¡Hola! Muchas gracias por dedicarnos tu tiempo. Antes de nada, me gustaría que nos contaras ¿Cómo han sido tus inicios en la industria musical? ¿De dónde nació el interés por este sector?

Yo era muy pequeña, pero es que yo nunca pensé quiero ser música ni cantante ni nada, me fue llevando la inercia. Entonces creo que viene todo de un momento de salud malo que pasé cuando era pequeña que me mantuvo en silla de ruedas bastante tiempo, casi dos años, entonces ahí mi padre me regaló una guitarra y empecé a tocar, era un juego, él pensó que era una manera de mantenerme entretenida, era un hombre muy inteligente. Así que empecé a jugar con aquel juguete que era para mí en ese momento. Y seguí, seguí, aprendí a tocar de una manera autodidacta y la inercia te va llevando sigues tocando, empecé a tocar a los 7 años y luego, después de eso, cuando acabé el colegio estuve en un conservatorio pero no estudié guitarra.

Pues como llevaba muchos años tenía ya muchos vicios según me dijo el profesor. Quise tocar el chelo, pero en ese momento me dijeron que tenía una mano muy pequeña y decidí estudiar violín, estuve hasta quinto de violín, lo que pasa es que ya era mayor. Recuerdo que además en el conservatorio cuando entré tendría unos 14 o 15 años y ya pusieron una norma de que no entraban mayores de esa edad y me pilló por los pelos y estuve unos 6 o 7 años, con 18 empecé a tocar en una orquesta, tocando la guitarra y cantando y luego hice Belladona con 19 y luego Tahúres zurdos y es una cosa que te vas metiendo y bueno hay gente que se fija en ti como en la época de Belladona en el que grabamos un disco con la misma compañía con la que grabamos el primer y segundo trabajo de Tahúres y después de eso nos ficho EMI, estuvimos tres discos con ellos y luego trabajamos con RGA, luego otra que compañía desapareció que no recuerdo el nombre con quienes grabamos un disco llamado TAK, después de eso Sony. Fue una época extraña cuadró con el auge de Operación Triunfo y entonces empezaron a despedir a gente de las compañías y pusimos nuestras barbas a remojar y empezaron a fichar las novedades, a partir de ahí empecé a plantearme el vivir de la música y con el tercer o cuarto disco pensé en poder dedicarme a la música para vivir.

al final cuando estás metido en esa historia,  eres un producto.

Cada vez podemos ver más la presencia de mujeres en carteles de festivales y otros eventos, pero aun así sigue predominando la presencia masculina en este ámbito ¿A qué crees que se debe?

Jajaja que gracia, pues a que se va a deber, a lo de siempre, si tu ves en otros ámbitos pasa lo mismo no solo en la música y, si te pones a mirar por ejemplo mujeres de mi edad que estemos en la música se pueden contar con los dedos de una mano y te sobran. Sin embargo ves la parte masculina te faltan dedos de los pies y de la manos, entonces no se, me parece que hay como siempre ha habido cierto machismo en la música en general  no solamente en el rock.

Lo ha  habido y mucho en cualquier estilo también y luego, saliendo del ámbito de la música, pues también, lo de siempre un poco. Además piensas que se van consiguiendo cosas y de repente pasa algo y volvemos 10 pasos para atrás, entonces yo ahora mismo con la edad que tengo, que tengo 57 años me siento un poquito perdida porque ahora ya no se lo que es el feminismo, me he perdido un poco ¿no?, la industria de la música nunca me ha seducido, ni el mundo que rodea a los artistas y la música ni nada, de hecho lo aborrezco con todas las fibras de mi ser y tengo mis motivos.

Pero es un sistema en el que tienes que estar se supone porque, por desgracia yo creo que  desde hace un tiempo lo que menos cuenta es  la calidad de un artista, cuentan otras cosas, si no hay un apoyo como siempre de alguien que invierta, cualquiera ahora mismo con ese apoyo puede sacar lo que quiera.

