Mad Cool, el festival más grande que se realiza en España, regresa en 2023 con una nueva propuesta, más abierto a nuevas tendencias y algo menos rockero pero con el mismo espíritu de siempre y un nuevo recinto en los aledaños de Getafe.
Para esta edición 2023 conseguimos acreditar dos reporteros para traeros la cobertura más completa. Así lo requería la situación en este macro recinto de 8 escenarios donde es imposible disfrutar en su totalidad de la abrumadora oferta de música, gastronomía y actividades que ofrece.
En esta ocasión hemos decidido contar el festival en formato «diario personal» donde Andrea y Pedro nos cuentan como vivieron cada uno su Mad Cool Festival personal. Porque si hay algo que hemos aprendido en estos años cubriendo Mad Cool, es que hay tantas experiencias distintas como asistentes.
Os dejamos con la crónica, bienvenidxs a Mad Cool 2023 :
Andrea:
Mecida por el calorcito seco del verano madrileño y la ilusión de cubrir por primera vez el Mad Cool, puse rumbo hacia el desconocido nuevo recinto del festival en el Polígono Marconi de Villaverde. La incertidumbre por lo que me encontraría al llegar se mezclaba con los nervios de las primeras veces, y entre eso y los 40 grados a la sombra de aquel 6 de julio, me mareé un poco.
Llegué a mi destino demasiado pronto, como siempre. Así que tuve que aguantar con el Sol en la chepa una buena media hora hasta que nos acreditaron. Cuando por fin nos abrieron las puertas del recinto, solo pude pensar “acabo de entrar en un mundo paralelo”. El universo Mad Cool se extendía ante mis ojos en un lugar de Madrid bastante insospechado, pero yo solo podía pensar en llegar a la carpa de prensa e instalarme donde mejor llegase el aire acondicionado. Ahí estuve atornillada hasta que decidí ir a ver a King Princess en el que sería mi hogar durante los próximos tres días: el escenario Region of Madrid.
Pedro:
Termino de comer un gazpacho fresquito y un café con hielo. Así me obliga mi cerebro primitivo debido al aprendizaje por repetición. Es mi cuarto o quinto Mad Cool, ya no recuerdo bien el número, pero tengo dos cosas claras: hará mucho calor y hay que comer sano y ligero y estar muy hidratado. Mad Cool es un festival que va a llevarte al límite como fotógrafo: largas distancias, muchos conciertos, mucha gente, muchos días.
Consigo que me acerquen en coche hasta el Polígono Marconi, hogar del nuevo recinto del festival. Este polígono no se caracteriza por ser el más acogedor de Madrid, desde luego esto no es Valdebebas. Por desgracia, la prensa no contamos con aparcamiento, algo que ediciones anteriores de Mad Cool sí tenía y que esperamos que rectifiquen para la edición 2024, ya que reporteros cargamos mucho peso y el transporte público no es la mejor opción cuando llevas 10 o 15 kilos a la espalda a 40 grados.
Una vez dentro del recinto, todo resulta bastante familiar. Si uno pone atención en ciertos detalles se nota algo que quizá les ha faltado un poco de tiempo para tenerlo todo perfecto. Dentro todo es muy similar al antiguo recinto, pero si miras hacia el exterior ves torres de alta tensión, solares y un ambiente de lo menos «glamuroso» que choca con el interior «cuqui» que tanto gusta a las hordas de influencers que fotografiarán cada milímetro del recinto. Seguro que para 2024 lo dejan perfecto (y nos vuelven a dar parking a los que vamos a trabajar).
En la carpa de prensa hace un frío polar que choca con el calor exterior. Por suerte, tenemos todo tipo de facilidades: agua, refrescos y fruta. Tras revisar las cámaras, me las cuelgo y abandono la nevera de prensa para adentrarme en la gran explanada verde. Son las 17h, el «Lorenzo» pega en la nuca sin piedad, pero hay que currar, así que me dirijo al escenario Mad Cool, escenario principal del festival. Realmente no te das cuenta de lo grande que es el recinto hasta que echas a andar y tardas más de 20 minutos en llegar a tu destino… Por el camino veo valientes al sol y muchos asistentes veteranos buscando las sombras a sabiendas que quedan por delante 3 largos días a tope!
