Be Prog, My Rock Imperium
Crónica de Leprous, Dry River y Pain of Salvation en el Rock Imperium
El rock progresivo es adictivo. Una vez que caes en sus redes no puedes escapar y solo querrás más y más. Esto ocurre a pesar de que es un género de música bastante complejo y de difícil acceso. De hecho, quizás no esté hecho para todos los oídos. Pero normalmente, a aquellas personas a las que les guste regocijarse y disfrutar detenidamente del mundo de la música, este es su estilo. Digamos que es como un camino estrecho y lleno de curvas pero que, al final, te conduce hacia el paraíso.
El Rock Imperium Festival en su primera edición de 2022 ha tenido unas pocas bandas progresivas (principalmente Dry River, Leprous y Pain of Salvation). La empresa promotora de este festival, Madness Live, siempre ha tenido cierta predilección y cariño por este género. Así, fueron los encargados de organizar el festival Be Prog, My Friend en Barcelona durante 5 años consecutivos, de 2014 a 2018. Era un festival dedicado exclusivamente a la música progresiva y lo cierto es que tuvo bastante éxito. Fueron capaces de contratar a bandas prestigiosas y talentosas como Opeth, Anathema o Jethro Tull, entre muchas otras. La del año 2018 fue su última edición y, a partir de ese momento, Madness Live decidió abrir las puertas a un público más amplio organizando en 2019 el Rock The Coast en Málaga. Este era un festival mucho más diverso en cuanto a géneros musicales pero que también albergó a algunas bandas de prog.
Desde Rock Culture, consideramos que es importante que la presencia del prog no muera en el actual Rock Imperium de Cartagena, puesto que es un género que levanta muchas pasiones entre los amantes de la buena música. Asimismo, desearíamos, incluso, que la música progresiva cobrara una mayor importancia en la próxima edición del festival de 2023 y que Madness Live pudiera regalarnos a un mayor número de bandas pertenecientes a este género. De esta manera, creo que más gente podría llegar a descubrir este maravilloso mundo y abrir su mente para disfrutar de la música sin prejuicios.
Leprous: belleza, finura, delicadeza y estilo
Es difícil imaginar en la actualidad un grupo musical que derroche tanta originalidad y autenticidad como la de Leprous. La banda Noruega siempre ha ofrecido en sus canciones un sonido y una atmosfera que son absolutamente inconfundibles. Porque en el mundo del progresivo (y de la música en general) puede ocurrir que haya similitudes entre grupos o artistas como ocurre, por ejemplo, con el parecido evidente de muchas bandas emergentes o ya establecidas con la icónica entidad del prog llamada Dream Theater. Definitivamente, no es el caso de Leprous. No conozco ninguna formación musical existente cuyas características compositivas se les asemeje o, al menos, mi conocimiento musical no presenta dicho alcance.
Estamos ante una banda formada en 2001 en Notodden (Noruega), lugar donde han surgido otros experimentos musicales cercanos al prog como Emperor o Peccatum. Su trayectoria ha sido un poco caótica debido a la constante evolución que ha mostrado su música. En sus inicios se acercaban bastante a un metal progresivo al uso, incluyendo voces guturales en muchas de sus canciones. Sin embargo, poco a poco han ido madurando su sonido desligándose del metal y abrazando un estilo menos frenético, pero mucho más innovador. De esta manera, han ido dotando a sus piezas musicales de una mayor delicadeza y elegancia en las que cada detalle importa. Sus miembros son Einar Solberg (voz y sintetizador), Tor Oddmund Suhrke (voz y guitarra), Robin Ognedal (guitarra y coros), Simen Borven (bajo) y Baard Kolstad (batería).
Con la publicación de su álbum más reciente Aphelion (2021), Leprous alcanzaba una nueva dimensión de éxito y popularidad que les permitía tener un hueco en varios de los festivales más grandes del mundo. Los fanáticos del prog hemos tenido la suerte de que, entre todos ellos, se encontrara el Rock Imperium Festival en su primera edición de 2022. En este contexto, el conjunto musical noruego llegaba a Cartegena para dar un conciertazo que no dejaría indiferente a nadie.
