Después de sobrevivir con bastante dignidad a la primera jornada del Mad Cool Festival 2023, nos volvemos a encontrar en la caseta de prensa para organizar el día. Hoy iba la agenda «completita», tocaba correr entre escenarios pues había mucho y bueno: Angel Olsen, Tash Sultana, Puscifer, Sam Smith, Men I Trust, Queens of the Stone Age, Mumford & Sons, The Black Keys y muchos más…

Tras brindar con sendos Aquarius (A lo loco… Hemos venido a jugar…) y cargar agua en las mochilas, nos damos un abrazo (a sabiendas de que igual no nos vemos en todo el día) y nos adentramos en el infierno verde (que hoy era un poco menos infierno al conceder una tregua la ola de calor).

Cada uno tiene su propia misión particular: 2 reporteros, 8 escenarios y más gente que en la guerra para traeros lo mejor de esta segunda jornada de Mad Cool.

Arrancamos con el viernes!!! ¿Quien dijo miedo?

Andrea:

Como ya me temía, hoy he amanecido destemplada y pachucha después de la mezcla explosiva de calor infernal un segundo y frio gélido al siguiente de ayer. El cansancio que estoy acumulando tampoco es que ayude, y mis defensas me están diciendo que pare un poco. Pero eso de ignorarlas se me da bien.

Equipada con un blíster de Frenadol y varios paquetes de Kleenex me dirijo a mi primer destino tras despedirme de mi compañero de batalla Pedro: al Region of Madrid para ver a The Driver Era en su máximo apogeo. A ver qué tal.

THE DRIVER ERA

17:50 h. Los hermanos Lynch inauguran la segunda jornada del Mad Cool 2023 en el tercer escenario ante un joven público de devot@s fans madrileños que hace relativamente poco vieron a The Driver Era tocar en La Riviera tras años de retrasos en su gira europea causados por la pandemia.

Yo misma en su día tuve entradas, allá por 2019, y con el tiempo acabé vendiéndolas tras perder el interés por la discografía de estos guapos californianos. Por eso aproveché para pillarles en el Mad Cool ya que estaba, por los viejos tiempos en los que fui fan de “Hey, Mr. Preacher Man”.

Foto: Andrea Colino @andreaacolinoph

Un concierto breve pero energizante fue el que dieron Ross Lynch, Rocky Lynch y el resto de su banda, tocando 10 canciones de entre las cuales se encontraban sus famosas A Kiss, Afterglow y por supuesto Preacher Man, además de algunos de sus nuevos trabajos como la celebrada Heaven Angel.

Nada destacable en cuanto a la sonoridad, ni positiva ni negativamente (eso a veces es lo mejor). Un espectáculo para el fenómeno fan del grupo, nada más allá.

Puscifer

Pedro:

18:55 h. Todavía no me lo podía creer, no es fácil fotografiar a Maynard y menos con tanta luz y desde el foso. Pensaba que a última hora nos mandarían a disparar desde Cuenca o saldría el tipo debajo de una manta o de espaldas… Pero no, allí estábamos y comenzaban a sonar los primeros acordes de Fake Affront de su último disco Exsistencial Reckoning.

No necesitamos ni 5 minutos para darnos cuenta de que la propuesta de Puscifer era una «bizarrada» de antología. Maynard y Carina Round son los cantantes del proyecto y los que llevan todo el peso en directo, ataviados con unos micrófonos sujetos a la cintura por un arnés. Detrás quedan baterista, guitarrista y bajista, y 2 tipos entre marcianos y androides que son parte del espectáculo.

Foto Pedro Hernández @picfromthepit

Tras el primer tema se dirigen al público hablando en «marciano» diciendo que ni son «men in black» ni pertenecen al gobierno. Queda claro que la performance gira en torno a unos roles de aliens despistados con mucha carga cómica. Continúan con postulous y upgrade también del último disco, a sabiendas que van a tocar lo que les apetece porque seguramente ni 200 de los asisten hayan acudido por ellos.

