Sir Tom Jones triunfa en Alicante Goldest con un gran concierto con sabor a despedida.
Un concierto de Sir Tom Jones siempre es algo excepcional. No todos los días podemos presenciar un concierto de una de las mejores voces de la historia, un icono de nuestra época con más de 56 años sobre los escenarios, ganador de todos los galardones imaginables, más de 20 hits en el top billboard, Caballero de la Orden del Imperio Británico y uno de los primeros sex symbol de la música. Porque una cosa no está reñida con la otra.
Con esta tarjeta de presentación cabría esperar un concierto similar a la gira que vimos hace 7 años, con un Tom Jones fiestero y «bailón» mientras numerosas groupies de avanzada edad gritaban cual adolescentes alocadas suspirando por cada gesto del Tigre de Gales.
Pero esta vez tocaba un concierto diferente. Así lo auguraba su último disco Surrounded By Time, un LP grabado tras sobreponerse de la pérdida de su esposa, cantando con 80 años, en un entorno de pandemia global y con una selección de canciones que lo acercan a algo muy similar a un acto de redención, un punto y final a su carrera.

La plaza de toros de Alicante había colgado el «no hay entradas» y dentro se respiraba un ambiente de fiesta, con un público mayoritariamente británico y de avanzada edad. Era reconfortante ver también bastante gente joven, seguramente sabedores de que ésta podría ser la última oportunidad de ver al gran Tom Jones en directo. Sin teloneros y con puntualidad británica se apagaron las luces del recinto.
«Vaya, Tom, esto no me lo esperaba»
Una ovación precedió a un silencio sobrecogedor. Una tenue y elegante luz color verde británico iluminaba la corpulenta silueta de un hijo de mineros, un señor de 83 años testigo de la historia de la música moderna. Estaba sentado en una taburete que bien podría ser un merecido trono. Acompañado de una mesa con un vaso de agua.
El Tigre de Gales arrancaba con I’m Growing Old (Estoy creciendo hacia la vejez) de su último trabajo Surrounded By Time. Casi a «capella», sólo acompañado por un piano y una letra que dice «Mis ojos ven cada vez más oscuro. Mi voz crece más débil. Crecen mis suspiros. Crece mi lento caminar. Crece mi despreocupación por mi indumentaria. Crece mi sabiduría… Estoy creciendo, sí, y estoy envejeciendo»…

«Vaya, Tom, esto no me lo esperaba». No llevaba ni un minuto sobre el escenario y nos había impactado por debajo de la linea de flotación. Nos había dejado con el corazón encogido. Estaba claro que iba a ser un concierto único, diferente a todo lo anterior, con un fuerte sabor a despedida. Con un Tom Jones melancólico que sentía la necesidad de despedirse de su público con la clase que siempre le ha caracterizado. Not Dark Yet de Bob Dylan servía para dar entrada a la banda y para seguir con la despedida «Todavía no está oscuro, pero está llegando» dice la letra de la canción.
It’s not Unusual
Dejando sentadas las bases de lo que sería el alma del concierto, el bueno de Tom decidió recordar lo mejor de tiempos pasados, pero con un aire nuevo. «Esta canción es de mi primer disco, allá por 1965, fue número uno y ha marcado toda mi carrera». It’s not Unusual sonaba la tercera de la noche, contra todo pronóstico, pero con un sabor distinto. Era la canción de siempre pero a ritmo de bossa, con unas congas en lugar de batería y un acordeón en lugar de los típicos vientos. Supongo que ya debe estar cansado de hacerla igual que siempre, han pasado más de 50 años, aun así es inevitable recordar el baile de Alonso Ribeiro en su papel de Carlton Banks y que nos caiga una lagrimita de pura nostalgia.

La voz de Tom es prodigiosa
Siguiendo con su primer trabajo, la banda arranca con Whats New Pussycat. La voz de Tom es prodigiosa y, cuando digo prodigiosa, no es «prodigiosa para tener 83 años», es prodigiosa y punto. Es un portento vocal inigualable y, por suerte, no ha perdido nada con los años, conservando unos agudos casi imposibles para un barítono como él. Y un rugido de una fuerza desgarradora que es marca de la casa. Porque el Tigre de Gales sigue rugiendo!

