Un concierto que merecía otro escenario y otro hueco en el festival, por ejemplo el de Noah Kahan. Kaiser Chiefs merecen volver a Mad Cool y hacerlo en uno de los escenarios grandes.
NINE INCH NAILS
Pedro Hernández
Llegaba el momento mas esperado de la edición 2025 de Mad Cool. De todos los conciertos en la historia del veterano festival madrileño, todo el mundo coincide en que el mejor fue el de Nine Inch Nails de 2018. Aquello fue un disparate. Es más, no recuerdo un concierto que haya sonado mejor en España en los 35 años que llevo viendo conciertos. Todos los presentes aquella noche de 2018 quedamos en shock ante lo que estaba ocurriendo en aquel escenario del añoradísimo recinto de Valdebebas.
El paso del tiempo, unido a los recuerdos y las trampas que nos juega la memoria, suelen idealizar aun más las cosas. Así que, con ese pensamiento, fui vacunado a presenciar algo que sabría que sería peor que lo acontecido en 2018. ¿Cuánto peor? Por suerte sólo un poco…

No es que fuese un mal concierto, ni muchísimo menos. Trent Reznor y los suyos nunca fallan. El tipo es un fanático de tener todo bajo control y así fue. El sonido fue excelente, un 10, pero en 2018 fue un 11. La puesta en escena era algo más sosa que en 2018. Algo que seguramente pasase desapercibido a los que no tuvieron la suerte de vivir aquello.
Comenzaron con The Beginning of the End, con una batería poderosa que sería el sello de identidad durante todo el concierto. Wish y March of the Pigs la siguieron. Reznor es un viejo zorro y, conocedor de que tenía que meterse al público en el bolsillo, metió estos dos bombazos al principio.
Every Day Is Exacly The Same sirvió para demostrar que Reznor está en un gran momento vocal. Burn Trajo el caos. The Perfect Drug la parte más electrónica. The Hand That Feeds (que había servido de banda sonora para anunciar la edición 2025 de Mad Cool) demostró la importancia de contar con un buen bajista, que llevó todo el peso de la canción. Hurt duele, porque se acaba el concierto.
Hace frío, cosa extraña. Me quedo con que fue un gran concierto, lo de 2018 fue algo irrepetible, una anomalía donde los astros se alinearon sobre Madrid, pero las anomalías hay que tratarlas de forma aislada. Lo de hoy fue, simplemente, un gran concierto.
FOSTER THE PEOPLE
Víctor Moreno
El cierre del segundo día pasaba por Foster The People, que logró atraer a un buen puñado de espectadores que salieron despavoridos del impresionante, pero agresivo y oscurísimo, set que ofreció Nine Inch Nails en el escenario principal. Esta es otra banda a la que le tenia muchas ganas, teniendo en cuenta las diferentes idas y venidas del grupo.

Mark Foster, fundador y único superviviente del conjunto original, sigue siendo una verdadera estrella, un verdadero frontman, con un flow único y una capacidad de atracción brutal, y los temas de Foster The People siguen siendo tan efectivos como siempre. Por ese lado, todo bien. Sin embargo, reconozco que la banda ha pedido frescura, teniendo en cuenta que todos los que rodean a Foster son simples ejecutores, meros trabajadores que responden a lo que les solicita el cantante… algo que se refleja en una escenografía en el que sólo Mark Foster está bajo los focos y el resto en penumbra.

Eso ha provocado que el combo pierda frescura, cierto interés para el público que vio un buen concierto, pero no tan divertido y alocado como los que ofrecían hace unos años (hace unos 10) cuando empezaron a despuntar.
Y con esto ponemos punto y final al segundo día de Mad Cool. Esperamos que hayáis disfrutado tanto como nosotros. Nos hemos pegado una buena paliza todo el equipo de Rock Culture pero ha merecido la pena.
Por dimensiones y cantidad de grupos, Mad Cool es, sin duda, el festival más exigente que hay en España.Y eso pasa factura. Ahora toca descansar para la última jornada. Mañana esperan Thirty Seconds to Mars, Justice, Arde Bogotá, Olivia Rodrigo y muchos más.
¡A por ello!


























