En los primeros minutos del concierto ya pudimos contemplar una atmósfera oscura y misteriosa gracias al uso de los efectos de luces y humo, algo que no se había vivido hasta entonces en lo que llevábamos de festival. De entre la niebla aparecían Einar y Pedro (un trompetista amigo y colaborador de la banda de origen murciano) para dar una cálida pero tenebrosa bienvenida al público con una introducción deliciosa de teclado y trompeta. Poco después sonaban las primeras notas de Out of Here seguidas de la voz angelical de Einar. Al poco tiempo, el resto de integrantes de la banda se unían al unísono a la fiesta para subir los decibelios poco a poco en el Imperium Stage hasta llegar al clímax de la canción.
Inmediatamente después, irrumpían los guitarrazos del riff inicial de Stuck haciendo que el público comenzara a soltarse un poco más y a sacudir sus cabezas. El tema avanzaba hasta llegar a su magnífico estribillo en el que la banda exhibe su enorme talento para componer melodías que quedan incrustadas en tu cerebro al segundo de escucharlas. Este es uno de esos temas que en directo suenan mejor que en estudio y se demuestra, especialmente, con el outro, en el que aparecen superpuestos varios elementos marca de la casa: sonidos orquestrales hipnóticos, la contundencia de la batería de Baard y los agudos majestuosos de Einar.
Poco a poco, la niebla presente desde el inicio se disipaba, de manera que podíamos ver con mayor claridad el semblante y la forma particular de desenvolverse en el escenario de cada miembro de la banda. Personalmente creo que si algo transmite esta banda es elegancia pura y, a las pruebas me remito. Me refiero a The Cloak, la siguiente canción en su repertorio. Solo tenéis que preguntar a cualquier persona que asistiera al concierto sobre el tema mencionado y difícilmente os contestarán otra cosa que no sea: “esa canción es la definición de la belleza, la finura, la delicadeza y el estilo”. No exagero, considero que tiene todos los elementos para erigirse como una de las baladas más bonitas del prog y fue, sin duda, una de mis favoritas.
A continuación, Einar nos saludaba y pronunciaba sus primeras palabras de agradecimiento ante la admiración y respeto del público. Al mismo tiempo, el resto de músicos aprovechaban para tomarse un pequeño descanso puesto que lo que estaba por venir era un auténtico cañonazo. Below elevó el recinto entero del Rock Imperium Festival a lo más alto del cielo para que cada una de las personas allí presentes flotáramos al compás de la canción y sobrepasáramos los límites de la realidad musical. Esa fue la imagen poética que rondaba en mi cabeza fruto de la enorme calidad de la banda (y quizás también del exceso de cerveza). La combinación del ritmo sosegado de batería de los versos con la furia y pasión que desataron las guitarras, la trompeta de Pedro y la voz en el estribillo, dejaron a más de una persona boquiabierta. Es uno de los mejores temas de su carrera y estoy seguro de que esa performance particular suya en el Rock Imperium ha provocado que surjan nuevos adeptos a la religión leprousiana.
Para no bajar de la ola de éxtasis que se vivía en aquel momento en Cartagena, los noruegos decidieron echar más leña al fuego con The Price, otro de sus temas más famosos. La energía que emanaba de allí había alcanzado su máximo nivel y se pudo apreciar cuando el público se prestó incondicionalmente a corear la melodía vocal de la intro. En esta ocasión, nuestro querido Simon desplegaba todo su potencial con una brutal melodía de bajo en los versos y, una vez más, Baard mostraba su virtuosismo a la batería con un uso increíble del hi-hat. Simultáneamente, se sucedían atmósferas oscuras y elegantes, melodías pegadizas y sonidos innovadores muy característicos de Leprous.
