Crónica: Dry River en Murcia | Perdimos el norte, literalmente y con ganas.

Murcia, ¡Qué ganas teníamos de Dry River!

Lo admito. Era muy difícil, pero los canallas lo han conseguido.

¡Joder si lo han conseguido!

Parecía imposible superar el éxito rotundo del álbum 2038 (2018), un trabajo técnica y emocionalmente impecable que pasó a convertirse, sin miedo y sin duda para los fieles, en una de las mejores obras de culto del rock en castellano de los últimos tiempos. Desde hace cuatro años, 2038 se ha repetido en nuestros oídos como una perícopa de canciones necesarias con las que alimentar y mantener sobradamente nuestra fe en la música. Para los fans han sido varios años de espera y mucha sed de nuevas canciones. Una transición marcada fuertemente por una famosa pandemia y, ahora ya sabemos que para ellos también, por cambios en su formación (teclado y guitarra) y por la creación de muchas, muchas canciones. De puertas para adentro, el grupo ya estaba preparando, aderezando, cocinando y aliñando un nuevo plato fuerte: Cuarto Creciente.

Murcia ha sido el primer destino de la nueva gira y lo que ocurrió en la Garaje Beat Club no solo fue una primera presentación oficial del nuevo disco, sino toda una declaración de intenciones: Dry River llega para quedarse, y no precisamente en la superficie de la música progresiva de este país. Estoy convencida.

Llegué cuarenta y cinco minutos antes del inicio y la sala estaba llena de personas con las que, sin conocerlas, ya compartía un vínculo especial e inquebrantable. A las 21:45 ya estábamos todos listos para el show: suero de cebada en mano, el logo de Dry River pegado al pecho y la mirada puesta en el escenario mientras sonaba una previa de fondo, Shine on You Crazy Diamond de Pink Floyd.

Dry River es una banda que, incluso percibiendo claramente muchas de sus influencias, no suenan a otra cosa más que a sí mismos. Dry River suena a Dry River. Suena complicado y, efectivamente, lo es.

Puntuales, a las 22:00 horas abrieron el show con Culpable, y así lo hacen también en el disco, una canción protesta que se sustenta sobre la voz reivindicativa de Ángel Belinchón. Durante los primeros segundos ya éramos una pequeña legión de aficionados levantando los brazos y coreando los primeros “ooooh ooooh”. Además, no tardaron en aparecer melodías progresivas marca Dry River y nos regalaron hacia la mitad de la canción una instrumental absolutamente magnífica. Entre el público ya se comentaba que la acústica de la sala reforzaba, más si cabe, el tremendo espectáculo que se nos venía encima.

Dry River
Foto: Diego Montana

Empezaron los acordes de Segundo Intento y el público ya demostró que llegó a la Garaje estudiaos’ de casa. Personalmente, mi tema favorito del disco y que, además como valor subjetivo añadido, me traslada automáticamente al feeling y a los matices alegres de algunas canciones de Circus Maximus.

Después comenzó a sonar Camino, uno de los temas elegidos de 2038 y no me extraña. Una canción llena de contrastes que alterna partes melódicas con otras más guitarreras y que finalizaba con la, ya considerada, instrumental mítica de piano y cuerdas.

A continuación dieron paso a La Serpiente, la canción más sombría del álbum y posiblemente una de las candidatas a ser la favorita de la mayoría, en la que destaco el sonido fino e impecable de David Mascaró, bajista que parecía mantenerse desapercibido y tímido bajo los focos, pero nada más lejos de la realidad. Sigo impresionada con la voz de Ángel en directo durante esta canción, llena de garra, potencia, energía y una fuerza que te sobrepasa. Está claro que los directos de esta banda demuestran tener una formación de músicos increíblemente buenos, a todos los niveles. De vez en cuando, Belinchón se apartaba del foco central para dejarse embelesar por las habilidades de sus compañeros durante los highlights. Un derroche de admiración absoluta y plena entre los integrantes.

Entre canción y canción sucedieron muchas cosas (la mayoría fueron chistes malos de Ángel, necesarios e insuficientes siempre), pero destaco la enorme habilidad que tiene para transmitir al público lo que está sucediendo sobre el escenario.

No te vayas nunca que me ciega no tener donde mirar es la frase inicial de la balada del disco, Si estás tú. Canción de amor ejecutada con extrema sutileza. En el segundo verso aparecieron unos solos bluseros de guitarra preciosísimos y hacia el final de la canción Matías Orero y Guillermo Guerrero se marcaron un face to face a las guitarras que colocan la canción inmediatamente entre mis favoritas.

