Segundo álbum de la banda sueca Grand, Second To None, un brillante paisaje de la escena musical de lo melódico publicado por Frontiers.

Dar al play en el primer tema y sentirme justo donde todo está bien. No es difícil hacer buena música. El puente no espera al estribillo y explota antes con ese agudeza en la voz de Mattias, Crash And Burn es la perfecta carta de presentación para Grand. Frontiers como siempre los culpables del lanzamiento de este viaje transformador.

Se dice que son la sensación AOR sueca, me hacen volver al pasado con When We Were Young y me ganan sin resistencia desde esos maravillosos teclados. La dulce voz de Mattias Olofsson me mete en la historia y muero de amor con este medio tiempo, euforia es la palabra.

Cómo sólo tres músicos son capaces de hacer algo tan especial, la magia de sentir tan dentro esto de la música. La pegadiza Leave No Scar me ha dejado huella pero por dentro, de las que no quieres que se cure nunca y no desaparezca. Otros teclados que brillan hasta cegar de bien.

Seràn temas facilones, no lo discuto, pero menos es más y no necesito estridencias ni artificios para disfrutar de algo hecho desde la verdad del corazón, esas cosas llegan quieras o no. Qué divertida es Sweet Talker. El solo de saxo de Kristian Brink, escoltado por la batería, ochentero total.

Ya el título da pistas, Rock Bottom es algo más rotunda en las bases rítmicas sobre todo, está bien escuchar a Antón Martinez dar un giro a sus melodías desde la batería. El bajo suena a sucio glamour, que mezcla tan idónea para sentir que esto de vivir escuchando es algo más que simplemente oír.

Bajo sonidos leves étnicos, Mattias abre las alas de su romanticismo para volver loca a Lily con esta sincera declaración de amor en forma de balada hecha gratitud. El tema crush de cualquier amante de lo comercial, una emboscada auditiva.

Hoy ya no se hace música como la de antes. Pues que alguien me explique qué es Kryptonite entonces, que suena a mil canciones que llevamos en el alma desde hace décadas guardadas. La colaboración de Nina Söderquist, perfecta para completar esta debilidad sonora.

Todos los recursos ampulosos de AOR al servicio de Out Of The Blue, no es algo inesperado, ya sé a qué suenan, a una miríada de influencias que se han tejido con los colores precisos para hacer un álbum muy dinámico. 

Qué bien suenan cuando dejan fluir esa guitarra hacia el Hard más rockero acariciando ese callejero sleaze. All Or Nothing no deja elegir, si a toda la diversión con esos matices de sofisticación actuales.

Cada golpe a esos teclados parecen una refrescante gota de lluvia cayendo de madrugada. Puede que este tema haya dado con mi talón de Aquiles para este año, de momento hace vibrar cada célula de mi cuerpo. Achilles Heel, es mi perfección melódica y guitarrera hecha canción. 

Daze Of Yesterday cierra este fascinante trabajo que, por supuesto, voy a escuchar sin parar muchísimas veces. Teclados que se anticipan en un baile montado junto con la voz de Mattias que sube y baja haciéndome respirar al ritmo. Otra magnífica balada de segundas oportunidades, la madeja de bienestar se va desenredando en cada tema.

Como continuación de su homónimo álbum debut, es perfecto, aún lo supera en clase y arrojo sentimental. Los suecos se han marcado un portentoso trabajo que seguro presentan con las ganas con la que lo van a lanzar en todos los festivales que les dejen. Un soplo de aire fresco cargado de renovadas ansias de agradar con algo que saben que nos va a llenar porque no puede ser de otra manera.

Si Second To None de Grand es insuperable o no, tendremos que esperar al siguiente disco para averiguarlo, de momento es mi disco del año.