Llegaba el turno de otra de las canciones de su nuevo álbum, Running Low, un tema cargado de fuerza en el que la parte instrumental queda relegada, en gran parte de la canción, a un segundo plano para que la maravillosa voz de Einar tenga un mayor protagonismo. Destaca, de nuevo, un estribillo muy sorprendente, casi de estilo popero, que contrasta con el resto de la canción en el que predomina un ambiente más oscuro. Dicho estribillo fue cantado a pleno pulmón por algunos de los fanáticos situados entre el público.
Casi sin descanso alguno, la banda hilvanaba la anterior canción con Alleviate, uno de sus hits más “comerciales”. Una canción corta, simple y directa, pero que te llega al corazón y te hace sentir realmente vivo. Es una de las que más ganas tenía de escuchar en todo el festival porque, como su propio título indica, te alivia. Y vaya si me alivió… Estos genios de la música van cocinando suave y lentamente el tema hasta llegar al estallido final, donde cada instrumento explosiona y cabalga junto a la voz hacía un orgasmo sonoro en el que te sientes en paz contigo mismo. Una obra maestra no siempre necesita ser demasiado pretenciosa.
Posteriormente, llegaba uno de los momentos más bonitos de la noche con Castaway Angels, que fue dedicada por Einar Solberg a su esposa, de origen ucraniano, haciendo alusión también a la injusticia y el dolor provocados por la guerra. Los preciosos arpegios procedentes de la guitarra de Tor inundaron de tristeza y melancolía a todo el Rock Imperium. Esta canción es uno de los muchos motivos del creciente éxito de la banda.
Aún en estado de conmoción nos pilló por sorpresa el siguiente tema y nos hizo cambiar el ánimo arrollándonos como un tren de las emociones. Se trata de From The Flame, uno de los temas favoritos de los seguidores y probablemente, el más enérgico de todos. Y es que los noruegos trataron de contagiarnos ese sentimiento y no tardaron mucho en lograrlo. Las poderosas guitarras, los ritmos complejos de batería y la potencia del estribillo sumieron al público en un estado eufórico en el que reinaban los saltos y bailes al compás de la música.
Nos acercábamos ya al final del concierto y Einar, como buen frontman que es, se dirigía al público para interactuar con nosotros y hacer alguna broma. Conocedor de la rivalidad presente entre cartageneros y murcianos nos preguntaba, haciéndose el loco, que si Murcia pertenecía Cartagena o Cartagena pertenecía a Murcia. La gente soltó una buena carcajada y acto seguido el vocalista presentó la próxima canción, Nighttime Disguise, un tema de su último álbum compuesto con la ayuda de sus seguidores durante la pandemia. Fue uno de los temas más cañeros de todo el concierto. Riffs afilados de guitarra, fills de batería muy rápidos e incluso guturales en la parte final de la canción. Sin embargo, hago especial mención a la sección de la mitad donde hay una pausa en el sonido pesado para dar lugar a un pasaje instrumental muy suave y melódico donde se repite una melodía de teclado y guitarra que dejó a todos embelesados.
Finalmente, despidieron el concierto con Slave, una mítica canción lenta y pesada que transmitió mucha energía y fuerza. Estribillo pegadizo, voz impetuosa y batería muy intensa. En definitiva, gran parte de lo que hace a Leprous sonar como suena. El guitarrista Robin, sonriente en todo el concierto, tuvo la mala suerte de romper una cuerda en la parte del puente, pero pudo subsanar rápidamente el problema cogiendo otra guitarra y afinándola en unos segundos. Este suceso no impidió que se produjera a continuación una auténtica lluvia de riffs de guitarra y bajo que caía sin cesar en forma de martillazos y que, junto con los guturales de Einar, iban construyendo una bonita atmósfera de caos y destrucción que pondría un cierre perfecto al concierto y al primer día del festival. No exagero al decir que Leprous tiene uno de los mejores directos que se pueden presenciar actualmente en el planeta y los asistentes a su concierto en Cartagena fueron testigos de ello.
