Un nuevo hito del death metal norteamericano contemporáneo
Estamos en un momento de la historia del metal (en cualquiera de sus vertientes) en la que se habla mucho de sangre nueva y de relevo generacional. Mucho se debate sobre este tema, sobre qué bandas tomarán relevo, sobre cuáles no, etc… En mi opinión, donde más vitalidad hay en cuanto a nuevas bandas que aparecen día tras día y con interesantes aportes al género, es en el metal extremo (también en cualquiera de sus vertientes).
Pero además, otro indicio de esta buena salud es que estas nuevas bandas que aparecen, o al menos algunas de ellas, marcan su propia tendencia, creando su propio sonido y su propia escuela. Nunca van a caer de su trono los grandes como Cannibal Corpse, Obituary, Morbid Angel, Entombed o Bolt Thrower (entre muchos otros), pero es innegable que hoy día hay bandas que, con mucha humildad y respeto, está sabiendo dejar su propia impronta.
Una de estas bandas es The Black Dahlia Murder, quienes llevan trabajando incansablemente durante dos décadas, girando sin parar y sacando excelentes álbumes de forma muy regular. Han conseguido un estatus bastante sólido dentro del panorama extremo y se han labrado una reputación excelente dentro de este. Esto, por supuesto, tenía que repercutir tarde o temprano en otras bandas que fuesen apareciendo con el tiempo, y ya hay varias que indudablemente podrían considerarse deudoras del sonido de los de Michigan. Uno de los ejemplo que se me vienen a la cabeza es el de los protagonistas de esta reseña, Summoning The Lich.
Inspirados por los mundos de Tolkien, Magic: The Gathering y Dragones y Mazmorras, entre otros, Summoning The Lich nos traen la combinación perfecta entre estos mundos de fantasía y el death metal más contemporáneo. Musicalmente, aunque las comparaciones con The Black Dahlia Murder son obvias, estos van más allá con su propuesta. Son más oscuros, más técnicos y más agresivos. Seguramente con futuros trabajos consigan refinar su fórmula y conseguirán un sonido más auténtico, más propio.
United In Chaos está conformado por doce canciones que no bajan de media del notable. Este buen hacer se deja sentir por todo el trabajo, empezando por The Nightmare Begins, canción que abre el álbum. El increíble riff que protagoniza la canción se crece con el buen hacer del tremolo y el palm mute. Por su parte, la increíble voz de David Bruno hace el resto, y todo esto se unen unos teclados muy sutiles de acompañamiento que redondearán la atmósfera de la canción. Una atmósfera que estará también presente durante todo el disco.
Cult of the Ophidian tomará el testigo haciendo gala de las mismas cualidades que su predecesora. El bajo de John Flynn, que si bien tiene bastante protagonismo durante todo el álbum, destacará bastante en esta canción. Ni qué decir de los insanos blast beats que nos brinda TJ Chilton. Su ejecución a la batería es excelente y será otra constante durante todo el álbum.
The Gatekeeper indaga aún más en esa atmósfera que viene construyendo la banda desde el principio del disco con esas inquietantes melodías. El hecho de ser algo más lenta que sus predecesoras le da oxígeno a un álbum que no acostumbrará precisamente a darnos estos momentos. A pesar de todo esto, la ferocidad de la banda se mantiene intacta en este corte.
Demon of the Snow recordará en ciertos puntos vocales a Travis Ryan, de Cattle Decapitation. Sin duda, David Bruno tiene buenos espejos donde mirarse. Con todo, encontramos ciertas influencias más thrashers en esta canción, las cuales encajan muy bien en la ecuación planteada previamente por la banda. Personalmente es uno de mis cortes favoritos.
Predatory Reflection continua con la agresiva y oscura senda de sus predecesoras. La aportación del bajo a esta canción es increíble. Con Acid Reign llega uno de los momentos más intensos del álbum, una de las joyas del disco. Una canción perfectamente orquestada, donde todos los instrumentos se conjuran para crear un auténtico vendaval sonoro que culmina en un tramo final climático a más no poder. Toda la atmósfera que lo acompaña hasta el final no hará más que mejorar el resultado. Sin duda, esta canción en directo será algo digno de presenciar.
United In Chaos comienza oscura y calmada, pero no tarda en explotar y convertirse en otro potente tema de death metal. La banda no escatima en recursos como este para mostrar dinámicas distintas y no aburrir al oyente. No puedo pasar al siguiente corte sin llamar la atención sobre el buen hacer del bajo una vez más.
David Bruno se multiplica por seis en Descend. Es increíble el desempeño vocal de este cantante. Le auguro un enorme futuro si la banda sigue adelante sin problemas. Este es probablemente uno de los cortes más agresivos y furiosos del álbum, y también parece intuirse como un gran himno para tocar en directo.
Hymns (For The Witches of the West) vuelve a recuperar esos destellos thrashers que ya hemos escuchado con anterioridad, mientras que Death Crystal es una corta y rápida canción que nos trae a los Summoning The Lich más parecidos a The Black Dahlia Murder.
Para cerrar nos cruzamos con Temple of the Bone, que vuelve a cargar de atmósferas esta recta final del álbum. La batería de este corte es insana y te taladrará sin compasión. Sin tregua alguna pasamos al último corte, The Lure of the Necromancer, que cierra el álbum con contundencia y sin demasiados rodeos. Es increíble pero ya han pasado los doce cortes del álbum.
Estamos sin duda ante uno de los grandes debuts del año. Summoning The Lich han sabido crear un buen puñado de canciones donde dejan claro su nivel musical y compositivo. Death metal de influencias totalmente noventeras pero sin olvidarse de la época que les ha tocado vivir. Lo nuevo confluirá perfectamente con lo más clásico, sin desentonar en ningún momento. El único lastre al que se tendrán que enfrentar en un futuro a próximo será a las comparaciones con The Black Dahlia Murder, pues son demasiado evidentes. No me cabe duda de que lo lograrán, son excelentes músicos y con uno o dos álbumes más encontrarán su sonido. Está claro que entonces estaremos ante una de las bandas del momento.