Recuerdo muy bien una época  creo  que estábamos en EMI y salió un disco de los Monjes de Silos que por cierto a mi me encanta ese rollo  un poco copiando el rollo Vangelis que también se llevaba en ese momento y recuerdo hablando con alguien de la compañía, cuando te dicen el manual te dan las pautas y en la parte comercial y recuerdo que  me lo pusieron a huevo y con todo el respeto dije que como los monjes de Silos y entonces mi teoría es que poco importa realmente la calidad.

Lo que importa es que alguien se le ponga en las narices que salga este producto, al final cuando estás metido en esa historia,  eres un producto.

Esa es mi opinión y cuando terminamos Tahúres Zurdos que estuvimos 17 años terminamos sin compañía de discos siquiera para producir el último disco que fue el 17 años, un disco en directo de hecho lo produje yo, en el 2003 lo grabamos en  y lo publiqué en 2004  a partir de ese año, estamos en 2022 yo nunca he tenido compañía de discos, siempre he producido mis propios discos con mucho esfuerzo, saliendo cada muchos años, creo que la media de salida de cada disco son cada 5 años, así están las cosas.

Quería que me respetaran porque yo tenía talento y quería que se viera la realidad porque eso si es imperecedero.

¿Qué medidas piensas que deberían tomarse para ayudar a que esta situación cambie?

Ojalá pudiera decirte cuáles son esas medidas a tomar, porque para empezar, sigue pasando lo mismo. No te podría responder porque la fórmula no la tengo.

Hay una ventaja que pasa cuando tienes que esforzarte muchísimo en algo, en el caso de las mujeres siempre ha pasado, no solamente en la música, sino en muchos ámbitos, y es, que te conviertes en una persona con mucho más valor en calidad que muchos hombres. Y me jode decir esto, porque me fastidian las comparaciones, pero resulta que eso te convierte en algo mejor pero no importa.

Ahora mismo estoy en un momento en el que me siento un poco perdida, porque no me entero muy bien de qué van las cosa. Estoy a mis historias, cuando pueda produciré, producir cuesta mucho y más en estos momentos que apenas tengo trabajo.

Pero se hará lo que se pueda porque creo que todavía hay cosas que decir y por eso sigo peleando, pero sabiendo cuales son las condiciones, para mí personalmente y para Tahúres Zurdos, que no son muy factibles en concreto. Sueno pesimista pero estoy hablando de algo que es real, no me quejo ni lloro.

¿Cuáles son las principales diferencias que encontraste a la hora de introducirte en el mundo musical siendo mujer?

Te puedo decir unas cuantas, recuerdo cuando tocaba en la orquesta, me querían vestir de una manera un poco más sexy, con unos zapatos amarillos de charol que me mataban y yo dije que no y conseguí llevar el mismo uniforme que los chicos.

Yo era la única chica y recuerdo que aquellos zapatos desaparecieron porque yo los tiré. Era una tortura en el caso de una orquesta, estar de pie en sesiones de tres horas con una guitarra que pesa más de diez kilos, además que yo era muy joven no te quiero contar lo que podría ser ahora mismo.

Cuando estaba en Tahúres Zurdos, lo mismo, todo el mundo decía que de jovencita todo el mundo decía que yo era una mujer muy guapa, a la hora de elegir vestuario para las portadas y las fotos, venía gente de marcas, en ese momento éramos bastante visibles, una compañía apostó por nosotros y metió dinero, y me ofrecieron ropa que no es que no pudiera llevar, que me parecía estupendo, pero yo veía una gran diferencia entre lo que yo quería que se mostrara ,no la carcasa, que caduca y el tiempo es así, yo he sido consciente de ello toda la vida.

Quería que me respetaran porque yo tenía talento y quería que se viera la realidad porque eso si es imperecedero. Recuerdo que venían con buenas ideas, o buenas intenciones, a lo mejor por eso siempre se ha dicho que yo era una persona conflictiva, cuando yo no lo recuerdo así, pero luego lo he leído de gente, de compañeros que hablaban sobre ello, yo siempre me he sentido una mujer bastante conciliadora porque siempre he sabido muy bien separar lo que era mi profesión, de mi vida personal.