Setlist Leprous Rock Imperium 2022
- Out of Here
- Stuck
- The Cloak
- Below
- The Price
- Running Low
- Castaway Angels
- From the Flame
- Nighttime Disguise
- Slave
Dry River: un sinfín de géneros musicales
Dry River es una de esas bandas que podrías ver una y otra en directo sin cansarte. Siempre la he considerado apta para todos los públicos puesto que abarca un sinfín de géneros musicales. Pero no me malinterpretéis, no trato de dar a entender que lo que pretenden sea simplemente contentar al oyente/espectador medio. Ellos van mucho más allá. Basta con escuchar un par de canciones suyas para darse cuenta de que estos chicos tienen una ambición tremenda y unas cualidades dignas de músicos de conservatorio.
Fundada en 2004 en Castellón, Dry River fue en sus inicios un grupo de versiones de rock y metal. Años después, tras alcanzar cierta fama en la escena rockera de Castellón, dieron el salto hacia una etapa compositiva más seria y acabarían publicando su primer álbum de estudio El Circo de la Tierra en 2011. Pese a que es muy difícil encasillar a la banda en un estilo (ellos mismos se definen como banda de surtido-cuétara rock), me atrevería a identificarlos dentro del rock progresivo, pero con ciertas “licencias” para incluir también blues, metal, pop e incluso jazz en sus composiciones. Al fin y al cabo, dentro del prog todo vale. La formación actual de Dry River se compone de sus miembros originales Ángel Belinchón (voz), Matías Orero (guitarra rítmica y coros), David Mascaró (bajo y coros), Pedro Corral (batería) y de dos nuevas incorporaciones, Guillermo Guerrero (guitarra solista) y Miquel Centelles (teclado).
El festival Rock Imperium de Cartagena brindaba una gran oportunidad a la agrupación musical castellonense para seguir creciendo y llegar a los oídos de un mayor número de gente. Pero me di cuenta de que ni siquiera necesitaban dar ese concierto para captar la atención de muchos amantes de la música, pues ya lo habían logrado con anterioridad. Grata sorpresa la que me llevé cuando al llegar el segundo día al recinto del festival no paraba de encontrarme con un gran número de fieles que lucían su camiseta del álbum 2038. Hablé con un par de ellos y me contaban que la banda castellonense era su descubrimiento particular del festival y que tenían muchas ganas de verlos en directo. Y así fue como nos juntamos unos cuantos locos amantes del prog y de la buena música en el Heretic Stage del Rock Imperium para disfrutar del concierto de una de las mejores bandas nacionales (por no decir la mejor). Y vaya si aprovecharon la oportunidad para expandir sus fronteras musicales…
Corría una brisa muy refrescante en el Heretic Stage que a más de uno nos dio la vida, pues el calor que se sufría en el recinto principal era insoportable. Pero la mala suerte siempre se abre paso y el grupo se encontró con unos cuantos problemas técnicos que les obligó a retrasar el espectáculo unos minutos. Mientras, los fans ya caldeábamos el ambiente haciendo piña y cantando algunas de sus canciones. De repente, apareció Fanfi, uno de los colaboradores/animadores de la banda, para hacer una presentación sublime. Nos comenta que se ha producido un fallo temporal que nos ha llevado a vivir una vida errónea (con pandemia y ascensión de Toni Cantó de por medio) y como solución al problema nos propone disfrutar del concierto que viene a continuación para superar esa brecha temporal y volver a la normalidad.