Diario de Mad Cool 6 de julio de 2023. Día 1
King Princess
Andrea:
17:50 h. King Princess inauguraba el tercer escenario del festival bajo un sol matador, y yo no hacía más que lamentarme de no haberme llevado aquel abanico medio roto que tengo en el último cajón. Para ser el primer show del día, no estuvo mal. La actitud de la artista sobre el escenario, libre y desganada en canciones como Prophet, causó estragos en el público. Gritos histéricos cada vez que King Princess suspiraba inundaban la parte oeste del recinto, por no hablar del momentazo en el que Dani, un afortunado fan, subió al escenario a cantar The Bend con la cantante. Histeria colectiva. Está claro que la artista sabe cuál es su público, y cuáles son sus debilidades. Juega muy bien sus cartas, como una buena pop staralternativa. Eso sí, su repertorio me dejó un poco fría, y eso que casi me da una insolación ahí mismo.
City and Colour
Pedro:18:00 h.City and Colour
saltan al escenario principal. La banda del proyecto en solitario del canadiense Dallas Green tienen el duro papel de abrir el escenario principal. Es curioso cómo la disciplina que impone la temperatura creará un curioso fenómeno migratorio a lo largo del día, pues a primera hora los escenarios pequeños, protegidos por carpas y algunos con refrigeración, concentran a los asistentes del festival, creando el espejismo de haber poca gente en el recinto si miras en los escenarios principales.
Los canadienses tienen 50 minutos de show donde encajan 8 temas, comenzando con Mean to be y donde intercalan temas como Two Coins o Underground. El peso del show se lo echan a la espalda entre Dallas Green y su bajista Erik P.H. Nielsen, sobre todo este último, que parece ajeno al calor y empuja con ganas todo el concierto. Nada mal para empezar.
Paolo Nutini
Andrea:
18:55 h. Sale al escenario un tío de melenas largas que, no sé muy bien por qué, me da un aire a Mick Jagger en los 70. Resulta que es Paolo Nutini, pero después de tanto tiempo sin verle sobre un escenario, parece otro. Mismo escenario que antes, mejor luz. El Sol, ya más frío, se cuela por las rendijas del fondo de la estructura regalándonos a los fotógrafos la oportunidad perfecta para hacer de la básica puesta en escena del cantante, algo interesante. Un concierto breve, con poca interacción entre el artista y la audiencia, al contrario que en el anterior. Con un repertorio más que limitado y muy centrado en su último trabajo Last Night in The Bittersweet, con la presencia de dos clásicos obligatorios: New Shoes y Candy.
Yellow Days
Andrea:
19:00 h. Frenéticamente, adaptándome bien a lo que es el ritmo de un macro festival, salí pitando en medio del concierto de Nutini para poder fotografiar y pillar un poco por los pelos al británico Yellow Days. Lo que me encontré al llegar fue mucha energía encima del escenario para la poca que se movía en la pista. Cuatro gatos desinteresados veían el concierto de este rubio con voz rasposa y su banda. Una situación desafortunada, porque el indie soul-pop de George van den Broek sonó increíble en directo con canciones como Gap in the Clouds o la famosa A Little While. Supongo que el solapamiento de este artista con The Offspring en un escenario y Paolo Nutini en otro (al que regresé por momentos), no entendió de buenas sonoridades. La audiencia priorizó, y George se quedó solito.
the offspring
Pedro:19:00 h.
Caminata de vuelta del Escenario 1 Mad Cool a la carpa de prensa. «Joer» que frío aquí dentro. ¡Mañana traigo una chaqueta y la dejo en la taquilla!. Me bajo de un trago un Aquarius (a lo loco, sexo drogas y rock and roll…) y me dan una noticia buena, una regular y una mala. La buena: Rock Culture está en la lista de los pocos fotógrafos acreditados por The Offspring. La regular: se dispara desde la mesa de mezclas (Mordor). La mala: el contrato que hay que firmar por el que sólo permiten planos abiertos en las fotos y deben pasar aprobación por el manager de la banda.