He de reconocer que no soy fan de Tool, ni de A Perfect Circle. Me parecen dos proyectos tremendamente pretenciosos que se salvan por una excelente ejecución musical de unos integrantes que rebosan calidad. También me consta que cuentan con una fan base muy radical, casi una iglesia,  que «amarán Tool por encima de todas las cosas y al prójimo A Perfect Circle como a sí mismos» (o más), así que debo tener cuidado con lo que digo…

Foto Pedro Hernández @picfromthepit

Supongo que Maynard tiene sabores para todos los gustos y estos Puscifer tienen algo hipnótico. Más la performance que la música, porque al llegar a casa me puse los discos y están bien, pero la performance lo es todo. El caso es que me quedé hasta el final, hipnotizado por lo que estaba presenciando. Desde hoy iré a verlos siempre. Quién me lo iba a decir…

ANGEL OLSEN

Andrea: 

18:55 h. Mi próxima cita en el Region of Madrid fue con Angel Olsen, aunque de manera absolutamente accidentada. Como punto álgido de mi delirio febril del día, al leer el horario de la jornada tuve más que claro que a esa artista quería cubrirla, pensando por alguna razón que todavía no entiendo, que dicha artista era la excéntrica y oscura Agnes Obel (cuyo trabajo conozco y adoro desde hace años). Imagino que menos las iniciales, me bailaron el resto de letras.

Foto: Andrea Colino @andreaacolinoph

Cuando vi salir del extremo izquierdo del escenario a una figura vestida de colores pastel, con unas gafas de sol de pasta blanca y un fondo de escenario que proyectaba una escena idílica de campos de flores, solo pude pensar “Uy, qué cambiada está”. A medida que su pausado y sencillo repertorio pasaba, todo me cuadraba menos…

Cuando a la cuarta canción no reconocía absolutamente nada de lo que escuchaba (por mucho que me estuviese gustando), caí en la cuenta de que les había cambiado el nombre a dos artistas que no tienen literalmente NADA que ver. La cara que se me quedó al caer en la cuenta… os la podéis imaginar.

Foto: Andrea Colino @andreaacolinoph

Disfruté del concierto como nadie, a pesar de que el solecito todavía apremiaba y me estaba asando como un pollo. La delicada voz de Angel me resulta como un bálsamo curativo que baila entre los espaciados acordes de su guitarra, y la energía que entre su banda y ella construyen es acogedora en un contexto que puede a veces resultar hostil o caótico.

Nos trajeron una paz algo melancólica a través de canciones como Dream Thing o Through the Fires. Un descansito para el alma muy agradecido. Aunque no fuese lo que pensaba.

Sam Smith

Pedro:

20:05 h. «Hoy parece que corre airecito racheado» pienso en voz alta mientras me limpio el sudor y apuro los últimos tragos de agua. Quien no se consuela es porque no quiere. El caso es que ahí estoy, haciendo fila para entrar al foso con Sam Smith, un concierto que, a priori, no me motiva demasiado. Pero un tipo que en 2015 se llevó todos los grammys (a falta del grammy al mejor sombrero, el grammy al mejor cocinero y el grammy al más simpático de su pueblo… Será por «grammys»..) había que verlo sí o sí.

Foto Pedro Hernández @picfromthepit

De primeras, un escenario dorado. Todo «brilli brilli»: la banda de dorado, los instrumentos dorados, el fondo dorado, la ropa interior de la banda no la vimos pero me apuesto un dedo a que era dorada también… Y yo pensando… «¿A que va el tío y sale de rojo?».

No hubieron sorpresas, !de dorado de pies a cabeza! con un corsé magnífico y un pisar el escenario que me recordaba muy mucho al Freddie Mercury más «cabaretero» o a los últimos años de George Michael. Eso es algo que no se puede imitar: o se tiene o no se tiene, y Sam Smith lo tiene. Y rebosa naturalidad, simpatía y cariño.

Foto Pedro Hernández @picfromthepit

Una hora y media de show con varios cambios de ropa (pena no poder hacer fotos de los otros outfits) donde la banda lleva todo el concierto en volandas a Sam, que está disfrutón, que quiere a su público y al mismo tiempo se deja querer un poquito también. Como anécdota, incluyó en el setlist de 20 temas una versión de I Feel Love de la grandísima Donna Summers y Human Nature de Madonna.

Me voy con la sensación de que Sam dará mucho que hablar en los próximos años.

TASH SULTANA

Andrea: 

20:20 h. Primer plato fuerte del día: Tash Sultana. Este titán de la guitarra, del looper, del bajo, de las harmonías, del saxo y de la música en general tocaba también en mi escenario favorito, así que ahí estuve la primera. Mi segunda vez viendo a Tash en directo, y por supuesto no defraudó.