Entre aplausos, se iniciaba el concierto con Fundido a Negro, un tema muy potente que sirvió perfectamente para romper el hielo y engatusar al público. Arreglos maravillosos de cuerda procedentes del teclado de Miquel nos regalaban ese toque épico característico de muchos temas de la banda. Cambios de ritmo de batería rompedores nos hacían saltar y el solo de guitarra de Matías nos hacía salivar. Y el concierto solo acababa de empezar…
Entusiasmados con la enérgica respuesta del público, la banda nos daba la bienvenida y acto seguido, los miembros, como si de neuronas haciendo la sinapsis se tratara, se coordinaban perfectamente para dar comienzo al siguiente tema, Perder el Norte. Era como si una bomba hubiera caído del cielo para dar paso a las primeras notas de teclado y golpes de batería, que anunciaban que la locura se iba a desatar. Es uno de mis temas favoritos por la felicidad y buen rollo que desprende y así se pudo notar en el estribillo, donde no había alma viviente en el planeta que no estuviera saltando y dándolo todo. Posteriormente la banda nos daba una tregua para deleitarnos con una parte lentita al estilo Pink Floyd, en la que Matías realizaba un solo espectacular. Finalmente, el tema volvía a su cauce principal para acabar por todo lo alto.
Posteriormente, Ángel se adueñaría del micrófono durante todo el concierto para mostrarnos, no solo su increíble capacidad como vocalista, sino también sus dotes como monologuista y showman. Allí se respiraba un ambiente de comedia y de complicidad entre banda y público que lo hacía todo mucho más íntimo y cercano. A continuación, los fieles más acérrimos del heavy metal clásico tendrían su momento, pues la banda daba el pistoletazo de salida a Camino, uno de sus temas de corte más metalero. En este tema se nota la influencia de bandas clásicas como Iron Maiden, Metallica o Judas Priest, pero con un toque Dry River. Es una de esas canciones que da gusto verlas en directo por el virtuosismo que derrocha la banda, sobre todo, en la sección media de la canción, donde Matías y Guillermo dan rienda suelta a sus guitarras con un solo armonizado brutal y Pedro saca a pasear a su doble bombo. El tema culminaba de forma sublime con la intervención del público, que coreaba impetuosamente la melodía principal al unísono.
Ahora llegaba uno de los momentos más divertidos de la tarde con Irresistible, un tema muy juguetón y diferente con el que es imposible no arrancarse un baile. De hecho, el gran Fanfi salió al escenario para mostrarnos la coreografía oficial de la canción con una actitud jovial. La gente enloquecía al contemplar semejante nivel de entrega y muchos de nosotros seguíamos los pasos de Fanfi para acabar danzando como auténticas bailarinas del prog.
Y hablando de prog, ahora llegaba uno de los temas más complejos y elaborados de la tarde, Pequeño Animal. Cambios a doquier, melodías sublimes, líneas de bajo de David sensacionales y un estribillo que sonaba muy placentero al oído. Pero si algo hay que destacar de la performance de esta canción es el bestial solo de batería que Pedro Fucking Corral realizó en la parte del puente. Fue la canción más antigua del setlist y, a modo de curiosidad, si escucháis la versión de estudio, podréis apreciar en su pequeño outro unas notas de teclado muy similares a las del outro del tema Firth of Fifth de los míticos Genesis. Quizás sea un pequeño guiño a una de sus influencias.
El concierto iba llegando ya a su fin, pero antes llegaba el turno del mayor éxito en la carrera de Dry River, Me Va A Faltar El Aire. Una balada preciosa que nos derritió el corazón a todos los allí presentes. Esta canción tiene esa magia tan difícil de encontrar; te envuelve, te atrapa y, efectivamente, te deja sin aire. Fue un auténtico gustazo poder saborear y cantar esta canción junto a tantos hermanos musicales que se sabían la letra de pe a pa. Por cierto, el solo de guitarra de Guillermo en la parte central de la canción fue de otro mundo. La piel de gallina.