Había muchísima diferencia en todo, empezando por ahí y acabando porque al final te tienes que esforzar como diez veces más para que te tomen en serio. En Belladona en concreto, cuando tocábamos con otros chicos en aquella época de mucho auge en la que nos asignaron una etiqueta con la que nunca estuvimos de acuerdo, rock radical vasco de los ochenta, había unas diferencias increíbles de actitud cuando llegábamos a un concierto y cuando luego tocábamos, pasaban muchas anécdotas porque te entraban porque eras chica, si hubiéramos sido chicos hubiéramos partido algunas caras, porque para ellos sólo éramos mujeres.

Eso también hizo que nuestra forma de vestir fuera como de monjas, porque a pesar de ser unas tías jóvenes y monas, nos teníamos que tapar para que se fijaran en lo que se tenían que fijar. Era injusto, pero el mundo estaba así de chungo y lo sigue estando de alguna manera. Lo que queríamos era llamar la atención a lo que importaba, que éramos unas tías que hacíamos canciones y que teníamos una parte activa en lo que era la música en aquellos momentos.

¿Ves un crecimiento de presencia de miembros femeninos en esta industria en los últimos años? ¿En que ves qué haya cambiado?

Parece que sí, pero yo creo que al final no, Sigo viendo que las mujeres que están presentes, que hay muchas como Mercedes Ferrer, Vega que están como un una parte escondidas. Luego hay otras, que me parece estupendo que estén en una parte más visible y que son grandes intérpretes y personas muy guapas y sexies que dicen componer y no creo que lo hagan. Hay muchos intereses creados con el tema de los derechos de autor de manera que te dejan que tú compongas que es una parte que te vas a llevar tú, pero esto sería un capítulo aparte.

Hay chicas que están saliendo ahora que me encantan, La Furia una chica de navarra que vive en Mondragón por ejemplo que es de por aquí y hace una especie de rap, que está sin explotar una parte, pero esto también va en gustos y por desgracia este mundo es así. Están yo creo las mujeres que hemos intentado toda la vida que se nos tome en serio por lo que valemos, no por guapas, feas, altas o sexies que seamos. Creo que un momento dado el talento va implícito independientemente del género y luchamos mucho porque eso sea así, los tiempos han cambiado pero no sé si para bien.

Recuerdo que la primera guitarra que compré era una Fender Strato blanca, en la tienda me dijeron que me quedaba muy bien, como si me hubiera comprado una falda.

¿Por qué mujeres te sientes inspirada? ¿Hay alguna con la que te haría especial ilusión trabajar?

Tengo la suerte de haber colaborado con Mercedes Ferrer, que me parece una gran artista desde siempre, fue la primera mujer con la que trabajé. De muy joven ganó el festival Villa de Madrid y cuando la vi, dije, esta si. ´

Tenía mis referentes pero no eran españolas, Janis Joplin, Patti Smith, muchas cantantes y compositoras de otras épocas, pero en España no había visto ninguna hasta que descubrí a Mercedes y he tenido la suerte de trabajar con ella. Es más, dentro de poquito vamos a grabar una canción suya preciosa que me mandó hace poco, me parece una tía muy válida.

Vega me parece también una tía muy válida y de ahora me gustan mucho Morgan, si tuviera la suerte de poder trabajar con ellos, estaría encantada, son referencia para nuevas generaciones, pero eso es cuestión de gustos. Morgan, por ejemplo, son relativamente jóvenes, tienen tres discos, pero si estilo musical no es el mismo, ¿Cómo se dice? son mainstream, porque ahora la palabra moda se ha cambiado, ahora se usan muchos anglicismos. Me parece que por ahí va la cosa, para mi gusto personal son buenísimos.