Sex Bomb empieza a ritmo lento de crooner pero pronto cambia a ritmo de swing y aquí es donde veo la única pega del concierto: los vientos son pregrabados. Está claro que Tom seguramente haya preferido una banda pequeña y más cercana. Por presupuesto no será, pero una buena sección de vientos siempre se agradece y más en temas como este. Pop Star, con mención a su amigo Cat Stevens, suena realmente bien. Cat es el primero de los amigos de Tom que serían mencionados durante la velada.
«Cuando estaba grabando mi último disco sabía que quería incluir una canción de Bob Dylan. Adoro a Bob Dylan desde siempre, esta canción es muy especial para mí». One More Cup of Coffe fue el segundo y último tema de Bob Dylan de la noche. Otra canción llena de mensajes de despedida, una despedida amable, en paz, como el que deja dicho todo lo importante a la gente a la quiere. Ese fue el sentimiento predominante de la maravillosa velada estival del 1 de agosto. «La siguiente canción la canté por primera vez con mi amigo Willy Nelson en el Hollywood Bowl, subí a cantarla sin haberla preparado antes. Esta noche la volveré a cantar aqui…» y Tom nos regala una maravillosa Green Grass of Home.

La noche siguió entre recuerdos a sus amigos, versiones de clásicos cargadas de simbolismo y un excelente sonido donde se pudo ver a un Tom Jones emocionado en más de una ocasión. Tampoco faltaron algunos clásicos de siempre como Delilah cantada al unísono por las miles de almas que abarrotaban la Plaza de Toros de Alicante. Justo en ese preciso momento sentimos como una energía de juventud se apoderaba del Tigre de Gales y nos regaló You Can Leave Your Hat On, If I Only Knew y Kiss «de su amigo Prince, el último gran genio de la música».
Todas las explosiones de las estrellas que se apagan son extremadamente brillantes y superpoderosas, siendo la supernova la más brillante y bella de todas
Una retirada sin despedida auguraba que habrían bises. Y así fue. One Hell of a Live y Strange Things Happening Every Day de la gran Etta James sirvieron para ver algo único e irrepetible: los afortunados allí presentes presenciamos lo que seguramente fueron los últimos compases en directo de una gran estrella y su transformación en una supernova. Para poder explicar esto permítanme recurrir a la explicación oficial de la NASA: «Una supernova es la explosión más grande que los humanos hayan contemplado jamás. Todas las explosiones de las estrellas que se apagan son extremadamente brillantes y superpoderosas, siendo la supernova la más brillante y bella de todas».

Y así, convertido en una supernova, Sir Tom Jones cerraría el concierto volviendo a los orígenes de todo, recordando sus años en Las Vegas «Hubo una época donde Elvis Presley y yo nos repartíamos el público en Las Vegas. Una noche vino Elvis a verme y me dijo: Tom, esta noche toca Chuck Berry en Las vegas. ¿Te vienes a verle? Chuck es el verdadero Rey del Rock, no yo». Y Tom nos sorprendió a todos con Johnny B. Goode. El concierto terminó con otra totalmente inesperada: Great Balls Of Fire. Sir Tom Jones presenta a la banda y se despide emocionado de su público con un enigmático y cariñoso «hasta que nos volvamos a ver», sabiendo que él ya ha hecho lo que tenía que hacer esta noche y, si el misterio de la vida lo permite, puede que haya una próxima vez. Pero ya no será una estrella, porque la estrella se ha apagado esta noche y se ha convertido en supernova.

Gracias Sir Tom Jones, has sido grande toda tu carrera y te has despedido como nadie nunca lo había hecho antes. Un concierto para la historia.
Concierto ofrecido por Alicante Goldest Grupo Ibolele y Live Nation España.