Se acercaba el momento trágico de presentar la última canción. Pese a saber que el concierto tenía que acabar, los fanáticos nos resistíamos y pedíamos mucho más. Porque de Dry River nunca se cansa uno. Un Ángel desbordado de felicidad agradecía el increíble apoyo que habían tenido por parte del público y anunciaba que se despedían con el increíble Traspasa Mi Piel. Un tema rápido cargado de fuerza y potencia en el que también se puede entrever ciertas influencias de bandas como Queen y Deep Purple. El tema avanzaba y llegamos a la parte final en la que todo el público coreaba la maravillosa letra del estribillo “dame de beber la melodía de tus palabras…”. Un final apoteósico para el que, para mí, fue uno de los mejores conciertos de todo el festival.
Setlist Dry River Rock Imperium 2022
- Fundido a Negro
- Perder el Norte
- Camino
- Irresistible
- Pequeño Animal
- Me Va A Faltar El Aire
- Traspasa Mi Piel
Pain of Salvation: un final de festival insuperable
Segundo día de festival. El reloj marcaba la 1 de la madrugada. El cielo abierto nos permitía contemplar alguna estrella. Apareció una ligera brisa nocturna que premiaba a los supervivientes del Rock Imperium. Casi doce horas de música nonstop. Las zapatillas (o las New Rock de los más valientes) teñidas de color tierra. Cientos de cuerpos sellados por el sol. Dolor de cuello por exceso de headbanging. Los últimos sorbos de cerveza Estrella Levante. Y… Pain of Salvation.
Aquello perfectamente podría haber sido la estampa de la felicidad. La imagen de la completa y absoluta felicidad. Para cualquier amante del progresivo, el concierto de estos referentes suecos sí que fue una verdadera salvación. Un final de festival insuperable del que todavía trato de recuperarme.
Daniel Gildenlöw es el culpable de la existencia de los, ya considerados, referentes del metal y rock progresivo contemporáneo Pain Of Salvation. Daniel es un multinstrumentista, obsesionado y exigente, que casi aprendió antes el lenguaje de la música que el de las palabras. Con 11 años ya inició una banda que, posteriormente en 1991, pasó a llamarse Pain of Salvation.

De primeras, me sorprendió no localizar a ningún bajista en el escenario y es que Gustaf Hielm (bajo), en 2020, comunicó su salida amistosa del grupo; de modo que allí aparecieron los cuatro integrantes sobre un escenario sin decorado, sin adornos y, a diferencia del resto, sin que apareciera el nombre del grupo en la gran pantalla. Nada. Desnudo escenográfico más allá de un baile de luces que, sin duda, permaneció como aspecto clave durante todo el concierto. Los protagonistas: Vikram Shankar (teclado), Léo Margarit (batería), Johan Hallgren (guitarra) y Daniel Gildenlöw (voz principal y guitarra) demostraron no necesitar demasiada ornamentación para ejecutar, lo que para mí fue, EL MEJOR CONCIERTO del Rock Imperium Festival.
Descubrí a Pain of Salvation a raíz de escuchar la canción Second Love, una balada escrita por un Daniel adolescente, desde la cual ya se podía intuir el derroche de sensibilidad y buen gusto por parte de Gildenlöw. Recuerdo escuchar en bucle ese tema unas cuantas decenas de veces. Sin saberlo, a la tercera escucha ya me había enamorado profundamente del trabajo de este señor. Daniel me recuerda que lo difícil no es crear historias, lo difícil de verdad es vivirlas y saber cómo contarlas. Y eso es a lo que se ha dedicado toda su vida, a vivir y contar. La vida de Daniel no ha sido fácil y la forma más honesta de mostrarlo ha sido creando, a lo largo de su carrera musical, un diario personal y audible en la que nos permite entrar dentro de sí mismo, sin temor ni reparo.
Accelerator empezó como una bala directa al pecho, con notas rápidas y secas provenientes del teclado, instrumento clave que adquiere gran protagonismo en el estilo de la banda. Daniel protagonizaba la primera imagen visual en los pantallones laterales, con la mirada puesta en el horizonte, los dientes apretados, la melena tapándole la mitad del rostro y las manos aferradas a la guitarra. Un tema atrevido con matices robóticos desde el inicio en el que ya pudimos disfrutar de la voz rasgada de Daniel, marca de la casa.