The Offspring saltan puntuales al escenario 2 Madrid is Life (vaya por delante que el nombre del escenario no me termina… Igual «from Madrid to Heaven» o «café con leche in the plaza mayor» o «is very dificult todo esto, y la segunda ya tal…» también valían). Dexter y Noodles sospechan que no juegan en casa. Demasiados «colorinchis» y purpurina entre el público se lo confirman, con gloriosas excepciones de fans ataviados con camisetas de la banda (se les distingue porque saltan, cantan y hacen amago de pogo, pero pocos les siguen). Menos mal que la banda tira de tablas y se sacan de la manga un setlist de grandes éxitos. Come Out and Play, Staring at the Sun, y All I want son los 3 temas para la prensa y los que hacen que el show arranque a máxima velocidad.
Tras esta tarjeta de presentación, Noodles y Dexter hacen un dúo de chascarrillos cual presentadores de la gala de los Oscars. «Somos lo mejor que le ha pasado al rock and roll y aquí hay lo menos 3 millones de personas» dice el guitarrista, a lo que Dexter responde «hombre igual te has pasado un poco Noodles, lo que no sé es por que se llama Mad Cool, esto es Mad Hot o Mad Hell» sólo fata un redoble de batería estilo «badum tsss» después de cada chiste.
El concierto sigue intercalando principalmente éxitos de sus dos discos más populares, Americana y Smash con la excepción de Blitzkrieg Bop de nuestros queridos Ramones, que sirve para poner punto y final al concierto junto a su mega éxito Self Esteem. Esta sí se la saben todos.
Un concierto correcto, que desluce por el calor, la hora y el sol. Estoy convencido que los pones a las 10 de la noche o a la 1 de la madrugada y hubiesen liado una fiesta gorda.
The 1975
Andrea:20:20 h.
Después de un pequeño percance debido al calor que me obligó a retirarme a mis aposentos (bendita carpa-nevera de prensa con el aire a tope que me salvó en más de una ocasión de morir del calor), volví al ruedo y a mi querido Region of Madrid para presenciar uno de los conciertos más esperados de la edición: The 1975, “por fin”. La atractiva y mundialmente conocida desgana de Matty Healy pisó por fin suelo madrileño. A una mano un cigarro, a la otra una petaca. En algún momento pensé que podría llevar agua y ser atrezzo, para darle bombo a la rebeldía que hace tan popular al frontman de la banda, pero dudo mucho que piense tanto.
Un buen concierto, gracias a una banda más que completa (dos secciones de percusión, tres guitarras, un bajo, un teclado, etcétera) y a pesar de las básicas capacidades del vocalista. Está claro que Healy no es santo de mi devoción, pero The 1975 me parecen genuinamente un buen grupo. Abrieron un set donde sus antiguos trabajos brillaron por su ausencia con Looking for Somebody (To Love), y lo cerraron con una suavemente melancólica I Always Wanna Die (Sometimes). Entre tanto, l@s fans chillaban idolatrando al tío que entre canción y canción dijo “Ya estamos aquí, ya podéis dejar de pedirme que venga”. Interesante presenciar el fenómeno Healy. Con una vez me vale.
MAchine Gun KElly
Pedro:20:25 h. Sin apenas tiempo después de The Offspring, pongo paso ligero camino del escenario 1 Mad Cool otra vez. Por el camino me crece la barba mientras me pregunto cómo le irá a mi compañera Andrea en su debut en Mad Cool.
Voy a mitad del camino y parece que vengo de la guerra… Es extraño, veo gente guapa que no suda y van de punta en blanco. ¿Cómo co….nes lo hacen? Tengo la tentación de tocarles para ver si son de verdad o son androides o simplemente ilusiones de mi mente fruto del calor. Yo voy que me doy asco a mí mismo y sólo llevo aquí 3 horas y la gente guapa con purpurina en la cara, peinados perfectos y ni gota de sudor. Me ha cundido el «paseito» menos mal que ya he llegado al escenario 1.
Un gran pirámide preside el escenario principal. También han montado un provocador para que se luzca el «metralleta». Sinceramente, antes del concierto no sabía si iba a salir su lado más punk rock o su lado más «rap» pero al verle salir en lo alto de la pirámide guitarra en mano salgo de dudas.
Las primeras impresiones son que todo suena muy bien, que se agradece el espectáculo para fotos y que lleva una banda excepcional, donde destaca por encima de todos su guitarrista Sophie Lloyd que atrae los objetivos de más de la mitad de los fotógrafos. Papercuts, El Diablo y Maybe empiezan el show, al igual que en el resto de su gira.