Esto es una carrera maratoniana, si haces un sprint te cansarías y no acabarías los cuarenta y tantos kilómetros, hay gente que llevamos muchos años avanzando a pasos relativamente lentos para que poder respirar y poder terminar esta maratón que en mi caso no se ha acabado.

Yo he visto a mucha gente que ha sido mainstream (risas) y ya no lo son, soy espectadora de eso, no sé si es bueno o malo, pero yo estoy viendo  como va pasando, unas veces mejor, otras peor, otras más plana, pero lo que está claro es que aquí, en este país, a una persona se la sube a lo más alto y se la endiosa y de repente también se les baja hasta el suelo y cuanto más alta es la subida más hostiazo te pegas en la caída. Hay que mantenerse en un punto que puede ser más alto o más bajo pero no tienes picos, como un electrocardiograma. Eso es realmente lo difícil y complicado.

Siendo mujer siempre se juzga más la apariencia, algo que en los hombres parece no ser tan relevante ¿Ha influido tu aspecto físico en algún sentido a la hora de trabajar en este sector?

Recuerdo que la primera guitarra que compré era una Fender Strato blanca, en la tienda me dijeron que me quedaba muy bien, como si me hubiera comprado una falda. Pero si, a la hora de hacer portadas y sesiones de fotos todas las propuestas eran de otro rollo. Siempre intentaban que destacara por mi físico y no me parece mal, pero no era la idea, había peleado y luchado mucho para que fuera la idea. A mis compañeros nunca les decían que se quitaran la camiseta  Una vez me ofrecieron hacer como con una servilleta y una cuerda una especie de rombo y ponérmelo como top, además valía un dineral porque era de Mosquino. A los que manejaban los hilos les interesaba mucho.

¿Hay alguna situación que hayas vivido en esta industria por ser mujer que te haya marcado?

Pues sí, bastantes, y algunas muy desagradables, te puedes hacer una idea, sexismo a tope, entrarte de malas maneras, todo lo que os podáis imaginar. Hace tiempo de esto pero cuando me estaba pasando pensaba que era una mala película de serie b española.

Si preguntas a otras compañeras te dirán lo mismo que yo. Supongo que a los chicos no les pasa, a lo mejor si, por parte de mujeres o de hombres, probablemente de hombres.

En mi caso si me pasó varias veces, pero si preguntas a una secretaria o a una actriz o a cualquier mujer en cualquier contexto seguramente te dirán lo mismo.

¿Piensas que en este sector prevalece la sororidad ante la envidia o al contrario?

Como mujer me alegra mucho que a otras mujeres les vaya bien, no creo que me envidien, pero a veces lo he pensado. Hay una maldición gitana que dice “Entre músicos te veas” (risas) o sea que si, en el sector hay mucha envidia.

Me educaron de una manera en la que no necesitaba la envidia, no es una palabra que esté en mi vocabulario. Es como la ira, mejor tenerla lejos porque lo único que hace es alterar tu espíritu. Necesito tranquilidad y a la que me voy haciendo más mayor, más todavía. La envidia es una palabra fea y un sentimiento miserable.

Crónica de Tahúres Zurdos en Madrid

Ha pasado ya bastante tiempo desde que comenzó la pandemia del Covid-19 y que tanto ha afectado a la cultura, especialmente a la música en directo. Poco a poco se van dando pasos hacia una vuelta a la normalidad, pero aún sigue habiendo riesgo. ¿Cómo lo has llevado todo? ¿De qué manera ha afectado a tu actividad y cómo has conseguido seguir adelante con tus proyectos?

Cuando empezó la pandemia Tahures Zurdos acababa de juntarse, esto fue en agosto de 2019 y empezamos a dar conciertos colgando en la mayoría el cartel de sold out, bueno mejor, no hay entradas (risas). Creo que el último concierto que hicimos era el 9 de marzo, ese año tocamos un par de veces y yo, aparte en acústico, ya que desde que Tahúres Zurdos nos separamos inicié mi carrera en solitario y casi el cien por cien de mis conciertos han sido en acústico porque es un formato muy agradecido, sobre todo como espectador, si lo haces bien claro.