Mi única preocupación respecto a su concierto era que tal vez se llevase banda (como ha hecho los dos últimos años en su tour) y que de esa manera se cargase el encanto y la curiosidad de su espectáculo, que reside en su absoluto control sobre todo lo que suena, pero no fue así.

Foto: Andrea Colino @andreaacolinoph

El formato de su concierto fue uno muy bien pensado: comenzó ella sola con no uno, ni dos, sino tres estaciones de loop distintas repartidas entre izquierda, derecha y centro del escenario, lo que permitía a la artista moverse e interactuar con el público por igual. Hizo sus virguerías, con su guitarra, su bajo, su flauta de pan, su pad de percusión… Y cuando ya lo había demostrado todo, sacó a su banda: un batería, un bajo y otra guitarra.

Foto: Andrea Colino @andreaacolinoph

Tocó Mystik, Cigarettes y terminó con Jungle, en la que se marcó un solo de guitarra digno de estudio: tres tonos distintos, distorsiones, un slide improvisado y referencias musicales por un tubo. Fue un conciertazo con mayúsculas y solo me sirvió de recordatorio del talento natural e innato de esta bestia australiana que tanta suerte tenemos de disfrutar.

MEN I TRUST

20:35 h. Lo malabares empiezan y salgo corriendo, después de haber disparado un par de fotos a Tash Sultana, hacia el cuarto escenario: el Ouigo Stage. “¿Por qué?” os preguntaréis. “¿Cómo fuiste capaz de irte del concierto de Tash Sultana, aunque fuese solo un rato?” Pues porque los canadienses Men I Trust tocaban a la vez, y les quiero con toda mi alma. Estoy convencida de que sus líneas de bajo son las mejores del panorama del indie-pop internacional, y eso necesitaba verlo en directo.

Foto: Andrea Colino @andreaacolinoph

La suerte me acompañó al llegar; nada más entrar al escenario empezó a sonar Show Me How, regalándome una sonrisa y un momento de felicidad surrealista.

La melosidad de la música de estos quebequenses tiene en mí efectos curativos, y en directo todo gana. Todo, menos el bajista. Y fíjate que iba con toda la ilusión del mundo de verle crear encima del escenario, pero resulta que toca con púa. Líneas de bajo que se acercan al jazz y al groove del funk, con púa.

Me dolió un poco el corazón y en cuanto terminé las fotos me volví a ver a Tash, porque por mucho que me gusten Hard To Let Go, Sugar, Ring of Past o Oncle Jazz, no pude evitar sentirme atacada por semejante sacrilegio (!!!).

Queens of the stone age

Pedro:

21:40 h. De vuelta en el escenario 2 «Stairway from Madrid to Heaven» (o algo así) llegaba la hora de Queens Of The Stone Age (a partir de ahora QOTSA). La parte buena es que Rock Culture estaba en la lista cerrada de medios que podían fotografiarlos. La mala que había que hacer dos grupos, uno en cada lado del escenario y no podemos cambiar de lado… Cuando me jubile escribiré un libro con estos «caprichitos fotográficos».

El primero en salir al escenario es Troy Van Leeuwen, bebida en mano y con un traje impecable, como salido de una peli de Tarantino. Le acompañan el resto de la banda y un Josh Homme que hoy había tocado su versión simpática y cercana. Luces rojas y sin ninguna señal, ni golpes de batería ni nada empiezan con los acordes de su mayor éxito, No One Knows, de su disco más laureado, Songs for the Deaf

Viendo esa forma de empezar es fácil sacar dos conclusiones: La primera es que estos tíos vienen muy rodados y esto va a sonar de escándalo. La segunda es que estos cabrones  han venido «a por el bote» ( y se lo van a llevar). 

Foto Pedro Hernández @picfromthepit

Ambas conclusiones fueron ciertas y se confirmó a lo largo del show y tras la jornada del día siguiente. QOTSA dieron, sin duda ninguna, el mejor concierto de la edición 2023 de Mad Cool. Un bolo perfecto en cuanto a sonido y actitud donde incluso le pudimos cantar el cumpleaños feliz al bajista Mikey Shoes. Se les veía feliz y nos lo contagiaron.

Foto Pedro Hernández @picfromthepit

Josh muy bien de voz y Troy es un músico de raza, de los que les ves que van tan sobrados que por momentos acaparaba todas las miradas. Little Sister es otro de los temas que desatan la locura y a partir de ahí ya todo es «oh Baby» hasta finalizar el show con A Song for the Dead. Los asistentes nos miramos a las caras como preguntando ¿Ya?. Todos queriamos mucho más.