La verdad es que el tipo se lo curra muchísimo. Yo venía con la idea preconcebida (mal por mi parte) de que no me iba a entusiasmar el bolo, pero reconozco cuando los músicos hacen que me trague mis prejuicios y Kelly el metralletas y su banda, hicieron un bolo muy memorable donde lo único que me sobró fue la versión que hace de Danza Kuduro de Don Omar con la acústica. Una canción que me resulta insoportable pero que la cantó todo el público. Menos mal que Emo Girl, Bloody Valentine y My Ex’s Best Friend ponen remedio rápido. En general un concierto muy fresco en un día muy caliente. Se agradece.
Lizzo
Pedro:21:40 h. Corriendo de vuelta en el escenario 2. No hay nada como un Mad Cool para una buena operación bikini. Empieza a caer la noche y la temperatura, aunque alta, respeta un poco más. La verdad es que en los festivales de verano el 80% de los conciertos son con luz del día, pero personalmente agradezco cuando empiezan a volar los murciélagos y aparecen las luces de colores. Un concierto con luz solar siempre me da la impresión de quedarse «a medias». Mando un whatsapp a Andrea a ver como van las cosas por los otros escenarios, pero las lineas están colapsadas. No salen los mensajes.
Lo de Lizzo es un espectáculo maravilloso. En serio. No es para nada mi estilo de música y pese a ello se me hace corto el concierto. Qué presencia, qué vozarrón, qué maravilla de escenario que parece que estemos en un cabaret de burlesque. Qué pocos complejos, qué simpatía y qué cuerpo de baile más maravilloso alejado de las típicas bailarinas standar. Aquí todo es el XXL y me parece maravilloso.
Sinceramente no voy a comentar ni setlist ni canciones, sería como quedarse con una parte de un «todo», porque el espectáculo completo era absoluto (en todos los significados posibles). Maravilla de puesta en escena, de energía, de simpatía y de descaro. Necesité casi una hora para poder cerrar la boca. Bravo Lizzo.
The amazons
Andrea:
21:50 h. El calor bajaba y afrontar la caminata de una punta del recinto a otra para llegar del Region of Madrid al Mahou Rosé se hacía menos pesado. Despacito y con buena letra llegué al oasis en medio del desierto que era la carpa del séptimo escenario, con aire acondicionado y un aforo de 750 personas, para presenciar el que sería el mejor espectáculo del día (para mí, claro). Los canallas y elegantes caballeros británicos The Amazons tomaron el escenario envueltos en focos de luz blanca que le daba a su puesta en escena un dinamismo agradecido. Serán cuatro, pero lo dan todo como si fueran 10.
La guitarra y esos riffs melódicos de Chris Alderton sonaban en su tono y distorsión perfectos, el bajo de Elliot Briggs firme y creativo, y a esos agudos inconfundibles y perfectamente afinados de Matt Thompson los acompañaba una expresividad muy potente. Tocaron sus canciones más conocidas, haciendo de su concierto uno muy celebrado y lleno de energía por todas partes. In My Mind, Mother, mi favorita Doubt it, o Black Magic, además de alguna sacada de su útlimo disco How Will I Know if Heaven Will Find Me? (2022), como Bloodrush. Me dejó un buen sabor de boca cerrando la primera parte de la jornada, antes de mi breve descansito para cenar.
Nova Twins
Pedro:22:10 h
. Reconozco que no quería marcharme de la maravilla de bolo que estaba haciendo Lizzo pero, por otro lado, unas 20 personas o más, me habían advertido antes del festival «hagas lo que hagas no te pierdas a Nova Twins». Algunas parecían más amenaza que recomendación, así que decidí hacer caso y puse rumbo al escenario Ouigo, el 4 «pa los amigos».
Una carpa, algo más de fresquito y un escenario con unas dimensiones más contenidas que los dos mastodónticos principales, me daban la sensación de haberme transportado a una sala de conciertos de esas que tanto me gustan.
Todavía no recuperado del «flipe» (permítanme la expresión) de Lizzo. Salen Nova Twins al escenario y son como una patada en la cara, como un «espabila atontao, que vamos a reventar el escenario, la carpa, el Mad Cool, el Marconi, Getafe, Madrid y lo que nos pongan».