Foto: Diego Montana

Llegó el turno de Fundido a negro, ya mitiquísima de entre las míticas, que nos ofrece un compendio de instrumentación perfectamente armonizada y entrelazada que se acopla de manera perfecta a la increíble voz de Ángel, que es capaz de engañarnos haciéndonos creer que es fácil lo que hace con la voz. Este tema siempre nos llevará al sonido de Queen, Muse y Dream Theater. Parece hecho adrede, pero el resultado de la mezcla de todos los colores se funde a negro. Una simbiosis perfecta entre ellos, un conjunto que mezclados parecen uno. Maravilloso tema y una puesta en escena magnífica, aportando toques de humor con un figurante que desafía al cambio climático con una máscara de gas.

Perder el norte fue, posiblemente, el momento más álgido del concierto en cuanto a las sensaciones dentro del público. Esa noche perdimos el norte, literalmente y con ganas. Saltamos y gritamos durante los siete minutos que dura la canción, de principio a fin, y es que este tema ya es uno de los himnos trascendentales de la banda.

Con el tema La Libertad, Murcia demostró ser uno de los fortines más importantes de la banda. De repente, Ángel comenzaba a pronunciar las primeras palabras de la canción para que, a continuación, el público murciano cantara al unísono «¡LA LIBERTAD!». Ante semejante respuesta del ejército de los incondicionales «dryriverianos», los miembros de la banda castellonense ponían cara de asombro e incredulidad mientras que daban comienzo a uno de los muchos temarrales del nuevo disco. De esta canción destacan los riffazos de guitarra de Guillermo y Matías, que no hicieron otra cosa que avivar el fuego ya encendido aquella noche en la Garaje Beat Club.

Llegó un gran momento. Todos coreamos al unísono: Dame de beber la melodía de tus palabras. Y emocióname, hazme estremecer, traspasa mi piel, un fragmento que se ha convertido en un mantra para los acérrimos y que seguíamos rumiando internamente en bucle tras el concierto. Traspasa mi piel siempre es, sin duda, uno de los momentos más divertidos y bailongos de los directos. Tenía que estar en esta setlist.

Foto: Diego Montana

A continuación, Pedro Corral a las baquetas protagoniza el intenso y enérgico inicio de Capitán Veneno, el que fue el primer adelanto de este nuevo trabajo. Guillermo Guerrero se dejó los dedos en un solo de guitarra ante un público completamente enajenado y absorto ante semejante exhibición que, además, nos puede llegar a recordar a los míticos Symphony X y Dream Theater.

Llegó el turno de Me va a faltar el aire, una de los grandes baladones de toda su trayectoria. Considerado ya un hito y una gran puerta de entrada para muchos fans fue, sin duda para mí, la mejor balada que se ha compuesto en España en los últimos años y una delicia de escuchar en directo una vez más.

Funeral llegó con una de las letras más irónicas y burlonas del disco, en la que destaco la aparición estelar de Fanfi García, que siempre consigue arrebatarnos alguna carcajada mientras el resto de la banda seguía tocando impecablemente después de una hora y media de entrega absoluta. Me sorprendió las dotes actorales de Ángel y del resto del grupo, acompañando el momento con caras dramáticas, gestos teatrales y siempre entregados a la demanda de las canciones. El tema finalizó con un solo alucinante a manos de Miquel Centelles al teclado que dio paso, finalmente, a una divertida presentación de todos los miembros del grupo.

Calles inundadas comenzó con un pequeño problema técnico para Matías, que pronto se resolvió y que no rompió en absoluto con la emoción del final del concierto. Voces armonizadas y bellísimas melodías progresivas que compactan bien con el mensaje de la canción más larga de este álbum. El tema terminó con un recital poético, un homenaje a la música, a los héroes de la pandemia y al regreso a la vida.

Foto: Diego Montana

Irresistible fue, sin duda, LA CANCIÓN. Aparentemente sencilla en la escucha pero con gran complejidad rítmica y compositiva. De nuevo, Fanfi vuelve a la acción marcando los pasos como si de una clase de zumba se tratara. Solo Dry River es capaz de conseguir que decenas de metaleros pelilargos, con cara de pocos amigos, portadores de cadenas y anillos endemoniados bailen a lo zumba. Irresistible es una fiesta sin prejuicios.

Llega el final del concierto con Despedida, cerrando el show y el que ya considero el mejor disco de este año. Coreando su melodía, Dry River dejaba al público absorto de felicidad, resistiéndose al adiós y completamente a la merced de Cuarto Creciente.

Lo dicho,
Sois los mejores, no sois los peores.

Setlist Dry River – Garaje Beat Club (Murcia) 29/10/2022

1. Culpable
2. Segundo intento
3. Camino
4. La serpiente
5. Si estas tú
6. Fundido a negro
7. Perder el norte
8. La libertad
9. Traspasa mi piel
10. Capitan veneno
11. Me va a faltar el aire
12. Funeral
13. Calles inundadas
bonus
14. Irresistible
15. Despedida