El pasado jueves teníamos una cita muy especial en A Coruña. Y es que Scorpions venía junto a Thundermother como parte de la programación de Coruña Sounds. Una de las mejores cosas que tiene nuestra ciudad son buenos lugares para un concierto pero en esta ocasión teníamos uno del que disponemos recientemente, el muelle de batería. Ya desde las 11 había algún fan haciendo cola para la noche y es que Scorpions no deja de ser toda una leyenda dentro de la música que ha conquistado fans en todas partes.
A las 21:45 con todavía mucha luz salían al escenario Thundermother, una banda que en mi opinión son todo un acierto. Además de la proximidad en sonido la energía que tenían vino estupenda para arrancar por todo lo alto, de hecho es una pena que no dispusieran más tiempo para tocar. Fue toda una sorpresa enterarme de que la formación apenas tiene unos meses porque su química en el escenario dice todo lo contrario, la elección de compañeras por parte Filippa Nässil ha sido todo un acierto.
La banda no tiene aún un gran nombre pero eso me parece una elección perfecta para la gira. Muchos estaban ahí por Scorpions pero también todo el público se entregó con ellas, una gira así juega con el factor sorpresa y les da nombre. Ya desde que arrancaron con Loud And Free fueron con todas, en todo momento su vocalista Linnea Vikström estuvo desbordante, con una gran presencia en el escenario y pendiente de animar al público todo con una gran naturalidad y carisma, acompañado de su gran chorro de voz.
Dog From Hell, Whatever o Driving Style también dieron buenos momentos en los 45 minutos que como comentaba supieron a poco. Da gusto ver bandas de tanto nivel y tanto que ofrecer. Fue su primera vez por Galicia pero esperemos que no la última.
A las 11 exactas salían al escenario unos radiantes Scorpions, aunque procedo a desgranarlo en más detalle lo que demostraron esa noche es lo bien que han sabido envejecer y si los años se les notan en algo es para bien.
Este tour viene con nuevo disco así que la canción de arranque fue Gas In The Tank. La siguieron Make It Real y The Zoo, momento en el que Klaus Meine premió a las primeras filas arrojando baquetas sin parar. En aquel momento los que hicieron cola desde mañana ya no parecieron tan locos. La siguió Coast To Coast que sonó redonda pero la que sentí que explotó de todo fue Seventh Sun, para ser temas nuevos funcionaban muy bien con el público. Después de Dad Boys Running Wild pudimos disfrutar de Delicate Dance, un tema instrumental donde Matthias Jabs nos demostró su increíble nivel técnico con el espectacular solo.
Ya llevábamos un rato de concierto y llegó la hora se tocar grandes clásicos, en un momento estaba todo el público coreando a Send Me An Angel, la verdad es que fue un momento mágico. Con las emociones a flor de piel también disfrutamos de Wind Of Change con un previo discurso de Klaus sobre la actual guerra de Ukrania acompañando con símbolos de paz en la pantalla. Después nos deleitaron con Tease Me Please Me y la canción que le da nombre al tour, Rock Beliver. Ambas sonaron grandiosas y fueron la antesala un gran solo de batería que nos brindó Mikkey Dee.
Parecía que el tiempo no pesaba, la energía seguía intacta y su química seguía siendo increíble. Nos lanzaron Blackout y Big City Nights para amagar el cierre de concierto. Por supuesto no era así, aún quedaban sus dos grandes piezas, Still Loving You fue simplemente mágica, con todo el público coreándola, generó un ambiente único, aún se me pone la piel de gallina al recordarlo. El punch final lo dio Rock You Like A Hurricane del que fue un bolo de hora y media bestial. No se si les quedarán muchos concierto pero el nivel que mantienen es increíble. Todos los aistentes nos pudimos ir con buen sabor de boca.