No me gustan las etiquetas y reconozco que son difíciles de etiquetar. Si me preguntáis a qué «saben» Nova twins creo que son un power trío que mezclan en cocktail explosivo un poco de Rage Against the Machine, un toque de Nine inch Nails, envuelto en muro de sonido sucio y con una actitud casi más cerca de un grupo de pop japones. Es como si no estuviéramos preparados todavía para ellas, pero si el futuro del rock va de esto, entonces bienvenido sea. Muy fan de Nova Twins desde ya!!!
Robbie Williams
Pedro:23:15 h.
Era la hora del cabeza de cartel. El escenario principal lleno (aunque el sábado veríamos como lo que creíamos el jueves que era lleno, realmente entraría mucha más gente).
Con Robbie Williams tengo una extraña «relación personal». Por un lado, me parece un galán un poco golfo y canalla al más puro estilo crooner mezclado con rock star y, por otro lado, me parece un producto de la industria que no termino de creerme. Tras una intro de 3 minutos con vientos, banda completa y un cuerpo de baile de MUCHAS bailarinas, comienza el bolo con Let me entertain you, seguida sin tregua por una versión de Land of 1000 dances. «¡Ay pájaro! ¡Qué ganas de fiesta tienes!» fue lo primero que pensé y esta vez no me equivoqué…
Todo parecía muy «glamouroso», pero pronto salió el macarra que lleva dentro… Por momentos veías en el escenario a una especie de sucesor de Rod Stewart, pero entonces se ponía hablar de su pene, de preguntar al público como se dice «sex» en español o se presenta a si mismo diciendo «ahí está mi banda y aquí está mi culo» mientras enseña el culo (por suerte con ropa) al respetable y señala con su dedo el ojo de Sauron. También nos enseñó su lado más cercano, cuando se tuvo que sentar un par de veces y aclaró que «no estoy viejo, es sólo que acabo de pasar por un covid de larga duración».
Y así, poco a poco, te das cuenta que pese a las lentejuelas, la banda, las bailarinas, los vientos y el aire de lujo y glamour, realmente estás mucho más cerca de un verano en Magaluf que de Sir Rod Stewart en el Royal Albert Hall, pese a que por momentos pudiera parecerlo. ¿El repertorio? Bien, gracias. Cantó todas las suyas esperadas y alguna de Take That como Do What You Like y The Flood. También tuvo tiempo de prepararle el terreno Liam Gallagher con el Don’t Look Back in Anger de Oasis. Por suerte, el de Manchester parece que todavía no estaba por allí, porque se rumorea que los dos son de «mecha corta.»
Para el postre dejó Rock DJ, No regret y Anger. El bolo muy bien, pero Robbie lo mismo te daba una sal que una de azúcar… ¿Resumen del concierto? Curioso, champán con torreznos con medio smoking y medio chandal.
Con Robbie pongo final a mi primer día en Mad Cool 2023. Agotado y sabiendo que toca descansar porque mañana hay mucho más. Hoy cierra el día Andrea que me consta que le hace especial ilusión el concierto de Franz Ferdinand.
Andrea:
23:30 h. Tras una hora para reagrupar y comerme unos bien merecidos y carísimos nachos escuchando a lo lejos el magnífico espectáculo de Sigur Rós, me preparé ara continuar en la batalla cubriendo a Rina Sawayama. Este show me hacía ilusión, sobre todo por lo que esta recientemente aclamada estrella del pop británica nos podría regalar estéticamente al equipo de foto. Una pena que 5 minutos dentro de la programación del concierto, cuando ya nos impacientábamos, se canceló definitivamente el espectáculo, “debido a problemas de producción”.
Franz ferdinand
Andrea:
1:00 h. Como broche de oro a la primera noche de festival, los veteranos del género indie-rock, Franz Ferdinand, nos bendijeron con su presencia y sus pasos prohibidos. A pesar de los años, estos escoceses siguen conquistándonos con su propuesta sobre el escenario: los saltitos tímidos de Alex Kapranos, la excentricidad de Miaoux Miaoux y las luces vibrantes. Por su parte, su música sigue haciéndonos bailar como el primer día, sobre todo durante Do You Want To y la más que quemada pero querida Take Me Out.
Un bonito cierre para la primera jornada, y cabe destacar que muy en la esencia de lo que el Mad Cool Festival era originalmente: Un festival de rock en todas sus vertientes, pero fundamentalmente en las más alternativas.
¡Hasta mañana!