Después, sonaron contundentes los primeros acordes de Reasons, posiblemente uno de los temas más experimentales y arriesgados de toda su carrera. Una canción en la que no pude evitar quedarme enganchada al bucle inicial del these are the reasons, these are the reasons…. Un tema que, como mínimo, te incita a dar unos cuantos latigazos cervicales al aire y en el que las partes pesadas se combinan excepcionalmente con las melódicas.
Meaningless es uno de mis temas favoritos, con una estructura de canción muy original y que, en directo, me provocó una sensación de absoluta entrega física y mental a lo que estaba percibiendo. En esta ocasión, vi a un Daniel que rebosaba erotismo y sensualidad tras el micrófono, sin abandonar el sonido pesado, oscuro y misterioso que les caracteriza. Además, pudimos apreciar también la voz del guitarrista Johan Hallgren, que intervino como voz principal en uno de los estribillos creando una armonía perfecta con los graves de Daniel. Meaningless es un dualismo entre el placer y el dolor. Deseo y muerte. El vocalista ya reconoció haber querido integrar esta extraña mezcla tanto en la instrumentación como en la letra y el videoclip.

Los focos bañaban el escenario de un rojo intenso y empezó una intro de teclado que inmediatamente me llevó a Wait, un tema que va ganando en intensidad, emoción y epicidad hasta el último segundo. Otro de mis temas favoritos y, posiblemente, del que mejores recuerdos tengo sin duda.
Used sonó caótico con ritmos frenéticos y acelerados. Destaco el solo de guitarra que suena hacia la mitad de la canción, en el que Johan consiguió el aplauso y los cuernos de un público insaciable.
Anteriormente, ya me había fundido el oído con el tema Full Throttle Tribe pero el directo superó con creces todas las escuchas de la versión estudio. Nueve minutos de absoluta rendición por parte del público que coreaba al unísono Will you follow me?. Nueve minutos donde pasas del éxtasis a la calma en cuestión de segundos.
Restless Boy fue, personalmente, el único tema que no conseguí disfrutar tanto como con el resto de la setlist, inesperable. A pesar de ser un buen tema, quizá yo habría optado por hacer sonar los acordes de Undertow o la eterna Passing Light Of Day.
Panther fue, sin duda, uno de los temas centrales de todo el repertorio. La mezcla de las luces y la voz melódica y rajada de Daniel reforzaban la atmósfera misteriosa que, más tarde, se acompañaría de una batería sobresaturada y una buena combinación de sonidos en las teclas.
Para finalizar tocaron enérgicamente On a Tuesday, con la que algunos terminaron de romperse el cuello. Absolutamente apoteósica y preparada para darnos los últimos minutos de gozo en el Rock Imperium. Diez minutos de absoluta perfección, donde, además, de repente, apareció la voz angelical del batería que nos dejó a todos impactados. Una prueba más de que Pain of Salvation es una banda polifacética, versátil y con tremenda facilidad para impresionar.
Al finalizar, la imagen congelada de Daniel abrazado a su guitarra me pareció, sin duda, la imagen más honesta y sincera de la música. La única razón por la que cientos de personas desconocidas compartíamos el mismo espacio y tiempo. Por y para la música.
Seetlis Dry River Rock Imperium 2022
- Accelerator
- Reasons
- Meaningless
- Wait
- Used
- Full Throttle Tribe
- Restless Boy
- Panther
- On a Tuesday
Rock Imperium Festival, o mejor dicho… Be Prog, My Rock Imperium, nos volveremos a ver en 2023.
- Texto: David Serrano Pérez y Ana Belén Tomás Lozano
- Fotos: Alfonso Rock Culture
- Vídeos: Manu Hernández