Me voy del bolo con una cara de felicidad y una sonrisilla que tardaría en desaparecer. Porque ya no fumo hace 10 años, que si no me fumaba «el cigarrito de después»…

Foto Pedro Hernández @picfromthepit

JACOB COLLIER

Andrea:

21:50 h. Después de una cenita ligera muy a mi pesar (tres taquitos, con énfasis en -itos), me dispuse a volver al tercer escenario para ver al grandísimo Jacob Collier. Las ganas de ver a este genio en acción no me cabían en el pecho. Y como yo pensaba que pasaría, me dejó con ganas de más.

El británico, famoso por su alegre disposición, podría haberse confundido con un niño en su fase hiperactiva de “tengo 6 años y lo único que quiero es descubrir y conquistar el mundo”. Saltaba, daba palmas, corría de un extremo al otro del escenario hasta derrapar, y lo hacía mientras “dirigía” a un coro de los cientos de personas en la audiencia.

Foto: Andrea Colino @andreaacolinoph

Un completo repertorio fue el que nos trajo al Mad Cool, tocando desde jazz a funk pasando por una balada al piano de cola y una a la guitarra acústica: The sun is in Your Eyes. Todo ello completado por un magnífico trío de voces femeninas y una sección de percusión impecable. Entre mis favoritas del set se encuentran In Too Deep, Hideaway o Feel, pero es difícil escoger una por encima de otra. Un show impecable, que solo demuestra el amplio e infinito conocimiento musical del que Collier está dotado, además de su profunda pasión y disfrute al hacer música. Un gustazo.

Mumford & sons

Pedro:

23:10 h. De vuelta en el escenario principal para Mumford & Sons tengo la sensación de que hoy todos los grupos del escenario 2 «vaya vaya aquí no hay playa» deberían tocar en el 1 y viceversa. Pero yo qué sabré de esto, si estoy para entrar en el asilo…

Folk pop para mi es sinónimo de «turra» pero viendo que está hasta la bandera de gente, seguramente el que está equivocado sea yo. El concierto empieza con una explosión de pirotecnia que nos pilla a TODOS los fotógrafos por sorpresa. Chascarrillos en plan «la explosión no se la esperaba ni la banda» o «vaya susto» o «el Pullitzer de este año se lo lleva el que haya pillado la explosión» fueron el momento cómico del día.

Foto Pedro Hernández @picfromthepit

Y es que aquello era como poner un concierto de Bob Dylan en manos de la producción de Rammstein. Bueno, igual es pasarse un poco, pero la sensación fue algo así. Totalmente fuera de lugar. Porque después de una explosión en un escenario esperas ver acción, gente saltando, rompiendo guitarras…. Pero no, aquello era la versión pop de Simon and Garfunkel. Si se movía alguno del sitio había que pedir revisión del VAR.

Eso sí, la puesta en escena muy elegante y el sonido bueno. Los fans parecían disfrutar pero a mi me faltaba una pinta de Guinness y una porción de shepherd’s pie, o eso o un whisky ahumado sin hielo y una mecedora. Pero me faltaba algo…

Foto Pedro Hernández @picfromthepit

Y el caso es que sonaban bien… Pero yo venía de una inyección de adrenalina de los QOTSA, estaba de subidón y aquello me daba muchísimo bajón. Seguramente no estaban en su elemento, igual en un festival más «de tranquis» hasta los habría disfrutado… En una silla, con una copa… Total, que me marché a recuperar fuerzas y comer algo de la gran oferta gastronómica que ofrece Mad Cool y puse camino a mi querido escenario 2 «Madrid café con leche in the plaza mayor».

Por el camino lanzaron un castillo de fuegos artificiales los Mumford & Sons… Otra «broma» de la producción de la banda. No hay foto porque yo ya estaba a 20 kilómetros o más camino del escenario 2.

KALEO

Andrea:

23:20 h. Los islandeses Kaleo salían al escenario para recibirnos tapaditos y con lo que parecía vergüenza, pero era en realidad una discreción que nos puso el trabajo muy difícil a los fotógrafos: ni una luz blanca, solo focos indirectos rojos, azules o morados, y vocalista Jökull Júlíusson con el sombrero de ala más grande que he visto jamás. Casi enmascarado por su sombra, el cantante se limitó a proyectar su profunda y característica voz encandilando a cada alma presente sin necesidad de que le viésemos.

