1991 fue un año en el que se publicaron discos muy especiales en casi todos los estilos musicales y particularmente en los que engloba el Rock. Algunos de ellos marcaron una época, otros comenzaron una trayectoria y también los hubo que supusieron el fin de otra. «30 años de…» es nuestra manera de rendir homenaje a esas obras musicales compartiendo con nuestros lectores y lectoras la huella que han dejado en nuestro equipo de redacción. Y ya de paso, recordar tiempos en los que la música que nos mueve a formar parte de esto ocupaba el lugar que se merece. 

Un ejercicio de nostalgia, reconocimiento y celebración. Y para ti que nos lees, ¿qué supuso ese disco en tu vida?

Hoy hace 30 años que los ingleses Venom sacaron el disco titulado Temples of Ice, que fue el séptimo trabajo de estudio de la banda. Un LP con 10 temas entre los que se encuentra una increíble versión del tema Speed King de los Deep PurpleA mi modo de verlo y creo que no seré la única, es un disco olvidado dentro de todos los trabajos que han publicado.

Lo realmente interesante del disco es la época en la que se compuso ya que se añadieron nuevos miembros a sus filas: Steve «War Machine» White y Al Barnes como guitarristas y V.X.S como teclista, aunque esta última incorporación es básicamente imperceptible ya que su contribución son un par de detalles sampleados en solamente dos de los temas, Tribes y Acid. Mantas, para variar, demostrando su increíble talento como guitarrista en las composiciones de los riffs y los solos durante los temas Playtime e Even in Heaven, lo corroboran.

Tony Dolan ya nos dejaba claro en el anterior disco, Prime Evil, que podía ocupar el puesto como vocalista aún teniendo un registro bastante similar al de Cronos, en este simplemente incluso mejoró la apuesta. Su contribución además con el bajo es brillante en temas como el homónimo del disco Temples of Ice y en Tribes. La versión de Speed King de los Purple es simplemente excitante en cuanto a la relación de Tony y «War Machine» entre la guitarra y el bajo.

Tribes, la primera en despegar, resulta muy rítmica y rememora el sonido ochentero de los inicios de la banda. Con Mantas haciendo unos solos descomunales y Dolan sonando igual que Cronos. Even in Heaven, comienza con un aura misticista y oscurilla por la melodía acústica pero arranca más adelante con ganas de marcha y de dar caña. Se nota que el disco es transitivo, que ha habido cambios, que ha habido intenciones de innovar o al menos de probar cosas nuevas, pero finalmente se decantan en todas las canciones por el sonido clásico de la banda.

Los temas siguientes: Trinity MCMXLV 0530, In Memory of (Paul Miller 1964-90), Faerie Tale, Playtime, Acid y Arachnid suenan irreverentes e indómitos, pero optan por sonar al pasado. El disco y las canciones, aunque no son malas para nada, pasan sin pena ni gloria por el repertorio de los ingleses, un disco que incluso con la portada tan horrible, acaba pasando desapercibido. El bajo de Dolan está bastante presente en el sonido del disco, la batería de Abaddon crea ritmos machacones y pegadizos. En comparación con otros discos, suenan muy limpios para el sonido más sucio y desgarbado que siempre han solido llevar, ese sonido de los rebeldes dentro del mundo del heavy oscuro. Y para finalizar el disco tenemos los temas Speed King y Temples of Ice, que es algo más cañera.