Luego este año pasado hemos tocado muy poco y cuando volvió a ascender la curva de esta maldita pandemia, que menos mal que nos pilló vacunados y la gravedad ha sido menos. Yo especialmente tengo que tener mucho cuidado al ser una persona inmunodeprimida, fíjate me ha hecho llevarlo bien porque yo ya llevaba tiempo confinada, entre la diálisis, el trasplante de riñón y la convalecencia, porque al principio tuve problemas. Cuando empezó todo esto yo ya estaba acostumbrada a estar sola y confinada, por suerte ya tenía mascarillas, por la diálisis.

En cuanto a trabajo, lo que es hacer canciones, pocas, sé que hay mucha gente a la que le ha ido bien ha sido muy prolífica en este tema, yo no. Lo que me salía era todo relacionado con algo que no me molaba mucho, igual que durante la diálisis, la gente me preguntaba si escribía mucho, pero sinceramente no quería que se plasmara esa parte. Es imposible olvidarlo porque aprendes cosas, he intentado quedarme de lo malo con lo mejor y en el caso de la pandemia igual.

No me parece bueno plasmar en canciones momentos negativos, es una buena manera de canalizar las cosas malas, pero es que yo no lo estaba pasando mal. Oigo de gente que ha tenido ansiedad y claustrofobia y lo entiendo, pero yo ya estaba entrenada, en mi persona no estaba pasando nada extraño. Por ejemplo, no he tenido problemas psicológicos por sentirme sola o encerrada como mucha gente y es normal, lo que no es normal es lo mío, pero lo he sabido llevar bien.

Ahora sí que estoy haciendo cositas en casa, tengo tiempo para poder tomar apuntes musicales y de letras para terminar canciones pero sin prisa porque, al no tener compañía que me presione voy a mi aire, eso también es muy bueno, no tengo a nadie que me chille, no trabajo bien bajo presión.

Tengo la suerte de vivir en un pueblo pequeñito y desde un sitio con catorce habitantes las cosas se ven totalmente distintas, no es lo mismo vivir en un bloque de pisos que en una casa de pueblo.

¿Qué opinas sobre esta sección de mujeres en la industria? ¿Piensas que ayuda a destacar la presencia de la mujer y sus circunstancias en el rock y el metal; ¿o, por el contrario, crees que puede transmitir algún mensaje negativo?

Es muy necesario sí, pero realmente quien tiene que mover ficha no somos las mujeres, sino los promotores. Que haya un poquito de paridad en los festivales, veo carteles y digo aquí no hay tías  porque obviamente, también van a los conciertos cada vez más mujeres. Con esto no quiero decir que pretendamos que nos lleven a tocar porque seamos mujeres, simplemente queremos que se nos escuche, que comparen y si encuentran algo mejor, que lo compren. Por el hecho de ser mujeres no tienen por qué llevarnos, pero que se preocupen un poco en escucharnos porque hay una calidad impresionante dentro de la historia femenina y que también van muchas mujeres a los conciertos.

Que los carteles cuenten con una parte de mujeres, que vaya a tocar, que las hay y si no, que me llamen a mí y les digo las que existen, y si no, más fácil aún, con un dedito dan a la tecla y entran en el oráculo de la red y ahí van a encontrar cien mil grupos de mujeres que son igual de validas o más que muchos hombres

Para ir finalizando, ¿Te gustaría dejar algún mensaje a los lectores de Rock Culture?

Aquí estamos y llevamos mucho tiempo luchando, que hagan un poquito de esfuerzo y ya verán como hay muchas mujeres que existimos y estamos aquí con nuestros mensajes y con muchas cosas que decir entonces que nos sentimos un poco excluidas tanto en la industria como en los conciertos pero estamos y estamos sumando. Que seamos mucho más visibles, pero lo mismo digo a todo el mundo, esto pasa en todos los contextos y en la música también.