Foto: Andrea Colino @andreaacolinoph

Un espectáculo calmadito, que dejó relucir su blues-rock de la mejor manera quitándole los adornos innecesarios a su puesta en escena. Aunque eché de menos alguna que otra canción, como All The Pretty Girls, solo por escuchar su interpretación de Broken Bones y Way Down We Go en directo mereció la pena estar ahí.

RÜfÜs du sol

0:50 h. Cerrando la noche, más sola que la una mientras la mayoría de los asistentes veían a The Black Keys en el segundo escenario (entre ellos mi compañero Pedro, quien se encargará de contaros esa parte de la noche a continuación), yo permanecí en el tercero a la espera de ver al trío australiano de música electrónica que más me gusta: Rüfüs Du Sol. Tres años estuve detrás de ellos para poder verles en vivo, y por fin en el Mad Cool pude hacerlo. La atmósfera que estos maestros del house crean es idílica en su simpleza. No entiendo mucho del estilo, pero ellos me transmiten unas vibes que no pueden ser mejores, y de ese parámetro es del que más me fio.

Foto: Andrea Colino @andreaacolinoph

Rodeada de guiris contentos, disfruté como una enana yo sola de la hora de set completa de estos de Sydney. Grité con You Were Right, canté con Say a Prayer for Me y bailé con Innerbloom. El típico concierto que parece que o vas con amigos o no lo disfrutas, siendo música electrónica y asociándolo a la fiesta más que a otra cosa, pero yo dudo mucho que me lo hubiese pasado igual de bien en otras circunstancias. Felicidad máxima para cerrar el segundo día de delirio colectivo en el Mad Cool Festival. A ver cómo nos amanecemos mañana.

The Black Keys

Pedro:

0:50 h.  Otro grupo con listas propias de acreditados. Estamos de suerte, hoy hemos hecho pleno (el sábado por desgracia no sería así). The Black Keys, el grupo formado por Dan Auerbach a la guitarra y voz y Patrick Carney a la batería, salían a escena como «cabezas de cartel no oficiales» de la segunda jornada de Mad Cool.

Con la batería al frente del escenario, en paralelo al cantante, quedaba muy claro que los protagonistas son dos, quedando el resto de la banda en segunda fila en penumbra. El espectáculo era la música, sin filigranas y con un sonido de raíces, un poco alejado del single que les catapultó a la fama.

Foto Pedro Hernández @picfromthepit

Por suerte para los que iban a escuchar Lonely Boy, la tocaron la última, así que tuvieron que esperar y disfrutar de manera forzosa de un concierto con mucha clase, toques de blues y de americana. Un concierto muy correcto para cerrar la noche del viernes.

Foto Pedro Hernández @picfromthepit
Foto Pedro Hernández @picfromthepit

Recojo y me marcho para casa. Al salir del recinto hay montado un caos de tráfico importante por un desastroso dispositivo policial que desde el primer día auguraba que sería problemático. En todo momento se recomendaba el uso de transporte público pero la ubicación del recinto no facilita que todo el mundo pueda acudir en transporte público (como por ejemplo, la prensa, que debe cargar con pesados equipos).

Volver a casa es una mezcla de gymcana u odisea. Una lástima que este «cerrojazo» de tráfico (coches y personas) desluzca la buena experiencia vivida en los conciertos. La organización debe mejorar esto para el año que viene y entender que un taxi es muy caro para muchas personas desde Getafe y los VTC muchísimos más caro, especulando con precios como siempre. Tres días ida y vuelta en taxi / VTC puede rozar los 300 euros, más que la entrada del festival (y no todos van en grupos de 4 para compartir gastos). Esperamos que rectifiquen para la edición de 2024.

Perdonad el spoiler del día 3 (en breve lo subimos) pero para mi el día 2 fue el mejor de todos. Aforo correcto, sin desbordar y muy buenos conciertos. No dejaré que el caos a la salida enturbie la experiencia vivida dentro, que fue fantástica. Sólo espero que la policía tome nota y para otros años permita un punto de descarga de viajeros en coches particulares más cercano al recinto.

Llego a casa, duchita, revisión de fotos, limpieza de cámaras y me meto en la cama. Me duele todo, todo todo todo,  pero, justo antes de dormir, resuena en mi cabeza el soniquete de Little Sister de Queens of the Stone Age y se me vuelve a poner la sonrisilla y la cara de tonto. Mereció la pena, ¡Ya lo creo!