Reseña: Jared James Nichols, nuevo disco para estrenar el año

El vocalista, compositor y monstruoso guitarrista Jared James Nichols nos despierta el año con su tercer trabajo, de nombre homónimo, el cual se ha grabado para ser servido en directo, los ingredientes principales, excitaciòn y peligro.

Ya conocemos las artes con su Gibson Les Paul, de la cual es embajador mundial por algo. Se ha metido con Eddie Spear en los Blackbirds Studios y en los Sienna Studios para darnos su rock and rollera versión de las idas y venidas de la vida normal, siendo él mismo.Para nada se nota la operación que sufrió en su brazo hace meses, esos tornillos parece que se han ensartado con su arte entre las cuerdas en estos doce temas oscilantes Temas que se disuelven como en el aire entre distorsiones pseudo psicodélicas y blueseras.Su músculo musical está perfectamente entrenado. La fibra necesaria para imprimir fuerza en los temas y el volumen preciso para aportar oxígeno a los temas. Las distorsiones finales ya son su hoja de ruta y estilo.Empezamos por el principio My Delusion, viene a lo boogie boogie, sangrante, si esto es lo más desilusionante del álbum, me dan ganas de pasarla rapidito para descubrir el resto.Si pasas por la puerta de un bar de carretera con pinta de peligroso y ves un montón. de Harleys en la puerta, no entres, está sonando Easy Come, Easy Gone al ritmo de vasos de bourbon chocando, mientras alguien se pelea en la mesa de billar.  La batería suena tan natural que me siento como en el local de ensayo.Pasamos ahora por los temas ya escuchados, Down The Drain fue uno de los adelantos elegido hace meses para presentar el trabajo y está màs que trillada, los tonos grunges y punk tiñen de óxidos el tema aguerrido y feroz como una locomotora antigua llegando a Nashville sin frenos esperando que alguien la pare, o no.

Parecida es Hard Wire, como una sobrecarga hipnòtica, surgió de una jam con Tyler Bryant y Graham Withford, la tuvimos ya hace meses dispuesta para escuchar y ojalá Jared tenga a bien juntarse con músicos de este nivel para jugar. Si cierro los ojos veo los de unos dibujos trazando espirales sin parar.

Sin micro, su guitarra y un ampli cualquiera enchufado, sin filtros ni apologías Bad Roots es un ferrocarril acelerado soltando humo por la chimenea sin control cuesta abajo. el flujo de notas va y viene como entre las ruedas y los raíles, sin tregua con un enigmático traqueteo que acabrà descarrilando

Skin`n Bone se cuela entre piel y huesos, reverbera en mis tímpanos el bajo ronco, puede ser el corte más rudo y crudo del álbum. Efectos psicodélicos devanando el estribillo y. perturbando el ánimo para bien.

Jared no parece tenerle miedo al camino que le queda por recorrer, Long Way to Run es un claro ostinato en estrofas y riff con una buena secuencia y unos coros que se suceden a la par, el efecto perfecto que sus dedos roban de esas cuerdas.

Creo que es mi favorita, Shadow Dancer de entre las sombras aparecen distorsiones roll grunge de nuevo el gris pone el tono primordial al tema. suena a esos discos de las bandas de hard que a mediados de los noventa intentaban amoldarse a las nuevas tendencias, pero con un regusto metálico en las estrofas del tema más extenso.

Good Time Girl es una fiesta en casa, sexy y salvaje por culpa de la voz del músico de Wisconsin la  distorsión final es como un aviso de sirenas anunciando que ha llegado la policía a desalojar..Casi escucho el botón de stop al parar de grabar.

Crónica: Jared James Nichols y Tremendo Road en el Garaje Beat Club

Inspirada en Black Sabbath, Hallelujah con ese aluvión de batería y ese destartalado bajo de replique especial, se advierte en la especie de eco creado en la mezcla, una alegórica imploración a una liturgia repleta de júbilo hacia las almas que seguimos fieles a Nichols en sus plegarias, ojo al solo.

Lo que parecía ser la primera lenta del disco por los finos acordes del principio, Saint of Fool, se torna en colores de un cuadro muy bluesy con mala leche y sin perdón hasta sus clásicas distorsiones finales

Masiva carga emocional final para Ouf of Time, el corte que cierra este mimado trabajo y que queda dedicado a su padre como un tributo muy personal, alejado de los parámetros habituales para este tipo de canciones, casi duele.

Jared ha comentado que este álbum está hecho para el directo, bien, que nos lo lance encima en cuanto salga a la carretera. Empezamos el año con una gran edición, esto es todo menos aburrido, su personalidad llena cada espacio. Ya solo queda empezar  la cuenta atrás para su exclusiva mini gira por nuestro país en pocas semanas de la mano de Etin Produccions.

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